Miles de chilenos volvieron a hacer suya la céntrica Plaza Italia en Santiago de Chile, epicentro de las protestas que cumplen este lunes (04.11.2019) 18 días, para continuar tras un fin de semana en calma con la exigencia de reformas estructurales para combatir la desigualdad social.
“Superlunes”
La convocatoria fue realizada por la agrupación “Unidad Social”, que incluye a unas 70 organizaciones sindicales y sociales, bajo el lema de “Superlunes” de protesta, ya que el fin de semana la gente decidió no agolparse en la plaza como sí hizo las dos semanas pasadas.
Los manifestantes portaron pancartas con lemas como “Todo el poder a las asambleas” en referencia a las propuestas de democracia participativa que comienzan a proponerse en el país como alternativa a las decisiones de los poderes del Estado, principalmente Ejecutivo y Legislativo, que generan desencanto entre la población.
Aunque las Fuerzas Especiales de Carabineros intentaron dispersar a los manifestantes desde un extremo de la plaza con el lanzamiento de gases lacrimógenos al centro de la movilización y el uso de camiones lanza-agua, conocidos popularmente como “guanacos”, la gente se mantuvo en el lugar.
Es más, con el paso de los días de protestas la ciudadanía comienza a tolerar el chorro de agua y encuentra diferentes maneras para eludir los gases, bien lanzando las bombas lacrimógenas hacia la zona del dispositivo policial o ahogándolas con conos de tráfico y cubos para que se apaguen por falta de oxígeno.
Grafitis y lemas
Por otra parte, en las calles, los muros de Santiago se han convertido en un medio para hacer reclamos. Entre grafitis, lemas y bastante destrucción, la capital chilena está marcada por la protesta en días que los manifestantes compiten para poner en palabras e imágenes su malestar.
Ni un tramo de los ocho kilómetros de la avenida la Alameda ha quedado libre de pintadas o desmanes. A lo largo de la principal vía de Santiago que conduce hasta Plaza Italia, centro neurálgico de todas las manifestaciones desde el 18 de octubre, los edificios han quedado tatuados de rabia.
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“Asesinan, violan, torturan”, “Chile en estado de rebelión”, “Barricadas y besos”, “Grita por aquellos a quienes el gobierno ha amordazado”, “Beben la sangre del pueblo”. .. Los chilenos han salido en multitud a las calles a denunciar la crisis social sin precedentes que está sacudiendo al país.
Con dichos y grafitis, la calle expresa hartazgo de un sistema que los ahogó en deudas para financiar educación, salud y luego recibir pensiones paupérrimas. “La normalidad es nuestra esclavitud”, “Apaga la tele”, “Tiembla la injusticia cuando luchas contra los que no tienen nada que perder”, pero el reclamo que más se lee: “¡Nueva Constitución!”.
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