El 89 por ciento de los estudiantes que cursan secundaria regular aspiran acceder a la universidad, indicó un sondeo realizado por el Ministerio de Educación (Mined); sin embargo, en el contexto de la crisis sociopolítica del país, los jóvenes ingresarán a una universidad que se ha convertido en una especie de “cuartel” y multiplicador de una forma de pensamiento que no necesariamente fomenta la democracia en el país, valoró el experto en educación Ernesto Medina.
El especialista explica que hay dos problemas. El primero, referido a quién y cómo ingresa a la universidad, ya que en el caso de las casas de estudios superiores públicas, no pueden recibir a todos los estudiantes, y el segundo, que muchos de los jóvenes van a tener como única opción una universidad privada, y pese a que se pague un arancel bajo, en las condiciones actuales del país y la pérdida de empleo por parte de cabezas de familia, es una carga insostenible para la mayoría de los casos.
“El discurso famoso de la gratuidad de la enseñanza aquí se cae por completo y demuestra que no es más que un discurso vacío, porque nunca se ha querido abordar el problema integral, de como ordenar la educación en Nicaragua (…)”, expresó Medina.
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Los universitarios jugaron un papel clave en el estallido de la crisis sociopolítica, que inició en abril 2018. Se tomaron recintos académicos y se cohesionaron para reclamar al ejecutivo, primero, por las reformas a la seguridad social, y segundo, por justicia debido al saldo mortal que dejó la represión gubernamental. Por su parte, las autoridades de las universidades públicas, como la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua de León y Managua, respondieron a sus estudiantes con la expulsión.
La UNAN-Managua expulsó a 82 estudiantes, de estos, a cuatro se les aplicó expulsión por un año, mientras que a los demás fue definitiva. Algunas de las razones de la decisión, según una comisión especial creada por la Universidad, fue la participación de los jóvenes en tranques, el llamado a la desobediencia académica e incitar al odio y la violencia.
Los resultados del sondeo que fue leído por la vicepresidenta designada por la dictadura Rosario Murillo, también afirma que el 64 por ciento de estudiantes de secundaria a distancia, en el campo, se declinan por los estudios universitarios.
De acuerdo con Alex Bonilla, especialista e investigador en educación, estos datos no son novedosos, puesto que anteriores estudios han señalado que de cada diez, nueve estudiantes aspiran con llegar a la universidad, y en la zona rural, la tendencia es similar.
Explicó que los estudiantes no cuentan con criterios para reflexionar sobre qué tipo de educación quieren y bajos qué criterios de calidad, sino que la aspiración inicial es llegar a la universidad. El Mined también asegura que los estudiantes consideran ingresar a las academias de la Policía Orteguista y el Ejército de Nicaragua o bien, realizar estudios en academias religiosas.
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En ese sentido, Bonilla sostiene que la posibilidad de ingresar a la PO o al Ejército no es un hallazgo distinto a lo que ya se conocía, sino que es una opción que tienen los bachilleres de estratos sociales de bajos ingresos económicos, como una alternativa para obtener educación y empleo, o bien, ingresos económicos de manera inmediata.
En secundaria regular, los estudiantes se declinan más por medicina, enfermería, contabilidad, veterinaria e idiomas. Mientras que en el campo, aspiran a convertirse en docentes, médicos, agrónomos, entre otros. “Yo no creo, sobretodo, que después de la crisis sociopolítica que hemos tenido, yo no creo que los estudiantes nicaragüenses estén pensando formarse en este tipo de profesión (Policía o militar), que como ya sabemos, en el contexto de la crisis ha sido una profesión totalmente cuestionada”, añadió el especialista.
De hecho, en el informe publicado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), sugieren que se investigue a la cúpula de la Policía por crímenes de lesa humanidad, esto incluye el mismo dictador Daniel Ortega.