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Bolivia

Sede Nacional del Consejo Supremo Electoral continúa sin emitir información sobre el proceso de votaciones municipales a menos de tres meses de programadas. LA PRENSA/Archivo

Las lecciones del proceso electoral de Bolivia para la crisis sociopolítica de Nicaragua

Los analistas nicaragüenses valoran que la crisis electoral de Bolivia confirma que no se puede hacer otras votaciones sin reforma electoral. También pone a prueba a la OEA, porque tendrá que demostrar hasta donde llega su efectividad para defender la democracia en los países miembros.

La crisis electoral de Bolivia, sumergida en violencia y desconfianza por el resultado de las votaciones presidenciales, llega en un momento en que Nicaragua se encuentra debatiendo una reforma electoral, para evitar precisamente el desenlace que hoy tiene el país andino.

Lo que hoy vive Bolivia; desconfianza en el tribunal electoral, irregularidades en todo el proceso de votación, falta de transparencia en los resultados, es una situación que ha padecido Nicaragua desde las votaciones municipales de 2008. Ese proceso fue calificado por opositores y expertos en el tema como el fraude mejor documentado de la historia política del país.

En Nicaragua es tan aguda la desconfianza en el sistema electoral, que en las votaciones presidenciales de 2016 el descontento se reflejó en la escasa asistencia ciudadana en los centros de votación.

Los críticos y expertos electorales calcularon en 78 por ciento la abstención electoral, lo que coincidía con las imágenes de urnas vacías ese 6 de noviembre de 2016, cuando Daniel Ortega fue declarado presidente por tercera vez consecutiva, de la mano de su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, lo que fue considerado por los críticos como la instauración de una dictadura dinástica. El año siguiente, en las votaciones municipales de 2017, la violencia electoral dejó siete muertos en todo el país.

La desconfianza nicaragüense también radica en el control total que tiene el partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en toda la estructural electoral. Por eso la importancia de que se reforme el sistema electoral nicaragüense.

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Los resultados de las elecciones que favorecerían al presidente Evo Morales han generado fuertes protestas que lo señalan de cometer fraude en los comicios. LA PRENSA/AFP

No se puede ir a otro proceso electoral sin reforma el sistema

Para los críticos y opositores de Nicaragua, lo que ocurre en Bolivia confirma que no se deben hacer otras votaciones sin reformar el sistema electoral y sin unidad de los sectores opositores. El político opositor José Pallais consideró que sería un “suicidio” hacerlo.

“Lo que ocurre en Bolivia confirma que es absurdo, suicida, participar en un proceso electoral sin profundos cambios institucionales. Sin profundos cambios normativos en el sistema electoral, a como ocurrió en Bolivia, donde fueron a elecciones con autoridades nombradas, dirigidas y coordinadas por Evo Morales, sin ningún avance en el funcionamiento de la organización y en las garantías del proceso. Eso nos reafirma a los nicaragüenses que es correcta nuestra posición de exigencia de cambios profundos en el sistema electoral, para poder garantizar un proceso electoral democrático”, dijo Pallais.

Debe haber unidad opositora para derrotar a Ortega

El politólogo José Antonio Peraza manifestó que la experiencia boliviana también deja la lección de que sin unidad de los sectores opositores no es posible derrotar al régimen de Ortega.”Si uno suma a los otros contendientes (opositores) que fueron separados en Bolivia, no hubiesen necesitado ir a una segunda vuelta. ¿Qué me dice eso? Que es necesario y vital construir esa gran coalición para poder ir a una elección”, dijo Peraza.

No se puede ir a otro proceso electoral sin la opción de segunda vuelta electoral

Peraza además opinó que Ortega también verá la situación boliviana como una lección de lo que no debe aceptar en una negociación de la reforma electoral, como por ejemplo: subir el porcentaje para ganar la presidencia.

En ese sentido, el politólogo hizo énfasis en que la oposición debe ser firme en defender su propuesta de que la presidencia solo se debe ganar con el 50 por ciento más uno de los votos válidos y restablecer la segunda vuelta electoral, si acaso ningún partido obtiene ese porcentaje, porque recordó que a Ortega le conviene ganar con la menor cantidad de votos. Por eso la ley permite en este momento ganar con un voto más que su oponente.

“Lo que me dice eso es que el proceso de negociación será bien duro. Va a ser difícil porque Ortega no va a dar condiciones para que la oposición pueda ir unida. Me imagino que Ortega va a forzar o va a colaborar, para que la oposición pueda ir en algún partido político, sabiendo que eso va a provocar posiblemente división dentro de los grupos opositores”, dijo Peraza.

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Evo Morales en su cierre de campaña en el Alto Bolivia junto a su vicepresidente Alvaro García Linera.
LAPRENSA/AFP

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La OEA entrampada

Por otra parte, la situación de crisis electoral en Bolivia le impone a la Organización de Estados Americanos (OEA) el reto de utilizar todas las armas que tenga a su alcance, para que se respete el voto popular en Bolivia. Sino lo hace, José Pallais opinó que esta organización internacional, que participó como observador electoral en el proceso electoral de Bolivia, “estaría fracasando en su objetivo y en su compromiso con la democracia”. También, según Pallais, “estaría mandando un mensaje muy negativo a otros países, con gobiernos similares al de Evo, con la misma orientación de los países miembros del Alba, que van a sentirse autorizados o sin ataduras para proceder de manera similar, de robar el voto al ciudadano”.

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Pallais manifestó  que “la OEA está entrampada, porque sino ejerce las opciones que tiene para responder con firmeza, fracasa como organización de defensa de la democracia en la región. Ese fracaso tendría consecuencias negativas para la democracia en América, porque una salida de la OEA de pura retórica, sin una respuesta firme, significaría perder la credibilidad absoluta de esa organización”, agregó.

Este martes, la OEA anunció a través de un comunicado que el  Consejo Permanente de la OEA, se reunirá en una sesión extraordinaria mañana miércoles 23 de octubre, para considerar “la situación en Bolivia”, de acuerdo a la solicitud de las Misiones Permanentes de Brasil, Canadá, Colombia, Estados Unidos y Venezuela.

Lea Además: Elecciones en Bolivia: se debe «restaurar la credibilidad en el proceso de conteo de votos» dice la OEA

Peraza manifestó que si la OEA tiene una “actuación pusilame” en Bolivia, se va a tener una idea de lo que se le viene a Nicaragua en un eventual proceso electoral.”Si Evo Morales logra imponer su criterio, de que no hubo fraude electoral y de que él no necesita ir a una segunda vuelta, eso me da a dar un poco los parámetros de lo que pueda suceder en Nicaragua, ya sea en el 2020 o en el 2021″, valoró Peraza.

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