De manera casi íntegra, los diputados de la Asamblea Orteguista están aprobando la Ley General de Presupuesto del próximo año, el cual contempla 80,901.6 millones de córdobas en gastos totales- sin incorporar el servicio de la deuda pública- y 79,199 millones de córdobas en ingresos fiscales, con los cuales se financiará el 97.9 por ciento del gasto público.
Apenas algunos retoques hicieron los diputados orteguistas al proyecto original de Presupuesto General de la República que envío la Presidencia, principalmente en lo relacionado con la repartición de unos 25 millones de córdobas entre varias organizaciones sin fines de lucro.
El régimen de Ortega diseñó el gasto público basado en supuestos económicos que apuntan a un retorno al crecimiento económico en el 2020, luego de tres años consecutivos de recesión, que tocaría fondo este año con una contracción del 3.5 por ciento, aunque estimaciones independientes arrojan un escenario más negativo de hasta -5.7 por ciento.
Para el 2020 Hacienda espera recaudar en impuestos 73,548.7 millones de córdobas, cuya proyección, no obstante, dependerá de que se cumpla la estimación oficialista de una recuperación del Producto Interno Bruto (PIB) de 0.5 por ciento, porque de lo contrario el 90.91 por ciento del gasto total estaría en jaque.
“Es destacable que los ingresos se vería afectados hacia la baja e caso de que el supuesto 0.5 por ciento de crecimiento económico o se cumpla , y más bien, como estima Fuides, continúa la contracción económica”, alertó Funides en su más reciente informe de coyuntura publicado en noviembre.
Y es que solo el régimen de Ortega observa recuperación económica el próximo año. Ni el “asesor de confianza” del Gobierno, el Fondo Monetario Internacional (FMI), ni el Banco Mundial (BM), ni la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), así como entidades independientes como la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico Social (Funides), observan recuperación en el 2020.
En su última visita, una misión del FMI determinó en noviembre que el PIB de Nicaragua caerá 1.2 por ciento en el 2020 y no -0.8 por ciento como proyectó inicialmente. En esa misma línea se mueve la previsión de Funides, que sitúa la caída en 1.1 por ciento.
En el mismo dictamen, los diputados orteguistas admiten que el contexto externo no es favorable para Nicaragua. “La economía mundial pasa por tensiones y enfriamientos… a nivel de la región centroamericana nuestro país se enfrenta a un contexto externo muy difícil debido a las tensiones comerciales a nivel global, que desde el año 2o18 y 2019 junto con la demanda interna se ha mostrado sensiblemente deteriorado; además de la volatilidad de los precios de los principales productos de las materias primas”, reconoce el orteguismo en el dictamen favorable del presupuesto 2020.
El propio presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes reconoció que en la recuperación económica el próximo año será determinante el comportamiento de la demanda externa mundial, muy ligado a las exportaciones nicaragüenses.
«Ojalá la situación mundial no se deteriore, porque eso obviamente baja la posibilidad de colocar las exportaciones», dijo Reyes en octubre pasado.
El orteguismo admite que el presupuesto 2020 fue diseñado basado en la austeridad y la eficiencia, aunque realmente este prioriza el gasto corriente frente al de inversión, que implicó, por ejemplo, meterle tijeretazo a las trasferencias municipales, cuyos recursos son destinados para proyectos en las zonas rurales.
Aunque solo el régimen de Ortega proyecta recuperación el próximo año, a los diputados le pareció el proyecto presupuestario sensato y responsable, el que ahora están aprobando si objeción del oficialismo.
En caso que el régimen haya fallado en sus supuestos económicos 2020 y tomando en cuenta que el rendimiento de la reforma tributaria está llegando a su límite, el Gobierno se vería forzado a aplicar una reforma presupuestaria con carácter de urgencia el próximo año.