Aun cuando fue seleccionado hasta en la ronda 33 y resultó el jugador número 1,011 en ser escogido durante el sorteo del beisbol amateur de Estados Unidos del 2008, Roberto Pérez solo necesitaba una oportunidad para mostrar su talento en las Ligas Mayores.
Nacido en Mayagüez, Puerto Rico, en 1988, Pérez esperó durante seis años en las Menores para debutar en el big show en 2014 y no fue sino hasta este año, cuando finalmente pudo ser el receptor titular de Cleveland, tras la salida del brasileño Yan Gomes.
Y lo hizo tan bien Pérez, que resultó el mejor jugador defensivo de todas las Grandes Ligas, además de concluir con 24 jonrones, 63 remolques y un modesto .239 de porcentaje ofensivo, pero lo que hizo con la manopla y brazo, fue de una verdadero súper estrella.
Pérez lideró las Ligas Mayores en carreras defensivas evitadas (Defensive Runs Saved) con 29, una estadística avanzada que mide el real impacto defensivo de un jugador para su club. Así que se llevó el premio que otorga la empresa manufacturera Wilson.
Evaluación más profunda
A diferencia de los ganadores del Guante de Oro, patrocinado por la Rawlings, quienes son escogidos por mánagers y coaches de los equipos de Grandes Ligas, los ganadores del título de más defensivo, son seleccionados estrictamente por las estadísticas.
Además del método tradicional del porcentaje de fildeo, que mide básicamente la habilidad para concretar outs, la DRS evalúa el grado de dificultad del batazo, el alcance y brazo del fildeador y su destreza para ejecutar jugadas de doble plays.
Por ejemplo, los batazos están clasificados, según la oportunidad de ser convertidos en outs, en imposibles (0 por ciento), remotos (de 1 a 10 %), improbable (de 10 a 40 %), regular (de 40 a 60 %), probable (de 60 a 80 %) y rutinarios (100 %).
Obviamente, quienes se acerquen más al extremo inicial, tendrán mejor puntuación. Esto quiere decir que si, en un caso, un jardinero captura un batazo que está en el rango del 30 % de ser atrapado, gana 0.7 puntos, pero si no lo coge, pierde 0.3 puntos.
De manera que se evalúa las carreras que se evitan y las que se permiten con el accionar defensivo. Los buenos fildeadores terminan en el rango de las 15 a 20 carreras salvadas por temporada. Hay quienes también concluyen con saldo negativo en este aspecto.
Pérez resultó el mejor
De manera que Pérez con 29 carreras salvadas, fue el Jugador Más Defensivo del 2019. Él defiende muy bien, bloquea muy bien y tiene muy buen brazo. Además es el mejor receptor encuadrando picheos, es decir convirtiendo lanzamientos dudosos en strikes.
El primera base más defensivo es Freddie Freeman de los Bravos, quien lo consigue por segunda vez; en segunda Kolten Wong de San Luis, por primera vez; en el shortstop Andrelton Simmons de los Ángeles, sexta vez, y en tercera Matt Chapman de Oakland, segunda vez.
En el outfield los mejores fueron el venezolano David Peralta de Arizona en el bosque izquierdo, Aaron Judge de los Yanquis en el derecho y Lorenzo Cain de Milwaukee en el certerfield, quien lo logra por cuarta ocasión. Para Peralta y Judge es la primera vez.
El lanzador de mejor defensa fue Zack Greinke de los Astros, quien también ganó Guante de Oro en este 2019. El equipo de mejor defensiva este año fue Houston, apuntalado por Alex Bregman, Carlos Correa, George Springer y Greinke, quienes brillaron con la manopla.
Detalles
Este premio se otorga desde el 2012. Antes se premiaba a un defensor de cada posición en cada liga. Desde el 2014 es uno por las dos ligas.
Denard Spanh es el único pelotero que ha sido designado el mejor jugador defensivo en una posición en ambas ligas. En 2012 con Minnesota y en 2014 con Washington.
Adrián Beltré en el líder en carreras salvadas de por vida con 212. El peor defensor según esta métrica es Derek Jeter con -152 carreras salvadas desde 2003, cuando se estableció este método.
El récord de más carreras salvadas en una temporada lo tiene Kevin Kiermaier de Tampa Bay con 42 en el 2015. El peor, Matt Kemp con -33 en 2010 con los Dodgers.
Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR