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Sergio González junto a René “el Gemelo” Alvarado. LAPRENSA/GERMAN GARCÍA

El hombre detrás del nuevo campeón mundial de boxeo que juró hacer un monarca tras fallar hace 22 años

La vida de La Pantera no fue sencilla. Vivió con sus abuelos desde la infancia. Con 13 años trabajó en la construcción de tuberías en la pista del Aeropuerto Internacional, luego trabajó dos años en una empresa de pollos

El 30 de mayo de 1997, Sergio González estaba en Tailandia en lo que consideraba su salto a la grandeza. Peleaba título mundial contra el púgil local Prayat Sawaingam, aunque el cetro no era de un organismo de los cuatro importantes (AMB, OMB, FIB y CMB) batallaba por la corona de la Federación Mundial de Boxeo, una entidad ya extinta. La Pantera, como era conocido, lo sentía como si fuera su Santo Grial. El muchacho de 14 victorias y solo una derrota, en ese momento, perdió por nocaut en la segunda vuelta y acabó con sus expectativas. Su carrera profesional fue discreta: 18 victorias, 12 derrotas y un empate, pero al menos puede presumir que venció a un campeón mundial como Adonis Rivas cuando empezaba en el boxeo y a Adonis Cruz, un pugilista con mucho nombre a nivel local.

En 2005 Sergio González colgó los guantes, luego de 13 años activo como profesional. Cuando arribó a los 32 años se dio cuenta que no había nacido para ser monarca, pero se puso el reto de hacer a un campeón. La Pantera conoció con 15 años a René Alvarado. “A los tres días recuerdo que lo mandé al saco y mostró cualidades interesantes. A los 15 días ya lo había puesto a pelear en amateur. Al verlo en acción me dije que debía seguirlo de cerca”, detalla Rodríguez a sus 46 años, sin imaginarse en ese entonces que sería el boxeador que lo haría cumplir su promesa.

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La vida de La Pantera no fue sencilla. Vivió con sus abuelos desde la infancia. Con 13 años trabajó en la construcción de tuberías en la pista del Aeropuerto Internacional, luego trabajó dos años en una empresa de pollos. “Tenía a un tío que fue boxeador y lo miraba correr y hacer sombra en el patio de la casa, ahí se me vino la idea de ser boxeador. Me gustaban las fiestas y pelearme con los chavalos por eso también me metí. Nunca fui buen alumno. En segundo año repetí dos o tres veces y mi abuelo me dijo que estudiara o trabajara y yo le respondí que sería boxeador. Desde los 16 años estoy en esto. Con esto no digo que no sea bueno estudiar, todo lo contrario. Les digo a mis muchachos que son como 50 alumnos que tengo que no desistan en sus estudios”, señala.

La Pantera agradece que el deporte fue un muro para no perderse en los vicios. Sin embargo, a los 30 años dio el giro final de su vida: conocer a Dios. “Me di cuenta cuando conocí a Dios que había algo más por qué creer”, lo dice con mucha convicción. “Eso me ha ayudado a no solo ser un entrenador en lo técnico, sino que trabajo la parte espiritual con los muchachos. Alvarado siempre agradece primero a su creador y ha logrado un grado importante de estabilidad emocional y espiritual gracias a eso”.

Sergio González, Félix Alvarado, René Alvarado y su amigo conocido como Samba. LAPRENSA/GERMAN GARCÍA

“Yo me considero un entrenador exigente”, confiesa González. Un día Alexis Argüello lo invitó a su oficina en la Alcaldía de Managua junto a los Gemelos Alvarado. “Alexis me dijo que debía exigirles al máximo a estos muchachos. Si peleaban el sábado el lunes ya debían estar entrenando, solo que descansaran unos días si estaban cortados. Esas palabras me calaron en el fondo. Junto a Luis Cortez (entrenador de Félix Alvarado) prácticamente los hicimos”, rememora.

La única que no solo se alegra por los triunfos de La Pantera, sino que sufre es su esposa. “Mi mujer me dice que si voy a estar toda la vida en el gimnasio. Como no tengo vacaciones y solo fallo si me enfermo a veces ella sufre porque casi no me tiene en la casa”, dice entre risas González, padre de seis hijos y el hombre detrás del nuevo campeón mundial: René “el Gemelo” Alvarado.

La Pantera alcanzó su meta en la tercera oportunidad. Falló en dos ocasiones con Félix Alvarado, la primer en Japón contra Kazuto Ioka en 2013 y la segunda en Argentina contra Juan Carlos Reveco en 2014. Cinco años después miró la tierra prometida.

Deportes René Alvarado archivo

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