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¿Quién es el pueblo?

Alejandro Carrión Montoya, mi padre, falleció de cáncer en 1993 a los 69 años de edad. En su juventud fue secretario del Partido Conservador, el que se contrastaba con la dictadura de Somoza García, y que ya no existe.

Fue educado por los jesuitas en Granada, donde hizo amistades que le duraron toda la vida. Viajó después al sur de los Estados Unidos a estudiar derecho, facultad a la que se accede después de una carrera previa de cuatro años.

Los suyos fueron siete años consecutivos de estudios y de vida en Luisiana en la época de la segregación racial. Luisiana era y es el único estado en los Estados Unidos que tiene un sistema jurídico con similitudes con el de Nicaragua. Fue agredido en una calle en Nueva Orleans con Alejandro Argüello, su gran amigo y compañero de estudios, por hablar en español. No prejuzgó, más bien fue un aliciente, y llegó a ser codirector de la Revista de Derecho de la Universidad de Luisiana. El primer latino.

Ya dejada la política activa, el 22 de enero de 1967 siendo yo menor de edad, se escucharon en el barrio los disparos desde la Roosevelt. Mi padre dijo: “están masacrando al pueblo” y salió a la calle con un .38 para ir a defenderlo. Mi madre y yo nos colgamos de él para que no fuese. No entendí quién era el pueblo, o si valía la pena morir por ese concepto, pero comprendí que se trataba de salir de una dictadura dinástica, y que mi padre no hacía distinciones de origen social.

Años después dos de mis hermanos decidieron oponerse por las armas a la dictadura de los Somoza y mi padre los apoyó. Yo estaba en el exterior estudiando, en Luisiana casualmente, si no, quizás habría muerto aquí porque también soy contestatario, por aquello de tener genes celtas por parte de madre.

Desafortunadamente hemos caído en lo mismo desde la épica revolución sandinista contra la dictadura de los Somoza. Se sustituyó una familia por otra, y he seguido sin comprender quién es el pueblo. Pensé un tiempo que era la población de un territorio que conforma una nación, porque así lo dicen los estudiosos. Después se me ocurrió que eran los oprimidos por un sistema de producción económica según un tal Marx, que históricamente no pegó una. Luego pensé que serían los electores que votan libremente sin fraude para escoger a sus autoridades en una sociedad libre.

Pero el pueblo, según los progenitores y los descendientes pequeños burgueses de la familia paranoica en el poder, son sus policías, paramilitares, antimotines, francotiradores, fuerzas de choque, juventudes nazi, políticos oportunistas, militares vendidos, magistrados corruptos, diputados y sindicalistas sin escrúpulos, e infiltrados y espías a la cubana. ¿Es ese el pueblo?

El autor es doctor en Derecho.

Opinión dictadura Partido Conservador Pueblo Somoza archivo
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