Mientras el régimen de Daniel Ortega busca financiamiento con fondos verdes internacionales, para proyectos de conservación de los ecosistemas, recorta el presupuesto al Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), que operará en el 2020 con 146 millones de córdobas menos respecto a los 377.1 millones que les fueron asignados en el 2019.
De acuerdo con el Proyecto del Presupuesto General de la República 2020, el Marena recibirá 231.1 millones de córdobas para la gestión ambiental, lo que implica una reducción de un 38.7 por ciento con respecto a 2019. No es extraño que el régimen asigne menos fondos para el Marena, puesto que históricamente, dicha cartera no ha sido una de las prioridades para la asignación presupuestaria que hace la dictadura.
En el 2019 dicho ministerio también sufrió un recorte, puesto que en el 2018, el presupuesto destinado era de 492.4 millones, es decir, que en este año ha trabajado con 115. 3 millones de córdobas menos que en 2018.
Para el especialista en negociaciones climáticas del Centro Humboldt, Alejandro Alemán, el tema ambiental no ha estado en el marco de las prioridades para este gobierno, y la búsqueda de fondos en el exterior bajo la sombrilla del medio ambiente, les permite liberar partidas del presupuesto que no necesariamente son para cuidar los recursos naturales.
Por su parte, el régimen orteguista asegura que invertirá 110 millones de dólares para la conservación de la Reserva Biológica Indio Maíz y Biosfera de Bosawas, por medio de un proyecto que aun está en fase de aprobación. Asimismo, también busca mediante el Programa de Reducción de Emisiones, la aprobación de 55 millones de dólares por parte del Fondo de Carbono del Banco Mundial.
Esto último es rechazado por organizaciones ambientales, que cuestionan la posibilidad que le otorguen estos financiamientos al gobierno debido a la crisis sociopolítica que atraviesa el país, al mando de un régimen cuya legitimidad ha sido cuestionada, principalmente, por la violación a los derechos humanos y los señalamientos de haber cometido crímenes de lesa humanidad.
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El discurso que mantiene Nicaragua a nivel internacional, es de un país protector de los derechos de pueblos indígenas, de las reservas naturales, de los derechos de la madre Tierra, lo cual no es coherente con lo que sucede en la realidad, dijo Alemán. Esos planteamientos, según el experto, buscan movilizar recursos financieros con fondos no convencionales ante el achicamiento de fuentes tradicionales.
Con este presupuesto, el Marena debe atender cinco programas, entre estos, los servicios de protección y mejoramiento de la calidad ambiental y los servicios de mitigación y adaptación al cambio climático.