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Después de un asalto, el imponente espíritu combativo de René “El Gemelo” Alvarado, ya había pulverizado el escepticismo e ilusionado nuestros corazones. Salió a disparar y ahora la única inquietud era si sería capaz de mantener el desbordante ritmo y lo logró con creces.
Es que Alvarado, una vez que se adueñó del escenario, no dio marcha atrás, demostrando que, tras años de espera sin un instante de desaliento, estaba listo para su oportunidad. Y se dedicó a terminar su trabajo con una intensidad admirable y un corazón de guerrero.
Lo de Alvarado el sábado en Indio, California, frente a Andrew Cancio, a quien despojó del cetro de las 130 libras AMB, no solo fue una demostración de coraje y condiciones físicas. También mostró un llamativo progreso boxístico que debe de sostenerlo en la cima en una categoría bien difícil.
Su ataque fue preciso, ordenado y consistente. Abría fuego con un notable jab de izquierda para establecer distancia y luego castigaba sin piedad con una derecha, en medio de combinaciones prolongadas que no tuvieron antídoto. Se acercó sin temor a disparar y se mantuvo en la línea de fuego.
De igual manera fue tremendo verlo asimilar varios golpes de poder de Cancio, quien en su afán por darle un giro al combate, disparó al cuerpo de René y siempre se llevó la peor parte porque el nica nunca le bajó el gas. Asimiló y continuó peleando hacia adelante, hasta demoler al oponente.
Durante los siete asaltos del combate, Alvarado no quitó el pie del acelerador. Incluso cuando fue estremecido, no se salió de su plan y logró imponerse con una determinación increíble, que empequeñeció al rival, hasta antes del sábado temido por la potencia de su pegada, reflejada en su récord.
Ahora, tras un largo camino con más espinas que rosas, René está en la cima. Eso va a demandarle mayor sacrificio, compromiso y a la vez humildad para seguir aprendiendo y así tomar las mejores decisiones cuando abundan los consejeros y se amplía la lista de creyentes en sus posibilidades.
Dos días después de su corajuda exhibición frente a Cancio, aún estamos crispados por la victoria de René, un campeón de boxeo, surgido de las entrañas del pueblo, pero que sobre todo, es un campeón de la vida. Un ejemplo de determinación que alegra al país en medio de tanta incertidumbre.
Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR