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Cristiana Chamorro: “Los medios independientes viven con las uñas”

Cristiana Chamorro, vicepresidenta de LA PRENSA, habla en esta entrevista sobre la crisis en los medios de comunicación de Nicaragua, pero también de las opciones que han surgido para seguir haciendo periodismo de calidad

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Las paredes de la oficina de Cristiana Chamorro Barrios en LA PRENSA son un mosaico en blanco y negro de parte de la historia moderna de Nicaragua. Fotografías con su padre, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, periodista asesinado durante la dictadura somocista, y su madre, Violeta Barrios de Chamorro, presidenta de Nicaragua entre 1990 y 1997, pero también con sus hermanos, o caricaturas satíricas de los políticos de los últimos cuarenta años adornan casi todo el espacio.

“Todavía falta esta pared”, señala enfrente, y agrega: “Aquí vamos a colocar las fotografías de la historia que nos hace falta”, dice con optimismo, en referencia a un cambio de gobierno, tras la crisis política de 2018 en Nicaragua.

Cristiana Chamorro fue asesora del gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, y desde 1993 es vicepresidenta del Diario LA PRENSA. Y aunque en algunas encuestas pregunten por una posible candidatura a la presidencia, ella responde que “colabora con todos los sectores por la transformación de Nicaragua”.

El deseo de Cristiana desde pequeña fue ser periodista y desde 1997 ha estado al frente de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, para “apoyar al periodismo independiente para mejorar las capacidades” de quienes se dedican a esta profesión.

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En esta entrevista habla sobre el estado del periodismo, el legado de su familia, la crisis y el futuro de LA PRENSA, el periódico de 93 años de edad, del cual dice que “vivirá más que el régimen de Ortega”.

Usted fue directora de LA PRENSA en la década de los ochenta, que fue difícil para el periodismo. ¿Se puede comparar con lo que se está viviendo actualmente?

Cada tiempo es distinto, pero el período de los años del sandinismo, como toda dictadura, siempre fue en contra del periodismo libre y las libertades. Y tuvimos algo parecido: exilio, persecución, cierres, censura, todo tipo de uso de represión. En la actualidad lo que yo he visto es una escalada represiva donde se ha criminalizado al periodismo de una forma jamás vista en décadas. Incluso tuvimos periodistas presos, torturados, periodistas mujeres lo sufrieron también. Es cierto que en el pasado nos cerraron y nos llevaron a las cenizas, pero ahora vemos que hay una forma que ha sido terrorífica de declarar la muerte civil a todo lo que es libertades públicas y libertad de expresión, que es la piedra angular de las libertades. A mí no me gusta comparar porque son dos regímenes distintos, porque no apruebo el pasado, ni apruebo el presente. Y a cada uno hay que juzgarlo en su tiempo y su circunstancia.

¿Por qué el régimen ataca a los medios independientes?

Todas las dictaduras lo hacen. Porque también lo hizo la dictadura somocista, la de los sandinistas de los años ochenta. Sus primeras expresiones en contra de la libertad van en contra del periodismo porque el periodismo y las libertades de expresión son los canales donde la gente denuncia, se informa, hace sus proclamas; es como el estandarte de las conciencias ciudadanas que se expresan en los medios de comunicación. Afortunadamente ahora tenemos otros medios, que no son los tradicionales (impresos, radiales y televisivos). Los gobiernos que son enemigos de la prensa son dictaduras, porque se tiene que dar libertad. La libertad es antes que el Estado, es una cuestión intrínseca del ser humano.

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Este gobierno tiene retenidos por más de 60 semanas los insumos de LA PRENSA, de la cual usted es vicepresidenta, y tiene ocupadas la redacción de Confidencial, cuyo director es su hermano, Carlos Fernando Chamorro. ¿Hay un encono especial de este gobierno con la familia Chamorro?

Yo creo que hay un encono contra todos los ciudadanos que quieren ser libres en Nicaragua, no solo con la familia Chamorro. Es decir, los presos políticos y los asesinados es una expresión de encono contra el ejercicio ciudadano de su libertad. Es una represión que vivimos anteriormente, que la vivimos con Somoza, y la vivimos ahora. Lo que hemos visto con mayor sorpresa es que todo lo que leímos en el libro Estirpe sangrienta, de mi padre Pedro Joaquín Chamorro, lo estamos viendo, y creímos que nunca más lo íbamos a ver. Simplemente por mantenerse intocable con un poder represivo.

El periodismo está atravesando desde algunos años la revolución digital a nivel global para poder encontrar un modelo económico rentable, pero en Nicaragua estamos inmersos en una crisis económica que se agrava cada día y en un contexto de dictadura que intenta coartar libertades. ¿Cómo se puede medir el deterioro del periodismo en este país?

Yo diría que el periodismo ha sido golpeado, criminalizado, perseguido, intimidado, pero te voy a decir: el periodismo se ha ganado seis premios internacionales este año. Los periodistas que se fueron al exilio no se fueron a trabajar en asuntos domésticos u otra actividad, sino que se fueron a hacer periodismo. Entonces vos ves que hay una generación comprometida con su profesión, consecuente con su vocación. Y yo no diría que el periodismo está arruinado, sino más bien se ha fortalecido en sus capacidades, en innovación, en creatividad. Claro, está golpeado económicamente, porque este sistema no le da tregua a nada: está contra todo lo que se manifieste como libertad. Pero yo diría que una vez que pase esto, me siento con la confianza que vamos a tener unos jóvenes de prensa, como los del periodismo de antaño, que saben cuál es su misión y que no se venden. Los periodistas no se han vendido. Se han tenido que ir fuera del país, pero ahí están en primera fila. En el premio digital que dimos en la fundación miramos la diferencia que hay en los trabajos: antes del 18 de abril no estaban tan comprometidos con las libertades públicas. Sin embargo, este año miramos un salto de calidad. Así que Daniel Ortega, con todo y su represión, no ha podido con la libertad del periodista que quiere hacer su trabajo.

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¿Pero no cree usted que esta presión económica ponga en peligro hacer periodismo?

Aquí todos estamos en peligro, no solo los periodistas. Aquí vivimos con el credo en la boca, casi. Porque aquí en cualquier momento te pasa algo. Como te digo, ha sido debilitado y golpeado económicamente. Eso nos hace retroceder un poco, pero lo importante es que no retroceda en su misión, en su vocación, en sus capacidades, y que ese golpe no haga perder creatividad. Por eso creo que tendremos un periodismo más fortalecido, y en un cambio de gobierno tendremos que tener mejores condiciones para hacer periodismo.

¿No cree que desaparezca el periodismo independiente en Nicaragua?

No, el periodismo nunca va a desaparecer porque está ligado a la libertad ciudadana. Y yo creo que en Nicaragua vamos a seguir luchando por nuestras libertades plenas y las vamos a lograr. Lo quiera el régimen o no lo quiera. Esa es la meta que tiene Nicaragua en este momento. Eso y conseguir elecciones. Lo vamos a conseguir cuando hagamos un cambio.

Fue directora de LA PRENSA entre 1987 y 1990. LAPRENSA/O.Navarrete

¿Cómo se encuentran los modelos de negocios de los medios de comunicación en esta crisis?

Se encuentran debilitados, en su mínima expresión. Aquí mismo, en LA PRENSA, golpeada por la falta de papel y todo lo demás. Pero así como te digo, que hay innovación y creatividad en responderle al régimen, también hay innovación y creatividad en ver cómo monetizar en estos tiempos. Se vive con las uñas pero ahí van y se mantienen.

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¿Cómo se sobrevive haciendo periodismo en Nicaragua?

Con la ilusión de hacer su trabajo. Y buscar la manera y la forma de cómo transmitir el pensamiento de otro por medio de las entrevistas y coberturas. Y en los medios de comunicación nuevos hay una fuerza y una determinación de salir adelante.

En el caso de LA PRENSA, un periódico de 93 años de existencia, está pasando por una asfixia económica por la retención de materiales. ¿Cuál es el futuro de este medio?

Le estamos respondiendo todos los días. Estamos tratando de salir aunque sea con una página o dos páginas, pero yo creo que LA PRENSA va a vivir más que el régimen. Ya ha pasado. Sobrevivió a Somoza, a los sandinistas, y creo que también puede sobrevivir ahora.

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¿Cree que esta crisis tendrá una salida cívica?

Creo que sí. Si algo hemos aprendido los nicaragüenses en estos casi 40 años después de la revolución sandinista, es que todos queremos una salida cívica, pacífica y no violenta. Y nadie ha caído en esa provocación. Solo Ortega nos ha querido provocar.

¿Cómo cree que se pueda lograr esa salida?

Cuando en LA PRENSA estábamos en los peores tiempos, teníamos un lema interno: “La imaginación al poder de la libertad”. Así que aquí el pueblo de Nicaragua tenemos la suficiente imaginación y creatividad para lograr esta libertad. Que cómo se vaya a lograr, creo que vamos poco a poco y en eso estamos. Obviamente el régimen está duro, no cede, pero sus tiempos se están agotando.

¿Se imagina unas próximas elecciones con Daniel Ortega en la boleta?

Esté o no esté, a mí no me importa. Porque le ganamos en elecciones libres y plenas. Como dijo Enrique Bolaños hace tiempo: “Que corra que es out”. Es decir, a mí no me parece que ese sea el tema, sino que tengamos elecciones con plena libertad, con reformas electorales y observadas. Yo le diría a Ortega que no tenga miedo, que cuál es la cobardía, porque si cree que va a ganar, que corra, pero en plena libertad. Ahora, tenemos el ejemplo de Bolivia, para que no vayamos con unas reglas electorales que no sean las completas y las que quiere toda Nicaragua.

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¿Usted valora algo positivo de este gobierno de Daniel Ortega desde 2007?

Está difícil, porque en la manera en que está terminando su período, no podés reconocer nada. Haberse ensangrentado, hacer esta matanza innecesaria, tener al país destruido, entonces cualquier cosa buena que haya hecho, ya la acabó. Hoy estamos en un fracaso completo, en medio de un dolor y una tristeza que le trajo a Nicaragua, que tenemos que reparar.

En varias de las encuestas de opinión a usted la ubican como una de las personalidades como candidata a la Presidencia. ¿Qué opina sobre eso?

Yo agradezco que se siga reconociendo el gobierno de mi madre (Violeta Barrios de Chamorro) porque fue durísimo, costó muchísimo. Y que de alguna manera siga siendo referencia de un tiempo en el que se intentó fundar las bases de la democracia. Creo que queda como ejemplo que hay que revisar para ver si podemos volver algunas de las bases reparando sus errores.

¿Alguna organización política se le ha acercado a usted?

Yo trabajo con todo el mundo. Me invitan, participo, colaboro en lo que se puede, desde mi posición de ciudadana para la transformación de Nicaragua.

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¿Qué diría su padre, Pedro Joaquín Chamorro, de esta situación que estamos viviendo?

A mí no me gusta juzgar a la gente fuera de sus circunstancias. A mí me parece que a la gente hay que verla y leerla en el contexto. Lo que se puede es tomar su ejemplo, recogerlo y seguir consecuentemente lo que aprendiste. De mi padre yo tomo que estuvo comprometido con Nicaragua para tener una república plena, completa, con el respeto a los derechos humanos, a las libertades públicas y a los distintos poderes del Estado. Algo bien importante, que dijo mi papá, es tener siempre la dignidad de la persona y del ser humano por delante de todo. Tener por encima de todo el valor del ser humano para no caer en opresión. Y también, él siempre proponía una visión de nación, que se ponga por encima de todo y haya una paz duradera.

Cristiana Chamorro fue reportera de LA PRENSA a inicios de los años 80. LAPRENSA/O.Navarrete

Plano personal

Cristiana Chamorro Barrios nació el 5 de febrero de 1954.

Estudió Historia y Filosofía, con una maestría en Estudios Latinoamericanos concentrada en Historia y Literatura.

Fue reportera de LA PRENSA durante tres años, al inicio de los años 80.

Se convirtió en editora de Opinión hasta 1986, y ganó un premio internacional de periodismo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Fue directora del Diario LA PRENSA desde 1987 hasta 1991.

Su esposo, el político y empresario, Antonio Lacayo Oyanguren falleció en un accidente aéreo en 2015. Con Lacayo Oyanguren tuvo dos hijos. De su esposo se dice que fue un “actor clave” en el proceso de transición democrática nicaragüense que encabezó su madre, Violeta Barrios de Chamorro.

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