El Barsa estaba obligado a ganar. Su entrenador Ernesto Valverde lo necesitaba. La directiva lo había advertido: un empate o derrota ante Celta lo sacaba del banquillo. Los jugadores lo intuyeron y lo dieron todo en el campo, sobre todo Messi, que se exhibió marcando un triplete para imponerse 3-1 y dar un respiro al técnico por su derrota en Liga y empate en Champions.
No era fácil para el Barsa encontrar el camino a portería. El Celta estaba bien ordenado y tapando líneas de pases hasta que un descuido en el área despejó la ruta gol. Junior tocó línea de fondo y centró al área. El central del Celta se lanzó a tapar con la mano arriba, desviando el esférico para un penalti de libro. Messi (23) transformó el gol desde los 11 pasos y después completó su recital con dos tantos de tiros libres (45+2 y 48), imposibles para el portero Rubén Blanco, el último previo al descuento Lucas Olaza (42), también de falta.
En la segunda parte, el Barsa lució más sólido con el ingreso de Busquets y Dembelé. Revolucionaron el juego, sobre todo el francés, quien desde que entró desequilibró en la ofensiva y asistió a Busquets (85) en el 4-1, para ser líder en solitario por diferencia con 25 puntos, los mismos del Madrid, que cerró una semana redonda por sus dos victorias por goleadas, 10 tantos marcados, ninguno recibido. El Galatasaray (6-0) se vio pequeño en el Santiago Bernabéu el miércoles pasado en Champions y el Eibar (0-4) incomodó menos este sábado.