El naturalista alemán, Alexander von Humboldt, nacido en el año 1769, ha sido considerado como el fundador de la geografía moderna y de la ecología; renovador de la cartografía y descubridor de la corriente marítima que lleva su nombre.
A 250 años de su nacimiento, también le recordamos como el creador de toda una escuela de investigadores itinerantes; inventor de aparatos; botánico de excepcionales capacidades (en unión del francés Bonpland, su compañero de viajes, clasificó más de seis mil especies vegetales); de espíritu enciclopedista y gran maestro en el arte de la conversación.
Así como el precursor de los movimientos ambientalistas y de la preocupación por el cambio climático. Murió en 1859 a los 90 años de edad.
Su educación y hermano
Recibió, junto con su hermano, el humanista Wilhelm von Humboldt, una esmerada educación de parte de preceptores en su domicilio, el castillo de Tegel, propiedad de su familia. Posteriormente, siguió estudios superiores en Berlín, en Frankfurt y en la prestigiosa Universidad de Gotinga.
Su interés por la botánica, la geología y la mineralogía lo llevó a continuar estudios en la Escuela de Minas de Freiberg, de la que luego fue docente.
Wilhelm von Humboldt (en español, Guillermo de Humboldt), es considerado el principal promotor de las ideas claves que hoy día caracterizan a la Universidad Moderna, como es la reincorporación de la ciencia y la investigación en el quehacer universitario, núcleo del modelo que diseñó, a petición del Emperador de Prusia para la nueva Universidad de Berlín.
Escribió sobre cosmografía, geografía, geología y botánica
Sus exploraciones y descubrimientos los consignó en su famosa obra: “Viaje de las regiones equinocciales del Nuevo Continente, hecho de 1799 a 1804”, en treinta volúmenes, quince de ellos dedicados a la flora y los otros quince a diversos temas.
Escribió otros libros sobre cosmografía, geografía, geología y botánica, siendo uno de sus más famosos “Kosmos o Ensayo de una descripción física del mundo”.
Ha sido calificado como el “descubridor científico de la América” y también como “sabio universal” por su interés en casi todas las ramas del conocimiento humano.
Sus viajes por la América hispánica
Su vocación de explorador le condujo a emprender un largo viaje por las colonias españolas de América, en compañía del botánico francés Aimé Bonpland.
Su largo recorrido, de diez mil kilómetros por la América hispánica, se inició en Caracas y Cumaná. Llegó hasta las fuentes del río Orinoco, de donde partió hacia Bogotá y luego hasta Quito.
Estudió la geografía, el clima, la flora y la fauna de todas estas regiones andinas, así como midió las longitudes, latitudes y alturas de sus cordilleras y volcanes.
Ascendió al Chimborazo y los volcanes Cayambe y Pichincha. Pasó luego a Cajamarca (Perú), visitó ruinas incas y regresó a Guayaquil de donde se embarcó con rumbo a la Nueva España (México), desembarcando en Acapulco para enseguida visitar Taxco, la ciudad de México y las minas de Pachuca y Guanajuato.
En la ciudad de México, Humboldt descifró la llamada “Piedra del Sol”. Escaló varios volcanes, entre ellos el Popocatépetl y el Iztaccíhualt. Se detiene en Veracruz, Cholula, Puebla y Xalapa, para luego salir por el puerto de Veracruz hacia los Estados Unidos.
Ernesto Cardenal le dedicó un poema
Jaime Labastida lo llama “ciudadano universal”. Conoció personalmente en París a Simón Bolívar, cuando este era muy joven. Ernesto Cardenal, en el largo poema que le dedicó, publicado por la Editorial Siglo XXI en 2014, describe así ese encuentro:
“Ahora en el altillo con vista al Sena
le llegan las noticias de Bolívar
y recuerda a aquel muchacho de 20 años
melena negra y ojos brillantes
en el salón de Fanny de Villars
cuando él regresó de América
preguntándole por la independencia
de los países explorados
y él contestó: “La fruta está madura
pero no veo a nadie capaz”.
Al principio le pareció frívolo
nunca pensó que liderara la independencia
pero ese muchacho hizo el milagro”…
… “Al altillo frente al Sena llegaban las noticias
de las glorias de Bolívar
y su colapso
“Lo traté mucho a mi regreso de América”,
dijo Humboldt.
“Sólo conocía Venezuela y me pareció iluso
el iluso era yo”.