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Otro paso hacia la gran alianza

La Alianza Cívica y la Unión Nacional Azul y Blanco presentaron el jueves pasado su propuesta unificada de reformas electorales y constitucionales, indispensables para que pueda haber elecciones verdaderas que por tanto sirvan para restablecer la democracia.

La unificación de las propuestas, que además son indispensables para comenzar a resolver la grave crisis sociopolítica y económica que sufre el país, constituye otro paso significativo en dirección a construir la gran alianza nacional democrática, que se necesita para derrotar a la dictadura en el terreno de la lucha electoral.

Sin duda que hace falta más recorrido para que se pueda constituir la gran alianza, que por la gigantesca tarea que debe cumplir tiene que ser robusta y duradera. Pero en este camino, la unificación de las propuestas de reformas electorales y constitucionales es un avance que además refuta la campaña de descrédito de la oposición, orquestada por la dictadura que pretende hacer creer a la gente que el régimen orteguista es invencible.

Ahora bien, como se dice popularmente, los bueyes deben ir delante de la carreta. Esto quiere decir que aunque todas las reformas son indispensables para recuperar la libertad y reconstruir la democracia, lo primordial en el sentido del orden de las cosas son las reformas electorales para que pueda haber elecciones de conformidad con los estándares internacionales y en particular de la Organización de Estados Americanos. Obviamente, sin derrotar primero a la dictadura en las elecciones, no hay posibilidad real de lograr los cambios constitucionales propuestos por la oposición.

A nuestro juicio, la realización de elecciones libres, limpias y observadas internacionalmente, tiene una doble dimensión y propósito. Por una parte se trata de recuperar el derecho de los ciudadanos no solo a votar sino también a elegir en ejercicio de la soberanía popular. En este sentido, cualquiera que gane las elecciones limpiamente esto significaría por sí mismo un avance de trascendencia histórica.

La otra dimensión y objetivo de las elecciones libres y limpias, como deben ser para que se pueda y deba participar en ellas, es derrotar a la dictadura de manera contundente. Esto quiere decir ganar con una amplia mayoría que garantice la posibilidad de hacer los cambios constitucionales necesarios para desmontar el régimen antidemocrático, constituir las bases jurídicas y políticas de la nueva democracia y establecer candados para que no vuelva a ocurrir que caudillos corruptos puedan frustrar otra vez el proceso democrático.

Sería útil para la nueva oposición, estudiar críticamente la experiencia de la Unión Nacional Opositora (UNO) que derrotó a la dictadura sandinista en las elecciones de 1990. Podría aprovecharla no solo en cuanto a la enseñanza electoral, sino también para analizar sus defectos, limitaciones y errores que le impidieron perdurar el tiempo necesario después de derrotar a la dictadura. Esto hay que hacerlo para no repetir los mismos errores en las nuevas circunstancias históricas.

Sin embargo, lo primero es lograr que haya elecciones libres y limpias con las debidas garantías legales y condiciones políticas. Sin esto, todo lo demás no pasaría de ser ilusiones y grandes aspiraciones.

Editorial Alianza Cívica gran alianza Nicaragua UNAB archivo
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