Más de 30 agentes antidisturbios de la Policía Orteguista acordonaron las entradas de la Iglesia San Miguel Arcángel de Masaya, impidiendo el ingreso de feligreses que buscan participar de una eucaristía que celebraría el párroco Edwin Román.
El sacerdote salió del templo católico en busca de los feligreses, que disgustados esperaban que les permitieran el ingreso en el Parque San Miguel.
La Policía Orteguista permitió la salida de Román. Sin embargo, no lo dejaban pasar cuanto intentó meter al templo a los feligreses que buscaban participar de la misa.
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Los enviados de Ortega procedieron a lanzar codazos contra Román, que buscaba sin lastimar a nadie, pasar con sus feligreses.
Román, a petición de sus feligreses, desistió de intentar que le permitieran pasar con los devotos católicos que llegaba a celebrar la eucaristía. No obstante, antes de ingresar al templo, Román elevó oraciones a la virgen María y pidió por paz, democracia y justicia para Nicaragua.
“Señor somos víctimas de una dictadura, un señor que desata las cadenas y lo que las detiene reprime a todo el demonio que está gobernando a Nicaragua, sabemos que el mal no puede prevalecer sobre el bien y la bendición de Dios todo poderoso descienda y prevalezca sobre ustedes”, dijo el sacerdote en sus plegarias, que elevó rodeado de policías y fanáticos Orteguistas.
El párroco, antes de despedirse de los feligreses a los que no se le permitía ingresar, elevó consignas como: “Viva Cristo Rey”, “Viva San Miguel” y “Viva Nicaragua Libre”.
Mientras el sacerdote elevaba sus plegarias y gritaba consignas, junto con los feligreses que no podían entrar al templo católico, un grupo de fanáticos Orteguistas vociferaban en su contra.
Agresiones
“Me dieron codazos y no me querían dejar entrar con la familia que venía a celebrar la eucaristía”, denunció Román ante los medios de comunicación que se encontraban en el lugar.
Lamentó que en Nicaragua se continúa irrespetando la libertad de culto. “No existe libertad de culto en Nicaragua. No se nos permitió celebrar una eucaristía con una familia”, insistió el párroco de la Iglesia San Miguel Arcángel.
El sacerdote católico indicó que la misa sería celebrada, pese al asedio policial y aunque la familia fuera impedida de ingresar, puesto que “la palabra de Cristo dice que donde hay dos o tres ahí, está Él”.
El impedimento policial contra los feligreses de la la Iglesia San Miguel se da horas después que un grupo de 10 madres inició, en ese templo, una huelga de hambre en demanda de la libertad de todos los presos políticos, que hasta la fecha ascienden a más de 130, según cifras de organismos nacionales defensores de derechos humanos.