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Cinthya Scarlata López Blanco, de 18 años.

Grandes crímenes | La última noche de Cinthya Scarlata

A la joven de 18 años la asesinó Carlos Andrés González, un compañero de trabajo. Ocurrió en diciembre de 2002. Al asesino jamás lo detuvieron, sigue prófugo de la justicia

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Este reportaje fue publicado originalmente en el Diario HOY el 10 de mayo de 2019

El 28 de diciembre del 2002 a primera hora, doña Rosario Blanco Peña llamó desesperada a la empresa Fogel en Managua para preguntar por el paradero de su hija, Cinthya Scarlata López Blanco, de 18 años, que trabajaba como recepcionista en dicho consorcio. La señora explicó con suma aflicción que la joven no había llegado a dormir a casa, en Granada y tenía un mal presentimiento porque algo así jamás había ocurrido con ella.

Inmediatamente, de la Fogel enviaron una camioneta con el chofer Carlos Andrés González González, de 21 años y una compañera de Cinthya para brindar apoyo a la angustiada madre.

En camino de Granada a Masaya la señora preguntó por el conductor que se supone trasladaría a su hija al terminar la fiesta de fin de año que todos los empleados celebraron en el Restaurante y Marisquería Majava.

El silencio dentro del vehículo no duró por mucho, la amiga de Cinthya señaló con el dedo índice a Carlos Andrés González González, “fue él”, y este cambió de color en cuestión de segundos, empezó a sudar, temblar, mover el timón torpemente, hasta pidió permiso para ir a cambiarse la camisa mojada a su casa.

La reacción de González activó una señal en el corazón de la madre, un mal pensamiento la inundó, pero hizo caso omiso a sus palpitaciones. Tenía la esperanza de encontrar a su hija sana y salva pero no ocurrió así.

Horroroso hallazgo

HOY/Reproducción: Yury Salvatierra

Al atardecer del 29 de diciembre del 2002 a orillas del muro de la quinta de Donald Lacayo, en el valle Gotel, hacia Las Jagüitas, en el Reparto Schick de Managua, fue encontrado el cuerpo de Cinthya en estado de descomposición.

Un grupo de personas descubrieron unos pies que salían de un cúmulo de arena. De inmediato, avisaron a las autoridades y el cuerpo fue retirado.

Carlos Emilio López, hermano de la víctima y hoy día diputado del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), refirió a LA PRENSA en esos días que según el dictamen del forense Abad Valladares, su hermana primero fue golpeada en la cara, en las piernas y finalmente estrangulada.

En torno a si fue o no violada, jamás se confirmó pero trascendió que fue asesinada atrozmente al poner resistencia ante su compañero de trabajo, el conductor Carlos Andrés González González que intentó abusarla sexualmente.

Culpable

Todas las investigaciones apuntan a que Carlos Andrés González González es el asesino de Cinthya. Reproducción: Yury Salvatierra

El 28 de diciembre, en horas de la tarde, el entonces subcomisionado de la División Cinco de la Policía, Sergio Gutiérrez citó a Carlos Andrés González González por ser la última persona que miró con vida a Cinthya Scarlata la noche festiva del 27 de diciembre, pero este no se presentó, huyó inmediatamente. Según las indagaciones González salió rumbo a Guatemala por el puesto fronterizo Las Manos, a eso de las 8:30 de la mañana el 31 de diciembre.

En la búsqueda por reconstruir el crimen, las autoridades investigaron cómo fue la convivencia entre los comensales del Restaurante y Marisquería Majava la noche fatal. Cinthya, según sus colegas bailó algunas piezas, era una muchacha bella, educada y obediente con su familia.

Estaba consciente que debía volver a casa porque temprano su madre le negó el permiso de quedarse con una amiga. Al terminar la fiesta a las 9:30 p.m. salió del sitio con su asesino, este primero fue a dejar al resto del personal, se quedó con ella y al parecer la convenció en visitar a un amigo, donde según las autoridades ambos tomaron licor.

Al momento de partir, González se dirigió a la Pista Suburbana, al sur del barrio San Judas, para finalmente llevar a Cinthya a casa. Como ya es conocido, la joven fue asesinada en ese lapso, pero no se tuvo certeza en qué lugar.

La Policía presumió que González la mató en el vehículo, porque se encontraron pertenencias de ella, cabello arrancado a la fuerza y sangre.

Aunque, también surgió la hipótesis de que la joven habría sido asesinada en la casa de su verdugo, situada en el kilómetro 19 y medio de la Carretera a Masaya, donde se encontró una tarjeta Aval Card emitida en Bancentro de Granada, a nombre de Cinthya, también un recibo de credi-compras con fecha del 10 de diciembre y una botella de licor.

¿Eran pareja?

Madre de la víctima negó en todo momento que su hija tuviese una relación con su asesino, pues era una muchacha que le contaba todo, e incluso, le decía que cuando tuviera una pareja, sería la primera en saberlo. HOY/Reproducción: Yury Salvatierra

Algunos compañeros de labores de Cinthya Scarlata López Blanco y Carlos Andrés González González aseguraron que la noche del 27 de mayo, ambos estaban bastante cariñosos, incluso les vieron darse al menos un beso en la boca y ya en otras reuniones también se habían presentado juntos.

Esto alimentó las sospechas policiales, quienes al encontrar cosas de la occisa en la habitación de González, como hebras de cabello sobre la cama y preservativos usados con el mismo código genético (O+) de Cinthya, creyeron que posiblemente la joven fue asesinada por razones pasionales. Ultimada sobre la cama y luego llevada al valle Gotel para ser semienterrada.

Otros conocidos en cambio expresaron que González estaba perdidamente enamorado de ella (ella ni caso le hacía) y al verla sola e indefensa mientras la llevaba a casa, quiso propasarse y la joven puso resistencia. Por eso la mató con crueldad, le asfixió mecánicamente.

Campesino miró cómo la enterraron

El entonces subcomisionado Sergio Gutiérrez, de la División Cinco de la Policía, llamó a un campesino que desde el principio de las investigaciones aseguró haber visto a González la madrugada del 28 de diciembre en el valle Gotel, con la camioneta azul de la empresa Fogel. Lo miró cubrir con arena a la muchacha. Al principio no sabía que se trataba de un cuerpo, lo supo luego y dijo estar sorprendido y aterrado por haber presenciado tal atrocidad.

En enero del 2003 la Policía de Nicaragua pidió a la Policía de Guatemala y la Policía Internacional (Interpol) que capturaran a Carlos A. González quien presuntamente huyó a ese país saliendo por Honduras. Fuentes policiales en esos días dijeron que el acusado había sido visto en un Ciber Café de Ciudad Guatemala, adonde llegaba a enviar correos electrónicos a sus familiares y particularmente a su hermano.

Carlos González envió a La Prensa presuntamente desde Guatemala un correo donde alegaba su inocencia, pero su argumento no logró demostrarlo con detalles. En noviembre del 2003 Carlos Andrés González fue condenado a 30 años de prisión en ausencia por un jurado de conciencia. La sentencia no se ha hecho efectiva porque el condenado sigue prófugo. La Policía dejó claro que toda persona que sepa dónde está González y no lo comunique, será juzgada por encubridora.

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