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Unión Europea, cooperación, donaciones, Estados Unidos, España, Nicaragua

El dictador Daniel Ortega junto al nuevo embajador de la Unión Europea en Nicaragua, Pelayo Castro. TOMADA DE PRESIDENCIA

Cómo la diplomacia del “garrote” de Ortega lo deja con cinco países donantes en 2020, cuando antes tenía 21 naciones “amigas”

El régimen mantiene una relación hostil con España, Estados Unidos y la Unión Europea, tres de los cinco países donantes que aún le quedan. Japón es el gran ausente, aunque aseguran que darán dinero, según fuentes diplomáticas

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La diplomacia del “garrote” del dictador Daniel Ortega ha desbaratado el brazo importante que significaba para Nicaragua la cooperación bilateral que daban en concepto de donaciones 21 gobiernos extranjeros en 2007, cuyo aporte ascendió entonces a 386.4 millones de dólares. Esa ayuda se desplomará a 22.49 millones de dólares en el 2020 (sin incluir las donaciones de multilaterales y agencias), según informes presupuestarios y de Cooperación Externa oficiales.

Solo cinco gobiernos -entre ellos el bloque de la Unión Europea- mantendrían las donaciones bilaterales el próximo año al país que representará 742.4 millones de córdobas (22.49 millones de dólares), según el proyecto del Presupuesto General de la República 2020, pendiente de ser aprobado en la Asamblea Nacional.

Esto representa un revés si se compara, por ejemplo, con los que habían hasta marzo del 2018, cuando Nicaragua contabilizaba aún a nueve gobiernos y hasta septiembre de este año se tenían diez, en su mayoría europeos. Es decir que el mayor golpe se sentirá el próximo año, cuando al régimen por el lado europeo solo le quedará la Unión Europea y España, con cuyas autoridades mantiene una pésima relación diplomática.

Los más perjudicados con la reducción de los cooperantes son las poblaciones de zonas pobres hacia donde se dirigían los millones de dólares en donaciones que financiaban proyectos de educación, saneamiento, caminos y programas productivos.

Y aunque el próximo año es cuando se profundizará la retirada de donantes de bilaterales, fue en  2012, a medida que Ortega iba demoliendo la institucionalidad en Nicaragua, cuando los países empezaron su retirada. En ese año, Reino Unido, Finlandia, Dinamarca, Suecia, Holanda, Noruega, Austria, Estados Unidos y Alemania deciden retirar parcial o totalmente la ayuda económica a Nicaragua.

La cooperación de los donantes europeos era en un promedio de 500 millones de dólares anuales, dirigidos a proyectos de desarrollo para la reducción de la pobreza, el fortalecimiento de las instituciones y la democracia. Parte de estos recursos ingresaban al Presupuesto General de la República como fondos de libre disponibilidad, cuya modalidad desapareció y ahora los que ingresan al país vienen atados a proyectos.

La diplomacia del garrote de Ortega

“Son como moscas que se paran en la inmundicia”, “paisucho”, “diabla”, son de los insultos y ofensas más recordados que Ortega y su exvicenciller, Manuel Coronel Kautz, así como otros funcionarios estatales,  han dicho contra embajadores y gobiernos europeos por alzar la crítica por las violaciones a los derechos humanos y los fraudes electorales con los que el dictador conserva el poder.

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En lugar de bajar la confrontación Ortega elevó el tono contra los cooperantes europeos en estos años, causando que el país perdiera más ayuda que se recibía a través del llamado Grupo de Apoyo Presupuestario donde participaban Alemania, Noruega, Finlandia, Holanda, Reino Unido, Suecia y Suiza, junto con organismos internacionales y la Comisión Europea.

La confrontación diplomática abrió grietas profundas con el régimen de Ortega causando el retiro paulatino de Alemania, Suecia, Noruega, Austria, Suiza, Canadá, Italia, Dinamarca, Gran Bretaña, Finlandia, República Checa entre otros en apoyo directo al presupuesto público, al menos en 2020 no se reflejan préstamos o donaciones de esos países para financiar proyectos en el país.

Esos países donaban entre diez y cuarenta millones de dólares anuales en proyectos dirigidos a la reducción de la pobreza y la promoción de la democracia y los derechos humanos en Nicaragua, pero que por el deterioro institucional por parte del régimen de Ortega, en el 2020 estos recursos escasearán, algunos de los cuales han sido llenados con mayor carga impositiva entre los nicaragüenses.

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Los donantes que se van no vuelven

El sociólogo y analista Óscar René Vargas dijo que en la pérdida de la cooperación es “grave” para una economía en recesión como la de Nicaragua.

“En primer lugar esto es reflejo del aislamiento internacional del gobierno de Ortega” por las violaciones a los derechos humanos y el rompimiento del orden democrático agudizados desde abril del 2018, afirmó Vargas.

“La cooperación que se pierde no regresa, es el ejemplo de los países nórdicos como Suecia, Dinamarca, Finlandia y Holanda que prestaba plata, pero también donaba. A raíz que se fueron, cerrando incluso sus embajadas en Nicaragua, esa cooperación no ha vuelto. Ese es el ejemplo de que los países que cortan su ayuda financiera a Nicaragua difícilmente se pueden recuperar”, afirmó Vargas.

Casos de Luxemburgo y Holanda

Holanda y Luxemburgo que aunque habían reducido drásticamente la cooperación la mantenían sobre todo en préstamos, se estarían terminando de ir. Ambos países congelaron su cooperación en reclamo a las violaciones a los derechos humanos contra el pueblo por parte de las fuerzas gubernamentales que han dejado unos 328 asesinatos desde abril del 2018.

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Holanda notificó en agosto pasado que congeló por tres años más de 20 millones de dólares de  cooperación para la construcción de un hospital en Bilwi, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN).

Igual congelamiento mantiene Luxemburgo de los tres programas de cooperación vigentes, cada uno con una duración de cuatro años y con un monto de cooperación promedio de 30 millones de euros cada uno.

El sociólogo Vargas explicó que la mala relación con la comunidad internacional que heredará el régimen será difícil que un nuevo gobierno democrático recupere, porque será reconstruir las confianza política, pero también hacer que se vuelva a incluir a Nicaragua entre los países de prioridad puesto que en estos momentos la mayoría, por ejemplo de la Unión Europea están concentrados en la reducción de la pobreza en África para frenar la migración.

“Cualquier recuperación de la cooperación que se logre en el futuro será muy lenta porque esta gente trabaja con proyectos quinquenales o bianuales. Los europeos han centrado su cooperación en África por el flujo de las migraciones, entonces América Latina y Nicaragua en el último lugar no está entre sus prioridades en la futura recuperación de los donantes”, afirmó Vargas.

La posibilidad de que Unión Europea concrete las ya anunciadas sanciones contra funcionarios o instituciones del régimen de Ortega por la represión que mantiene desde abril del 2018 contra el pueblo que se sublevó, amenazan la continuidad de los recursos que aún dan a Nicaragua.

Vargas cree que las sanciones podrían anunciarse a finales del 2019 o principios del 2020 en donde, si bien la UE las dirigiría en un primer momento hacia funcionarios del círculo de poder del régimen en un futuro inmediato podrían afectar la cooperación.

Para el próximo año la Unión Europea ha comprometido 508.42 millones de córdobas, convirtiéndose en el mayor donante bilateral superando inclusive a Taiwán- fiel aliado de Ortega- que prometió 178.12 millones de córdobas. España aseguró 12.80 millones de córdobas, Estados Unidos 40.54 millones de córdobas; y Kuwait 2.52 millones de córdobas, según el proyecto presupuestario 2020.

“Puede disminuir o recorte lo que está presupuestario para Nicaragua debido a la continuas violaciones a los derechos humanos, pues así lo ha dejado entrever el ministro de relaciones exteriores de la Unión Europea (Josep) Borrell”, dijo Vargas.

Borrell asumió este 1 de diciembre como alto representante de la Política Exterior y de Seguridad de la UE, esperando Vargas que ahora se aceleren las sanciones individuales a miembros del régimen de Ortega y se eleve la presión por el cese de la represión en Nicaragua.

Ataque a la UE y España

La pérdida de ayuda económica no ha moderado la diplomacia conflictiva del dictador, más bien Ortega ha intensificado sus ataques principalmente hacia la Unión Europea por las posibles sanciones anunciadas contra altos funcionarios por las violaciones a los derechos humanos cometidos por la Policía en conjunto con los parapolicías, grupos de choque y simpatizantes orteguistas contra la población que demanda la restitución de las libertades fundamentales y elecciones libres, transparentes y adelantadas.

La tensión diplomática con la UE y directamente con el gobierno de España la exacerbó Ortega a medianos de octubre pasado, cuando al recibir las cartas credenciales de los nuevos embajadores de varios países comunitarios y del representante de la UE, Pelayo Castro Zuzuárregui, los descalificó para demandar el restablecimiento del diálogo con la oposición agrupada en la Alianza Cívica.

Las relaciones bilaterales entre España y Nicaragua pasan por su peor momento luego que el régimen orteguista prohibiera la entrada al país a Secretario de Estado de la Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, el pasado 18 de noviembre.

La semana pasada el gobierno español llamó a consultas con su embajadora en Nicaragua, María del Mar Fernández Palacios, para analizar las relaciones bilaterales, pero también se le hizo saber al embajador del régimen en ese país, Carlos Midence, del malestar por el rechazo de la visita de Laiglesia.

En el Presupuesto 2020 se prevé que España done 12.8 millones de córdobas para el mejoramiento de la infraestructura y equipamiento de dos institutos escolares en Estelí y Jinotepe.

Sin embargo la UE es quien de todos los cooperantes bilaterales y organismos multilaterales quien daría el mayor monto en concepto de donaciones al país el próximo año por 508.4 millones de córdobas (unos 15 millones de dólares), según la iniciativa presupuestaria.

Serían recursos para la construcción de puesto fronterizo de San Pancho, en el municipio de departamento de Río San Juan, así como para proyectos de desarrollo de la ganadería y seguridad alimentaria y los servicios de coordinación de programas y proyectos, según el documento oficial.

El sociólogo Vargas dijo que “todo eso lo arriesga Ortega con su intransigencia con los llamados que le hacen los europeos a restablecer la democracia”.

“El imperio” que siempre critica

EE.UU. y Canadá también son blancos de los ataques del dictador Ortega porque esos gobiernos ya sancionaron a un grupo de funcionarios del círculo de poder del régimen, entre los que cuentan la vicepresidenta designada y esposa Rosario Murillo como Laureano Ortega Murillo, hijo de la pareja de dictadores. EE.UU. ha sancionado a 14 funcionarios por corrupción y violación a los derechos humanos en la jornada de represión al pueblo, así como a la empresa Albanisa y Bancorp, negocios controlados por allegados a la pareja presidencial.

Mientra Canadá ha sancionado a 11 funcionarios orteguistas por violaciones a los derechos humanos. Si bien Canadá mantuvo las donaciones bilaterales que fueron por 27.8 millones de córdobas en el 2019, el próximo año no se prevé ni un córdoba.

En el caso de EE.UU. comprometió 40.5 millones de córdobas para los programas de seguridad alimentaria y nutricional en las escuelas de primaria y preescolar, que sería apoyo al programa Merienda Escolar.

“No sería para mí nada extraño que parte de las sanciones de (Donald) Trump al gobierno de Ortega ya sea cortar el acceso de Nicaragua al Cafta o lo que queda aún en cooperación bilateral”, afirmó el sociólogo Vargas

Japón también

Japón cuya cooperación ha sido clave en el desarrollo de la infraestructura vial con el financiamiento de proyectos de caminos, carreteras y puentes en Nicaragua, en el 2020 no está proyectada la ayuda bilateral del gobierno japonés en la iniciativa de Ley del Presupuesto público.

En la última década la cooperación de Japón a Nicaragua significó alrededor de 300 millones de dólares, según registros oficiales.

El apoyo económico era de veinte millones de dólares anuales a través de préstamos por parte de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) para financiar la construcción de puentes, carreteras, proyectos de energía eléctrica principalmente. Además, de donaciones del gobierno de Japón de forma bilateral dirigida a a la rehabilitación, mejoramiento y construcción de escuelas en el país.

En 2019, Japón comprometió 214.58 millones de córdobas (unos 6.5 millones de dólares) en concepto de donaciones para financiar 28 proyectos del sector educación. Sin embargo los desembolsos han sufrido un fuerte retraso debido a las subejecuciones de los proyectos por parte del Ministerio de Educación (Mined).

A consultas de LA PRENSA, el tercer secretario y encargado de Cooperación y Cultura de la Embajada de Japón en Nicaragua,  Yoshitsugu Komatsuzaki, respondió que los desembolsos han sido acorde al avance de los proyectos.

“En cuanto a la demora del desembolso, hemos realizado el desembolso conforme al avance del proyecto. Hay demora de la obra de construcción por razones de la situación económica de Nicaragua, por lo tanto va lentamente”, afirmó Komatsuzaki.

Sin embargo, en el siguiente año no aparecen programados en el Presupuesto estatal los 28 proyectos de escuelas e institutos públicos que están con un grave retraso en su ejecución con los fondos de Japón, por lo que no es claro si la cooperación continuará.

En el caso de la JICA su cooperación también se reduce drásticamente en el 2020 pues solo se contempla 263 mil córdobas (unos 8 mil dólares) en préstamos, no así donaciones, que el régimen usaría para el servicio de la deuda pública externa del país, según el documento presupuestario.

Se trata de una brutal caída de la cooperación de la JICA por cuanto en 2019 ese apoyo económico fue de 39.6 millones de córdobas para la construcción de cuatro puentes, apoyo al Programa Nacional de Electrificación Sostenible y Energías Renovables y el servicio de deuda pública, según el Presupuesto aprobado.

Omar Bonilla, oficial de Programa de JICA Nicaragua, explicó por correo electrónico  a LA PRENSA que están elaborando el nuevo paquete de proyectos a financiar los siguientes años, pero no dio mayores detalles.

“Este año recién concluimos un proyecto de construcción de escuelas (CFNR). Para el próximo año estamos iniciando la preparación de un proyecto para construcción de puentes, cuya etapa de licitación está en preparación, por tanto no se puede reportar ningún desembolso hasta que dicho proyecto inicie operaciones”, afirmó Bonilla de JICA.

El análisis del sociólogo Vargas es que “la lentitud en definir el apoyo de Japón significa que dependerá de si siguen las violaciones a los derechos humanos”. En esto también ve influencia de los EE.UU. por la estrecha relación con Japón a nivel internacional.

Vargas también ve “molestia” en el hecho que el Parque Japonés, donado a la alcaldía de Managua sea utilizado como centro de operaciones de las autoridades con los grupos de choque y parapolicías, de donde se les ha visto salir a reprimir las manifestaciones sociales.

“Estoy seguro que causa erosión en la relación diplomática porque el Parque Japonés se menciona como centro de los parapolicías y eso debe molestar al gobierno de Japón, porque es un pueblo que defiende el respeto a los derechos humanos y no debe caerle en gracia que se le asocie con represión”, afirmó Vargas.

Esto representa un golpe para Nicaragua, que pese a que en los últimos años había crecido a un ritmo superior al cuatro por ciento anual, esto no ha podido sacar a todos los nicaragüenses de la pobreza y a nivel de América Latina sigue siendo la segunda nación más pobre.

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