Dos camisetas, una donde sale impreso el rostro de la exrea política Delmis Portocarrero y el otro de la estudiante brasileña asesinada, Raynéia Gabrielle Da Costa Lima Rocha, fueron la razón para que autoridades nicaragüenses retuvieran a Kevin Román cuando cruzaba al país por un punto ciego en Peñas Blancas.
Según el relato de Román, quien regresaba de su exilio en Costa Rica, la captura fue realizada por miembros del Ejército de Nicaragua, que posteriormente lo entregaron a la Policía Orteguista (PO), cuyo jefe en Carazo lo tiene perfectamente identificado.
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Al respecto, la respuesta del Ejército fue: “en cumplimiento al Plan de Protección de las Fronteras Estatales y la Estrategia de Estado ‘Muro de Contención’ y a las leyes de la República de Nicaragua, es nuestro deber capturar todo elemento sospechoso de ingresar ilegalmente por rutas no autorizadas a nuestro país. Los nicaragüenses que trabajan o viajan a la República de Costa Rica, circulan hacia el país por los pasos legales y en horas laborales, donde las autoridades de Migración y Extranjería y la Policía Nacional brindan las atenciones correspondientes”.
El relato de la detención
“Cuando a mí me agarran eran las 12:00 de la noche (del 25 de diciembre) y me meten a una casetita de plástico. Me dicen que me quite toda la ropa, pero cuando me bajo el pantalón se me caen las dos camisetas y el muchacho que me requisaba me dice: ‘ahora estás hasta la verga’ (…) me quitó mi teléfono y me pidió la contraseña para buscar información”, relató Román, quien asegura que las camisetas las había ocultado dentro de su pantalón.
Román agregó que tras su detención ilegal lo trasladaron a un puesto de mando, donde durmió en una banca. El miércoles reciente, aproximadamente a las 10:00 de la mañana, cuenta que un miembro del Ejército lo interrogó.
“Me pidió todos mis datos personales y me preguntó si yo anduve en las marchas y tranques. Yo no me negué, porque además ya habían visto en mi teléfono toda la información y fotos donde yo he andado. En las marchas y plantones de Jinotepe y las que hacíamos en Costa Rica”, contó Román.
Una hora después, Román fue trasladado a la delegación policial del departamento de Rivas y sometido a otro interrogatorio. Ahí estuvo detenido aproximadamente una hora en una celda y luego fue transferido a la Policía de Jinotepe, donde también se le interrogó. Román tenía un año y cinco meses en el exilio, ya que participó en las manifestaciones contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Carazo y, según dijo su tío Rommel Román, “se fue porque temía por su vida”.
“Corriste con suerte”
El refugiado político dijo además que el comisionado Julio Cruz, jefe del área de Inteligencia de la Policía Orteguista de Carazo, ya lo había identificado y fue quien lo llegó a traer a Rivas. “Me dijo: ‘corriste con suerte y te vamos a aplicar tu amnistía, pero ya sabés aquí no vas a venir a desestabilizar’”, confió.
Román fue liberado entre las 6:00 y 6:30 de la noche del miércoles 25 de diciembre y fue llevado hasta su casa en una patrulla por Cruz y otros agentes policiales. Asegura que ha recibido amenazas de fanáticos orteguistas, pero aseguró que no teme porque Dios está con él. Por el momento Román pasará unos días con su familia, el motivo principal por el cual regresó a Nicaragua, pero retornará a Costa Rica a seguir manifestándose contra de la dictadura. “Sigo en la lucha hasta la muerte, hasta que se vaya el dictador”, sostuvo.
Refugio en Costa Rica
Históricamente, Nicaragua ha tenido una migración hacia Costa Rica por asuntos económicos; no obstante, en situaciones de guerras el desplazamiento forzoso se ha incrementado. Ocurrió en los años ochenta, con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en el poder, y ahora con la represión contra los manifestantes azul y blanco.
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De acuerdo con cifras oficiales de la Dirección de Migración y Extranjería de Costa Rica, son más de 80,000 nicaragüenses los que han cruzado la frontera y solicitado refugio, huyendo de las balas y cárcel del régimen orteguista.
Al igual que Kevin, que se exilió en Costa Rica y regresó a su país, aunque no hay garantías para hacerlo de forma segura, otros lo han hecho y han sido encarcelados por la Policía Orteguista a su retorno.
Uno de los casos más recientes fue del veterinario Denis García. Su detención ocurrió en octubre de 2019.