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¿Cómo es ser una árbitra en Nicaragua? “Me han llamado lesbiana y chupa huevos”, la dura lucha de Reymunda Salmerón

Reymunda no nació en una cuna de oro. Proviene de una familia humilde. Ella afirma conocer el mercado Oriental como la palma de su mano.

Desde hace 13 años a la capitalina Reymunda Esperanza Salmerón Chávez, de 42 años de edad, se le ve impartiendo justicia en las canchas de baloncesto en donde pese a que algunos fanáticos le han tildado de “lesbiana, chupa huevos, mama huevos”, no han logrado apagar su pasión por el arbitraje.

Reymunda, cuya madre es la granadina María Esther Chávez Martínez, prima del exbigleaguer Dennis Martínez, cuenta que jamás imaginó sería árbitro ni mucho menos anotadora. El primer contacto de la árbitra con el baloncesto fue cuando era estudiante de secundaria y jugaba dicha disciplina.

“Fue hace 13 años que empecé en el baloncesto como anotadora. Un familiar me dijo que si me gustaría aprender a anotar baloncesto y le dije que sí, eso fue en la Liga de Baloncesto del barrio San Judas. Anotar se me hizo fácil pues conocía y comprendía el juego”, relata Reymunda.

Y fue en una liga universitaria (UNI) que años después Reymunda arbitró por vez primera gracias a la oportunidad brindada por Mauricio Castellón, presiente de la Asociación de Árbitros de Baloncesto de Nicaragua (ABN).

“Fue la primera vez que arbitré, tenía mucho nervio. Él me dijo: vaya pite y yo me aventé , fue hace como 13 años. Era una liga interna universitaria”, agregó Reymunda.

Desde el 2008, Reymunda ha prestado sus servicios en los Juegos Escolares Codicader (Consejo del Istmo Centroamericano de Deporte y Recreación ) por medio de un convenio entre el Instituto Nicaragüense de Deportes y la ABN.

“En el 2008 me dieron la oportunidad de ser aspirante a tener un carnet de FIBA, lamentablemente solo tenía un año de arbitrar, no pasé una prueba teórica. Ese mismo año pité por vez primera en los Juegos Codicader de Honduras, y ese mismo año en un Fiba Cocaba en México, y desde el 2008 hasta esta fecha he pitado en los Juegos Codicader de primaria y secundaria”, explica la árbitra cuyo padre es el leonés Nicolás Salmerón.

Las árbitras en Nicaragua se cuentan con los dedos de la mano. Y a Reymunda se le ha visto arbitrar en torneos nacionales, como el Torneo Nacional de Baloncesto Carlos Ulloa In Memoriam, el Torneo de Baloncesto Femenino Luisa Amanda Espinoza In Memoriam, en la Liga Superior de Baloncesto (LSB) y Torneos de Maxibaloncesto Masculinos.

Reymunda Salmerón se ve por muchos años más como árbitra de baloncesto. LA PRENSA/ROSA MEMBREÑO.

Más ofensas, poco dinero

Aunque no se gana mucho, Reymunda es una apasionada a su profesión como árbitra y las rodillas no le han temblado ante los insultos de los fanáticos, al contrario la han hecho más fuerte.

“Gano más insultos que dinero. Me han dicho mama huevo, chupa huevo, lesbiana incluso se ponen a “masear” de que si soy mujer o varón, pero yo trato de no ponerle atención a los insultos, trato de no llorar sino de tener calma, uno debe ser fuerte y tener una buena actitud, no puedo estar peleando con la gente y con todo lo que me digan”, confiesa la árbitra.

La árbitra capitalina cuenta que dependiendo de la liga y categoría, así es su salario.

“Hay ligas en las que ganamos 140 0 180 córdobas por juego. Como anotadoras 100 0 120 córdobas. Ahora, si pito varios juegos puedo ganarme 400, 500 o 600 pesos en un día. Cuando he ido a los Juegos Codicader he ganado un poco más, 40 dólares por juego y en la semana podrían ser unos 200 dólares”, aclara Salmerón.

Reymunda Salmerón en su trabajo como anotadora recientemente el el evento Final Four de Baloncesto Femenino en el Polideportivo Alexis Argüello. LA PRENSA/ROSA MEMBREÑO.

Sus estudios

Además de ser anotadora y árbitra, Reymunda está a punto de graduarse de la carrera de Educación Física. Estudió cuatro años la carrera de Administración Turística y Hotelera. Además es madre de dos hijos y es abuela.

“Estoy en cuarto año de mi carrera de Educación Fisica, soy entrenadora y trabajo con una ONG española a nivel de secundaria. Me gusta bastante trabajar con los niños”, dice con orgulloso la pinolera.

A Reymunda le gustaría que más mujeres tuvieran la oportunidad de arbitrar “Uno poco a poco se va ganando el respeto como mujer árbitra, pero hay que estudiar para tener oportunidades no solamente a nivel nacional, pero creo que hay muchas mujeres que tienen miedo a esta profesión”.

Su ayuda idónea

Reymunda agradece a la vida por haber puesto a su esposo Carlos Maldonado en su camino.

“Me casé a los 20 años y mi esposo Carlos no tiene nada que ver con el baloncesto, pero me ha apoyado en todo,  es un excelente esposo, cuando salgo fuera del país él se queda a cargo de nuestros hijos y del hogar. Él es auditor. En mi familia nadie se dedica al arbitraje, mi papá jugó beisbol y mi mamá es prima del famoso lanzador Dennis Martínez, el que lanzó en Grandes Ligas”, cuenta la árbitra.

Pese a las ofensas de algunos fanáticos, Reymunda no se ve por ahora en el retiro. “Arbitrar es algo que me gusta, todos los dias aprendo algo nuevo, me veo por muchos años más en esta profesión”, aseguró.

Como la palma de su mano

Reymunda no nació en una cuna de oro.  Proviene de una familia humilde que ha salido adelante a base de esfuerzo. Ella afirma conocer el mercado Oriental como la palma de su mano.

“Mi situación económica ha sido dura desde pequeña. Cuando estaba en secundaria ayudé mucho a mi mamá, conozco el mercado Oriental como la palma de mi mano pues vendí arroz de leche y manjar con mi hermana. También vendí enchiladas y carne asada. A mi esposo cuando una vez quedó sin trabajo también le ayudé. Desde pequeña siempre me ha gustado trabajar”, dice Reymunda, quien en octubre del presente año pitó en los Juegos Estudiantiles Codicader en Costa Rica.

La clave

Reymunda asegura que si no se hubiera desempeñado como árbitra “sería gerente de un local”. Y asegura que para ser una mujer árbitro “es normal que seamos más sensibles que los varones, pero debemos tener carácter, confianza en sí misma y sobre todo conocimiento”.

Reymunda no ve a sus hijos seguir sus pasos como árbitra pues les interesan otros deportes como el futbol. Y afirma que para ser árbitro hay que “sentir pasión por el juego, adrenalina y es algo que te debe gustar, no es pitar por pitar, hay que sentir pasión”, finalizó.

 

Deportes Baloncesto archivo

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