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Lisseth del Carmen Bermúdez González guarda prisión por planear el crimen de su esposo. HOY/Cortesía

Grandes crímenes | La historia de “la Viuda Negra” del barrio Camilo Ortega

Un hombre es asesinado a cuchilladas en su propia casa en el barrio Camilo Ortega en 2012. Lo que parecía el resultado de un robo derivó en un asesinato planeado por su esposa Lisseth del Carmen Bermúdez

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Este reportaje fue publicado en el Periódico Hoy el 2 de febrero de 2018

La última comida que probó el farmacéutico Francisco Ramón Martínez López fue un batido de frutas que le hizo su esposa. Dos horas después el sueño lo venció. Pero despertó cuando sintió el filo de una fría navaja atravesándole el cuello dos veces.

El hombre de 48 años quiso defenderse de su atacante, pero la somnolencia y las dos profundas heridas lo tenían dominado. Martínez no sabía que su esposa, Lisseth del Carmen Bermúdez González, le había echado una pastilla de difenhidramina (antialérgico) en su bebida para que se durmiera.

Ese fue el primer paso del plan de Lisseth para matar a su esposo la noche del jueves 13 de diciembre de 2012 en la casa que convivían en el barrio Camilo Ortega.

Esa noche, caía una lluvia de estrellas sobre la capital. Así lo narró en el juicio un adolescente ahijado de la mujer y sobrino del farmacéutico, y quien sabía que su madrina mantenía una relación extramarital con Berman Valle Paladino, en ese entonces de 25 años.

Los vecinos solo escucharon los gritos de la mujer anunciando que dos ladrones habían ingresado a la casa y habían matado a su esposo. Misteriosamente, las alarmas de la propiedad de dos plantas no habían sonado. Desde un inicio esto llamó la atención de los investigadores policiales. Y las dudas se acrecentaron cuando encontraron un bolso en el cuarto de la pareja, este había sido dejado por el amante de Lisseth. Allí hallaron un celular, en el que había fotos de Lisseth y Berman confirmando la relación sentimental, la cual mantenían desde 2011.

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Bermúdez, quien tenía 28 años, cambió su versión al verse acorralada por la Policía. Les dijo que había inventado lo de los dos hombres para que los vecinos y familiares no se enteraran que ella tenía un amante.

Según familiares del farmacéutico asesinado, Lisseth Bermúdez vivía una vida llena de lujos y comodidades. HOY/Cortesía

Lujos y buena vida

Lisseth Bermúdez y Francisco Martínez se habían conocido 11 años atrás en una reunión de los alcohólicos anónimos. El próspero comerciante se casó con la joven y procrearon una niña, quien estaba acostada junto a su papá la noche del crimen.

Según Noelia Martínez, hija mayor de la víctima, Bermúdez mantenía varias tarjetas de crédito para realizar compras y su papá hasta le había comprado un vehículo que después del asesinato fue usado como taxi.

Cuando la Policía interrogó a Bermúdez, esta incriminó a su amante. Las autoridades giraron orden de captura internacional para Berman Valle Paladino.

Las investigaciones revelaban que Valle había pasado toda la tarde en la casa del farmacéutico, quien había llegado de trabajar a las 8:00 p.m. y pidió al ahijado de Lisseth que bajara unas compras de la camioneta.

“Lisseth estaba con Castillo y lo escondió cuando llegó el esposo. Ella dice que el sujeto se salió del escondite y le dio una puñalada en el cuello, lo que provocó que se desangrara”, explicó una semana después el comisionado mayor Emilio Rodríguez, en ese entonces jefe del Distrito Tres.

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Bermúdez fue detenida por la Policía y remitida al Ministerio Público, donde no se formularon cargos en su contra. Fue dejada en libertad. Esto enfureció a la familia de Chico, como era conocido el farmacéutico.

Lisseth Bermúdez y el farmacéutico Francisco López cuando compartían momentos felices. HOY/Cortesía

Lisseth desapareció del radar y de Berman Valle la Policía no tenía pistas. Hasta que en febrero de 2013 la Fiscalía decidió acusar a Bermúdez como autora intelectual del asesinato de su esposo. Un juez giró orden de captura, pero la mujer no era localizada.

Así pasaron los meses hasta que la familia del farmacéutico, en julio de 2013, ofreció mil dólares de recompensa a quien les diera pistas sobre la ubicación de la mujer. Su oferta hizo eco y en septiembre de ese mismo año, Lisseth Bermúdez finalmente fue capturada y llevada al banquillo de los acusados.

La acusaron por el asesinato de su esposo y en el juicio salió a relucir nueva información, como que un examante de la mujer dijo que Bermúdez dos años antes le había propuesto matar a su esposo para que se quedaran con la fortuna de este, pero el hombre se negó.

“Ya se va a acabar esto”

Otro testigo relató que la mañana de los hechos, él trabajaba en una construcción en la casa de la pareja y vio cuando escuchó cuando la hija de Martínez lo seguía y le decía: “Papi, papi”. Al ver esto, Lisseth dijo: “Este viejo hijo de puta, ni a la niña le pone mente, pero ya se va a acabar esto”.

El plan ya estaba siguiendo su curso. Entre las 5:00 y 6:00 p.m. de ese mismo día, la mujer presuntamente le pidió a su amante Berman Valle que se escondiera en la primera habitación del segundo piso de la casa.

Cuando Martínez se quedó dormido, solo un televisor alumbraba el cuarto. Al sentir los navajazos en su cuello, la víctima trató de defenderse, pero recibió otras dos heridas en el antebrazo derecho. Francisco murió desangrado, mientras su hija de tres años dormía a su lado.

En esta casa del barrio Camilo Ortega fue que se cometió el macabro crimen. El féretro del comerciante se ve en la camioneta. HOY/Archivo

Lisseth abrió el portón principal de la casa y según la acusación de la Fiscalía, Berman escapó. En ese momento, apareció el ahijado de la mujer y al ver la rápida salida del amante y los nervios de la mujer preguntó si Martínez los había encontrado. Pero Lisseth no respondió y lo tomó de un brazo para que la acompañara a verificar que Berman había huido. Caminaron varios metros y al ver que no había rastros del hombre, tomaron un taxi para regresar a la casa.

Luego vendría la actuación de Lisseth y los gritos para alertar a los vecinos de los supuestos ladrones.

El menor de edad también manifestó que ese día Lisseth lo puso a afilar una navaja. Él le preguntó de quién era y ella le respondió que era de Berman, quien quería el arma para protegerse “porque las calles estaban peligrosas”.

El testimonio en juicio del adolescente hundiría a Lisseth, quien fue declarada culpable en febrero de 2014 como autora intelectual del homicidio de su esposo.

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La juez cambió el delito de asesinato a homicidio y luego a parricidio. En mayo de ese mismo año, Bermúdez apeló la sentencia de 15 años a la que fue condenada, pero el Tribunal de Apelaciones de Managua le confirmó la pena. Lisseth Bermúdez saldrá libre en el año 2029.

Lisseth Bermúdez en una de las audiencias en los Juzgados. HOY/Archivo

Sin autor material

En el 2015, Berman Valle fue capturado en Costa Rica y extraditado a Nicaragua. En marzo de ese año fue acusado por el asesinato de Chico Martínez. En un momento del juicio se rumoraba que Lisseth Bermúdez testificaría en contra de su examante para buscar una rebaja de condena.

“La pretensión de ella es venir y que se condene a mi representado (Berman) para que esa prueba le sirva a ella en casación y poder salir (libre), o sea hasta dónde llega la astucia, la malignidad de la persona que en su momento se le llamó la ‘Viuda Negra’ y continúa siéndolo porque lo que quiere es perjudicar a mi representado y pretende que se condene a un hombre humilde, sencillo. Berman no cometió el hecho y ella tenía una trama bien montada y está utilizando a Berman como chivo expiatorio”, manifestó en juicio la abogada Vilma Ampié.

No declaró en juicio

Al final Lisseth no declaró, y de los testigos que sí lo hicieron, ninguno señalaba a Berman como el asesino, por lo que al tribunal de jurado solo le bastaron 30 minutos para declarar no culpable a Valle.

Berman Valle se abraza con sus familiares después de conocer el fallo de no culpabilidad a su favor. HOY/Archivo

Como el veredicto del jurado es inapelable, Berman ya no podrá ser procesado de nuevo y la Fiscalía tampoco puede apelar. Por lo que nadie está cumpliendo condena como autor material del asesinato de Francisco Martínez López.

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