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Joshua junto a su papá Allan Lacayo mientras ofertaban su cafecito y pan en el Estadio Jackie Robinson, del IND. LA PRENSA/ROSA MEMBREÑO.

El padre que con la venta de café y pan saca adelante a sus hijos que sueñan con ser futbolistas

De los cuatro hijos de Allan, Rachel (17),  Justin (15) y Joshua (12) se enamoraron del futbol y el destino les tenía preparado una oportunidad

Apenas tenía 21 años de edad, cuando Allan José Lacayo Velásquez empezó a vender en diversas calles de Managua para pagar sus estudios universitarios de arquitectura, pero una vez se convirtió en papá debió dejar a un lado sus sueños profesionales y asumir su rol de padre para ayudar a sus hijos, que sueñan con ser futbolistas profesionales.

Desde hace seis años, a Allan se le ve desde muy temprano recorriendo el Instituto Nicaragüense de Deportes (IND), llevando en una de sus manos un termo de café y en sus hombros cargando una canasta con pan y una variedad de “chucherías”.

“Tengo 18 años de vender. Siendo un estudiante universitario la economía no era fácil y entonces tuve que vender.  Luego me convertí en papá y tuve que sacar adelante a mi familia. Quería terminar mis estudios, pero no pude coronar mi carrera, sin embargo no abandoné a mi familia, no dejé a la deriva a  mis hijos y de esta venta le compro sus cositas del colegio y del deporte pues ellos quieren ser futbolistas”, confesó Allan, de 39 años de edad.

De los cuatro hijos de Allan, Rachel (17),  Justin (15) y Joshua (12) se enamoraron del futbol y el destino les tenía preparado una oportunidad en una academia capitalina.

“A mi siempre me ha gustado el beisbol y el futbol, y mientras vendía en el IND surgió la academia del Intercampus de Milán de futbol y entonces aproveché para que ellos aprendieran mientras yo vendía”, contó Allan.

Allan confiesa que a las tres y media de la madrugada se despierta para luego alistarse y ofrecer su producto a las cinco de la mañana.

“Me siento agradecido con Dios, la vida y el Instituto por la oportunidad que me dan de vender aquí. Agradezco a mis clientes también pues trato de darles un buen servicio y un café de buena calidad”, afirmó Allan.

Actualmente, Rachel, Justin y Joshua “quemaron” todas las etapas en la academia de futbol antes mencionada, en donde estuvieron por seis años.

“Fue una etapa linda ver a mis hijos aprender futbol en esa academia. Sentí mucha alegría verlos a ellos hacer lo que tanto les gustaba. En el futuro sueño con verlos  jugar y yo gritar y aplaudirlos desde las gradas”, confesó el padre emocionado.

Allan afirma que aunque sueña con verlos convertirse en grandes futbolistas está consciente que deben ir “paso a paso”.

“Yo estoy disfrutando el paso a paso con ellos, les aconsejo que sean siempre humildes, que eso los hará grandes. En el futbol le han enseñado valores, respeto, trabajar en equipo y además me los ha mantenido con salud y con su mente siempre positiva”, aseguró Allan.

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Actualmente, los únicos activos en el futbol son Justin y Joshua. Tras salir de la academia, Rachel se ha dedicado más a sus estudios de secundaria.

“Mis recursos financieros son algo bajos y mi sueño es que ellos por medio del deporte pudieran también estudiar, conseguir una beca deportiva. Sería grandioso para ellos pues no quisiera ellos dejaran su carrera como me pasó a mí”, finalizó Allan, quien le gustaría volver a  la universidad en un futuro no muy lejano y estudiar alguna carrera de Humanismo aunque asegura no dejar de sentir pasión por la arquitectura.

Joshua tiene 12 añitos y tras cumplir la edad tope para estar en la academia Intercampus de Milán ingresó a la Academia de Managua FC.

Mientras Allan Lacayo hablaba acerca de los esfuerzos que ha hecho por su familia, su hijo futbolista Joshua lo escuchaba con orgullo y atención. LA PRENSA/ROSA MEMBREÑO.

Quiere ser futbolista y doctor

“Voy a segundo año de secundaria. Me siento bien y agradecido con mi papá por toda la ayuda que nos ha brindado  y al mismo tiempo me siento un poquito mal por tanto sacrificio, pero luego voy a crecer y voy a ayudarle. Mi sueño es ser futbolista de Primera División y representar a Nicaragua”, contó el niño.

Por ahora, Joshua también le ayuda a vender a su papá café y pan sobre todo porque finalizó el año escolar.

“Ahorita que no hay clases le ayudo a vender a mi papá, no me da pena porque varias veces le he ayudado. A los niños que les gusta el futbol les digo que intenten aprender. Además de jugar futbol quiero ser doctor para que cuando esté viejita mi mamá Johana cuidarla y ayudarla”, manifestó el niño.

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Allan finalizó diciendo que “yo les digo a ellos (mis hijos) que la forma de ayudarme es que se porten bien, como todo niño son inquietos, pero no son mal portados, tanto en sus clases como en la academia son sobresalientes. El deporte los ha alejado de las vagancias”, mientras se alistan para reanudar su venta en el Estadio Jackie Robinson, del IND.

Deportes fútbol vendedor archivo

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