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Las propuestas de la Iglesia

Ante la crisis sociopolítica de Nicaragua, no solo los movimientos sociales y políticos opositores han presentado proposiciones para resolverla de manera pacífica y democrática. También la Iglesia católica ha hecho propuestas que son de la máxima importancia, y no una sino varias, solo que no son partidistas ni entran en el detalle porque este no es su oficio. Se trata de propuestas pastorales y éticas, que son las que corresponden a los obispos.

Desde mucho antes de que estallara la crisis en abril de 2018, la Conferencia Episcopal le advirtió a Daniel Ortega en una carta que le entregó personalmente el 21 de mayo de 2014, la inminencia del estallido social y político a menos que se hicieran reformas fundamentales para reencaminar el país por un rumbo democrático. Pero Ortega, dominado por la soberbia, no atendió el consejo de los obispos.

Luego, cuando estalló la crisis que la Conferencia Episcopal había advertido proféticamente, Ortega pidió a los obispos que organizaran un diálogo nacional para buscar una solución. Entonces los líderes religiosos le recomendaron a Ortega que adelantara las elecciones revestidas con todas las garantías necesarias, para que los ciudadanos expresaran su voluntad en las urnas electorales y la crisis se resolviera de modo democrático. La respuesta de Ortega fue acusar a los obispos de golpistas y desencadenar una campaña de odio y represión contra la Iglesia católica.

A pesar de todo eso los obispos y sacerdotes se han mantenido al lado del pueblo, sufriendo la difamación, la represión y el asedio. Y no han dejado de decir lo que conforme a justicia, derecho y los valores democráticos se tiene que hacer, para sacar a Nicaragua del abismo al que la dictadura lo ha arrojado.

Entre los planteamientos de la Iglesia católica, cabe recuperar y resaltar el que la Conferencia Episcopal dio a conocer el primero de mayo pasado, en el cual los obispos claman por la libertad de todos los presos políticos y reafirman que es necesario reformar y renovar el Poder Electoral, “para que sea confiable e independiente”. Los obispos están claros de que el camino que se debe seguir para resolver la crisis es el electoral, pero de unas elecciones auténticas, honestas, creíbles y confiables.

Por otra parte, “la administración de justicia –indican los prelados en su declaración del primero de mayo– debe ser absolutamente independiente, imparcial, profesional y éticamente impartida, al margen de los designios políticos, partidos e ideologías.” Y aseguran con seguridad y certeza que “sin una justicia independiente no hay libertad”.

La Conferencia Episcopal aboga por “una Nicaragua donde todos seamos capaces de lograr una visión de cambio que conduzca a una transformación cualitativa”, por “una paz perdurable, justa y coherente con los intereses de todos (…) no repetir la historia de sufrimiento, muerte, dolor y agonía”.

Por medio de nuestros obispos Juan el Bautista sigue profetizando y predicando en el desierto, con la fe profunda e inconmovible –como ha dicho monseñor Silvio Báez– en la inevitable resurrección de Nicaragua.

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