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El tintineo de las llaves

En noviembre 1939 el estudiante checo Jan Opletal fue asesinado por los nazis.

Para celebrar este acontecimiento, miles de jóvenes se lanzan a las calles el 16 de noviembre de 1989 en Bratislava. El mitin se convierte en una proclama contra el fascismo, que igual al nazismo, ahora está representado por el comunismo checo.

La Policía reprime brutalmente la manifestación. Clásico error de los tiranos.

Al día siguiente en Praga, miles se lanzan a las calles, ya en una protesta directa contra el régimen comunista. Se hacen huelgas y teatros abiertos.
El gobierno controla todos los medios de información y el mundo desconoce lo que pasa en Checoslovaquia.

El 19 de noviembre se forma el Foro Cívico compuesto de disidentes comunistas, de representantes de la Iglesia católica, de artistas y grupos de escritores, personajes con fama de ser cultos y de estudiantes, estos últimos, representando el nervio y el corazón de las protestas.

Gustáv Husák líder comunista en el poder, incrementa la represión asesinando, encarcelando, torturando especialmente a jóvenes indefensos en un cuasi parecido a lo que sucede actualmente en Nicaragua y Venezuela.

Insistía el secretario general del partido comunista en que “el Marxismo era la única alternativa para Checoslovaquia” país que se desintegraba en una pobreza y hambre rampantes después de casi 40 años de dominación estalinista soviética, de paraíso socialista.

El 21 de noviembre de 1989, en un acontecimiento histórico para la prensa libre, periodistas pierden el miedo y entrevistan a disidentes rompiendo la censura comunista que por años tenía silenciado al pueblo checo.

Ese mismo día, se vuelve a la huelga y solo en Praga salen 400 mil personas a las calles y otras 100 mil en Bratislavia.

Además miles de miles de checos aun aquellos que por temor no pueden salir a las calles, tintinean sus llaves en protesta causando un ruido que aterroriza a los genocidas. Estos en su desesperación, corren a llamar a los soviéticos para que invadan con sus tropas y tanques e igual de lo que está pasando en Bolivia hoy, les cantan cero pues ya tienen acuerdos debajo de la mesa que los líderes asesinos cegados de poder, no habían realizado.

A finales de noviembre de 1989 el fascista Gustáv Husák junto a todos los serviles que le rodeaban, se desploma entregando el poder al dramaturgo disidente comunista encarcelado desde 1977, Vaclac Havel, líder de las protestas de lo que se llamó la revolución de terciopelo por su carácter pacifista.

Checoslovaquia ve la luz de la libertad cegada por muchos años de terror comunista.

Estos acontecimientos son un paralelismo y un paradigma de lo que está pasando y va a pasar en Nicaragua.

De nuevo vemos a disidentes del partido único y fascista, Iglesia a la par de su pueblo y al nervio y corazón de nuestros estudiantes sacrificándose en aras de la libertad y tratando de unirse contra el mal que acecha a nuestro sufrido pueblo desde 1979.

Hagamos tintinear nuestras llaves, sonemos nuestras cazuelas, toquemos las bocinas de nuestros carros que como signos de libertad haciendo eco del poder de la semiótica, con su tintineo les provocaremos terror y les diremos a todos aquellos que se ocultan y callan por temor: “Nicaragua será libre y la justicia brillará de nuevo en el horizonte de nuestros lagos y volcanes”.

En el primer trimestre del 2018 la economía checa era la quinta más creciente de la unión europea y tenía el desempleo más bajo de los países comunitarios.

Sigamos su ejemplo y no dejemos que nos callen con el crimen, la mentira y el chantaje.

El autor es médico.

Opinión Nicaragua Venezuela archivo
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