A Melvin López se le apagaron los sentidos desde la primera caída en ese noveno asalto. Su rival, un chileno de 30 años llamado José Velásquez y conocido como Pancora, no solo había lanzado los dados desde el primer asalto, sino que no hizo una sola variación en toda la pelea. Olfateó como Melo bajaba su mano derecha y descargaba su izquierda en cruzado al rostro. También se sentía cómodo al ver que el muchacho nicaragüense ranqueado en las 118 libras y hasta ese momento, campeón NABA de la AMB, le hacía parte del trabajo: entrar a la zona corta, en donde a pesar que tenía desventaja insistía sin ningún sentido. El desenlace fue una estocada al corazón del joven de 21 años: tirado en el piso en el centro del ring de Miami.
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Melo pago muy caro su falta de contundencia. Con todo y los errores evidentes que cometió en ese combate, iba ganando la pelea y había colocado en cuatro ocasiones en malas condiciones a Pancora, quien tenía seis derrotas. En el primer asalto le clavó la izquierda al hígado y lo dejó vivir, en el cuarto se cruzaron ambos y el chileno se refugió en las cuerdas y López lo indultó ¡Por qué no remataste muchacho ! En el quinto tuvo otra clara oportunidad luego de conectarle un golpe bajo, dejó débil al sudamericano, pero después de dos golpes no daba la estocada final y, finalmente en el cierre del séptimo round estaba al filo de la navaja. El chileno era predecible y Melo decidió erradamente pelear a la corta distancia, recibiendo demasiado castigo.
En ese inicio del noveno cuando ocurrió la catástrofe en la carrera de Melo, ambos estaban agotados. Sin embargo, Velásquez aprovechaba que no necesitaba ir en la búsqueda de Melo y correr el riesgo de ser atrapado por la izquierda del nicaragüense tratando de cortar distancia porque el nica estaba ahí. Conectó dos upper y una izquierda en cruzado, cerrando con una derecha en volado que le hizo perder el equilibrio. Comenzó el conteo. Melo ya estaba noqueado, pero se levantó por coraje y corazón. Y cuando trató de intercambiar golpe en su regreso fue recibido por una izquierda en cruzado al rostro. Tenía la derecha abajo sin usarla como escudo. López perdió por primera vez en su carrera luego de 21 triunfos consecutivos. No es el final, pero sí un punto de inflexión en su vida.