14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Así quedó el auto rentado por las turbas después del ataque. LA PRENSA/CORTESÍA

Periodista del New York Times narra cómo las turbas orteguistas le robaron y la atacaron

El hecho ocurrió el 22 de noviembre de este año cuando cubría la salida del padre Edwing Román junto a los familiares de presos políticos que estaban en huelga de hambre dentro de la iglesia San Miguel Arcángel, en Masaya

Frances Robles, periodista del New York Times, cubría la salida del padre Edwing Román junto a los familiares de presos políticos que estaban en huelga de hambre adentro de la iglesia San Miguel Arcángel, en Masaya, el 22 de noviembre. Ella fue atacada por una turba.

Ese grupo de orteguistas la tumbó en el suelo para intentar robarle su teléfono y, posteriormente, lanzarle una piedra que destruyó el vidrio trasero del vehículo en que se movilizaba la corresponsal para Centroamérica, el Caribe y la Florida del medio estadounidense.

Puede interesarle: CPJ exige reapertura de Venepress y Telecaribe y cese al acoso de medios independientes

Robles ya había sido agredida un día anterior. La primera vez sucedió a las afueras de la iglesia San Juan Bautista, en Masaya. Una mujer, que formaba parte de la turba orteguista que trató de irrumpir en el templo mientras se celebraba misa, se enojó con ella porque estaba tomando fotografías.

“Ella me golpeó, quitándome las gafas de la cara y el teléfono fuera de mi mano”, relató la periodista.

Esa misma mujer la vio en la cobertura en la iglesia San Miguel. Robles escuchó que la gente gritaba “¡es ella!”, “¡sacala de aquí!”, en referencia a la periodista. Dos policías la escoltaron a uno de los retenes, ubicado como a una cuadra de la iglesia, y la dejaron sola, “en manos de la turba que venía por mí”, expresó.

“Un grupo de personas me rodeó, exigiéndome que entregara mi teléfono.  Varias mujeres me tiraron al suelo y lucharon conmigo por el teléfono. Grité: ‘¡Policía! ¡Policía!’, porque sabía que los oficiales estaban a solo unos pasos de distancia, pero nadie vino a ayudarme”, relató la periodista.

Una de las mujeres metió la mano dentro de su bolso y agarró lo que consideraba que era su teléfono, pero era un cargador portátil. El ataque terminó porque las mujeres pensaron que tenían su celular y durante esos segundos, Robles logró escapar.

Lea además: César Ricaurte, director de Fundamedios: “El periodismo independiente de Nicaragua es heroico”

“Me apresuré a entrar al auto alquilado y alguien lanzó una piedra grande, rompiendo el cristal del carro”, cuenta vía correo electrónico.

Pese a que en el lugar había cientos de policías, los mismos que no dejaban que nadie se acercara al templo, en el que permanecieron sin agua y luz 14 personas, incluido el mismo padre Román, dejaron que las mujeres simpatizantes del régimen orteguista actuaran con impunidad contra la periodista.

Robles vivió durante un año (2001) en Nicaragua y, desde entonces, ha regresado muchas veces al país y nunca antes le había pasado nada. Ha ejercido el periodismo durante treinta años y las dos últimas agresiones fueron los únicos incidentes que ha vivido mientras hace una cobertura.

El caso de Robles también fue expuesto en un reportaje publicado en The New York Times este jueves, en el cual relata el calvario que vivieron los familiares de presos políticos adentro de la iglesia en Masaya, bajo el impuesto estado de sitio policial y parapolicial.

Agresiones a periodistas

La agresión a Robles es una de las situaciones de riesgo que enfrentan los periodistas independientes en el ejercicio de la profesión en Nicaragua.

Según el Observatorio de la Libertad de Prensa Independiente en Nicaragua, de Periodistas y Comunicadores Independientes (PCIN), en los últimos tres meses, se han documentado 33 casos de periodistas en los que hubo 120 delitos que atentan contra la libertad de prensa y de acceso a la información.

Lea también: CPJ: Al menos 250 periodistas encarcelados en el mundo por regímenes autoritarios

Los periodistas han sido víctimas de amenazas, hostigamientos, agresiones, robo de equipos, detenciones, obstrucción a su trabajo y hostigamiento.

En el 21.6 por ciento de los casos identificados hubo amenazas, seguido del hostigamiento y la obstrucción, que estuvo presente en un 20.8 por ciento de los casos, respectivamente. Los datos fueron expuestos por PCIN este jueves. En el informe también enfatizaron en la impunidad ante los atentados contra la vida, el asedio judicial, las campañas de descrédito, además de la detención ilegal de equipos periodísticos por parte de policías y parapoliciales orteguistas.

Para Robles, no existe duda de que es muy difícil ejercer el periodismo en la actualidad en Nicaragua.

“Los grupos progubernamentales parecen muy decididos a no permitir que nadie tome fotos o videos. Están robando las cámaras de las periodistas como si tomar fotos en la calle, cubriendo las noticias, fuera un crimen”, expresó.

Según el monitoreo de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, desde abril de 2018, cuando estalló la crisis sociopolítica en el país, hasta junio de 2019 han habido 1,378 casos de violación a la libertad de prensa.

A eso se suman que las instalaciones de los medios Confidencial, Esta Semana, Esta Noche y el canal 100% Noticias siguen tomadas por la Policía Orteguista, después de un año. Sus dueños, los periodistas Carlos Fernando Chamorro y Miguel Mora, han denunciado dichas violaciones en instancias nacionales e internacionales.

Lea además: Periodistas Lucía Pineda y Miguel Mora reciben Premio Internacional a la Libertad de Prensa 2019

LA PRENSA suma 69 semanas de tener su materia prima y el papel retenidos por un bloqueo aduanero.

Violencia contra periodistas

En el informe del Observatorio de la Libertad de Prensa Independiente en Nicaragua, de Periodistas y Comunicadores Independientes (PCIN), se identificó 13 casos de agresiones documentadas a mujeres periodistas.

De estos, en cuatro de ellos se cometieron agresiones identificadas como violencia sexual que se expresan en acciones de chantajes, manoseos, amenazas de violación, acoso, hostigamiento, ciberacoso y ciberacecho. “Estos delitos fueron ejercidos por paramilitares, funcionarios públicos, parapolicías, fanáticos partidarios del partido de gobierno y oficiales de la policía nacional, en contra de mujeres periodistas y se produjeron mientras ellas ejercían la labor periodística”, expone el informe. Una de las más recientes agresiones fue contra la periodista Kastalia Zapata, de Canal 12, quien fue robada por tres agentes policiales.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí