La Policía Orteguista (PO) capturó este domingo a Michael de Jesús López Fonseca, de 26 años, y a Job Isaías López Fonseca, de 24 años, señalados de herir de bala al mexicano Jorge Luis Hernández Manuel de 30, y al guatemalteco Silver Estuardo Grijalba Morales, de 24 años, en un tiroteo que se registró la madrugada de este domingo en un restaurante dentro de la plaza El Establo, en Managua.
Según la versión policial, los supuestos autores del tiroteo, junto a Javier Alexander Hernández Parajón, quien según la PO registra antecedentes delictivos y Brayan Miguel Molinares González, de 20 años (estos dos prófugos), llegaron al lugar e insultaron a dos mujeres que estaban con el mexicano y el guatemalteco, por lo que estos les reclamaron e inició una discusión.
La PO calificó el hecho como tentativa de homicidio y lesiones; y el móvil fue rencillas y estado de ebriedad.
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Tras la discusión, los señalados extrajeron de la guantera de una camioneta color blanca Mazda, placa M 246 769, dos armas fuego y realizaron varias detonaciones, detalló la PO. Luego se dieron a la fuga en la camioneta blanca y en una motocicleta.
La Policía recopiló como evidencias: 1 unidad de munición calibre 32 milímetro percutido, dos casquillos calibre 32 milímetros, un casquillo calibre 9 milímetros y un proyectil calibre 32. Además de muestras de sangre y vestimenta con manchas de los lesionados y la camioneta Mazda.
Una de las testigos del tiroteo contó a LA PRENSA que a eso de las 3:00 de la madrugada de este domingo presenció una pelea entre unas seis personas: cuatro hombres y dos mujeres que intentaban separarlos.
Asimismo la mujer vio cómo los sujetos, el que disparó y el que ayudó a golpear a los extranjeros, huyeron a vista y paciencia de los vigilantes de la plaza. Afirmó que en la camioneta donde se fueron iban además dos hombres más, conductor y copiloto.
Testigo asistió a mexicano
La testigo, además de presenciar el momento en que ambos extranjeros fueron baleados, asistió al mexicano Grijalva Morales luego que este recibiera los disparos.
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“Le puse una compresa en la herida, lo miraba pálido, fue horrible, él solo me decía que llamara a una ambulancia. Lo agarré, lo puse boca arriba, lo tratamos de asistir y se los llevaron en un taxi al (hospital) Manolo (Morales), porque la ambulancia llegó hasta que ya se lo habían llevado”, narró la testigo que prefirió omitir su nombre.