El emblemático “Programa Amor para los más chiquitos y chiquitas” cumple 12 años desde su creación, en medio de un manejo discrecional, en el que se desconoce el alcance del mismo y el uso de los recursos públicos destinados al proyecto, según una investigación publicada ayer por la iniciativa Transparencia Nicaragua y Onda Local.
Dayra Valle, especialista en contrataciones y miembro del Colectivo Transparencia de Nicaragua señala que hay poca información disponible sobre los resultados del programa y lo poco que se conoce es a través de notas informativas de medios afines al partido de gobierno, que utilizan el programa como bandera política.
“En los informes anuales de Liquidación del Presupuesto General de la República, tampoco hay información específica, ni sobre fuentes de financiamiento del Programa Amor, solo sobre el indicador familias visitadas por primera vez. Esto impide hacer un diagnóstico orientado a la optimización de los recursos, es decir un análisis de la eficiencia y la calidad del gasto”, detalla Valle.
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Cuando Ortega retomó el poder en el 2007 varios programas de asistencia social comenzaron a surgir, entre ellos el Programa Amor, que se planteaba como meta que en 2011 ningún niño estuviera en la calle y recibiera la atención social necesaria por parte del Estado.
En el 2011 los niños seguían en las calles, pese a que la propaganda estatal destacaba al Programa Amor, como una estrategia de Estado manejada hasta ese año por el Ministerio de la Familia, Niñez y la Adolescencia.
Sin embargo, el manejo de los recursos públicos dirigidos al programa se comenzó a fragmentar entre el Ministerio de la Familia, el de Educación y Salud, haciendo más difícil el escrutinio y fiscalización del dinero que supuestamente sostiene en funcionamiento el programa estatal.
Los tres ministerios, según la explicación oficial, se encargan de atender a menores de 6 años en salud, nutrición y vacunación, un objetivo que dista de los planteamientos iniciales cuando se presentó el programa, que eliminar el trabajo infantil, fomentar el cuidado de la familia, proteger a los infantes que han perdido a sus parientes, entre otros.
La responsabilidad por ministerio
El Ministerio de Educación se involucra en el Programa Amor mediante la merienda escolar en los preescolares, pero la merienda escolar, que tiene otro manejo discrecional, tiene un mayor alcance, es decir más allá de los infantes menores a seis años, que es el objetivo del Programa Amor.
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En el caso de la vacunación y el control de crecimiento estaría siendo asumido por el Ministerio de Salud, mientras que el seguimiento y la visita a las familias lo asume el Ministerio de Familia. Solo en el caso de Mi Familia hay un presupuesto dirigido para la atención integral de los niños, que no está claro si es lo que cuesta todo el Programa Amor.
Este año de los 361.27 millones de córdobas destinados para el Ministerio de Familia, 15.1 millones de córdobas es para la atención y restitución de los derechos de las niños, es decir el 4.2 por ciento de su asignación.
Es tan poca la información que se tiene de este programa, que en los ejes del Programa Nacional de Desarrollo Humano 2018-2021, solo se señala que continuarán dándole seguimiento mensual a los niños menores de seis años “desde el embarazo, realizando estimulación temprana del recién nacido, vigilancia del crecimiento y desarrollo del niño”.
Valle señala que al no presentar la información necesaria, se está violentando la Ley 621, Ley de acceso a la información pública, porque no se encuentra información pública disponible en sitios web, pero tampoco dan información cuando se solicita.
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¿Cómo se financia el programa?
Cuando en 2012 el Mi Familia divulgó su Política Nacional de Primera Infancia, incorporó al Programa Amor dentro de un abanico de proyectos de atención a la niñez, y en el mismo mencionó que la política en sí se iba a financiar de cuatro fuentes:
1. Recursos Fiscales a través de Marco Presupuestario de Mediano Plazo y Presupuesto General
de la República
2. Recursos de la Cooperación Internacional.
3. Recursos de los Gobiernos Municipales.
4. Recursos desde alianzas con sector Privado, en el contexto de la responsabilidad social
corporativa
Otros programas que conformaban la política eran Amor para los más Chiquitos y Chiquitas, Programa Integral de Nutricional Escolar y Programa Derecho a un Nombre.
No se licitan los paquetes escolares
Otro de los programas que no ha sido transparentado, es el paquete escolar solidario, que consiste en la dotación de útiles escolares para niños de preescolar, primaria regular, multigrado y educación especial, de escuelas públicas del país.
El problema en este programa es que a pesar que son montos significativos, las compras se dan bajo la modalidad de contratación simplificada y no hay licitaciones. Asimismo los materiales son de dudosa calidad y su impacto debe valorarse porque los materiales no pueden dilatar todo el año lectivo.
Por ejemplo a un niño de primaria se le entrega nueve materiales: mochila, lápices de colores, lápiz de grafito, borrador de leche, block sin rayas, cuaderno pequeño rayado, lapiceros, estuche geométrico metálico y tajador. Todo estos materiales posiblemente duren los primeros dos meses.
Alex Bonilla, investigador y miembro del Colectivo Transparencia Nicaragua detalla que en el 2018 el Mined destinó 183.76 millones de córdobas para la compra de paquetes escolares, y este año 280.81 millones de córdobas, 97 millones de córdobas más.
“El Mined está indebidamente utilizando este procedimiento (contratación simplificada) que debe ser de uso excepcional, obviando el cumplimiento de actos administrativos y principios de las compras públicas a los que estarían obligados en los casos de licitaciones (públicas o selectivas) según el monto. Al realizar contratación simplificada, además de hacer más expedito el trámite de la compra, están seleccionando de manera discrecional, arbitraria y directa, al proveedor a quien contratan”, explica Bonilla.