Este viernes fue liberado Miguel Ángel Cárdenas, detenido por la Policía Orteguista (PO) la tarde del sábado 30 de noviembre en el barrio El Cailagua, Masaya, cuando buscaba a José Isaías Ugarte López, alias Chabelo, quien resultaría muerto junto a otras dos personas el domingo, en un enfrentamiento con la fuerza policial.
Cárdenas relató que no estaba en su casa al momento del operativo policial. Cuando llegó vio en el suelo a su hijo, Norlan José Cárdenas Ortiz, quien sigue detenido en la Dirección de Auxilio Judicial Evaristo Vásquez, conocido como el nuevo Chipote.
Asegura que él no encontró ni al oficial herido-según información de la PO- ni a Ugarte López, a quien él lo identificaba como “Juan Jaja”, y no como “Chabelo”. Este último fue señalado de ser cabecilla de una banda delincuencial, según la versión de la PO. Don Miguel desconoce detalles de su vida, y cuenta que conoció a Ugarte López en la década de los noventa cuando ambos trabajaban para una empresa embotelladora. Ese sábado Chabelo había llegado para compartir unos tragos con él.
Lea además: Más secuestros ciudadanos por el operativo que ejecutó la Policía Orteguista en busca de “Chabelo” en Masaya
Al salir de su casa bajo arresto un oficial le propinó un puñetazo en su ceja derecha, al subir a la patrulla, otro agente de mediana estatura le golpeó en el abdomen. Lo llevaron a la delegación de Masaya, donde lo obligaron a desvestirse, estuvo en la celda en calzoncillos. En el interrogatorio los policías le decían que él era un delincuente, le preguntaban que cuánto le pagaban, que quién lo financiaba.
También contó que en un interrogatorio un oficial le dijo “aquí yo te puedo matar”, le dieron una cachetada y le jalaron de un solo tirón el bello menudo que tenía en su pecho.
En el nuevo Chipote le colocaron el uniforme de preso y lo interrogaron sobre “Chabelo”, a qué se dedicaba, y con quién se comunicaba. Cree que estuvo en una celda de seguridad porque era todo oscuro, estuvo con otra persona a la que también estaban investigando por la misma causa. Finalmente, el viernes lo trasladaron a la delegación de Masaya y fue entregado a su esposa, a eso de las 3:00 p.m.
Puede interesarle: Los estudiantes y sus protestas contra la dictadura en las promociones escolares
Pese a que don Miguel está libre sigue muy preocupado por su hijo, Norlan, ya que no sabe qué delito le imputaron para dejarlo detenido. La última vez que lo vio fue el domingo, por la noche. Por su parte, sus familiares denunciaron que padre e hijo son personas honradas, y no delincuentes como los han querido exponer.
Don Miguel tiene 65 años y se desempeñaba como conductor de ambulancia en un hospital. Él está jubilado y realiza pequeños trabajos de albañilería.