Nicaragua finalizará este año con una de las tasas inflacionarias más altas de Latinoamérica y el Caribe, según refleja un análisis comparativo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que prevé que esta se ubique en 6.5 por ciento al término de 2019, casi el doble que el año pasado.
La tasa de inflación interanual de Nicaragua —que refleja el comportamiento de los precios de los bienes y servicios de consumo nacional— era la más alta de Centroamérica hasta octubre.
A nivel de América Latina y el Caribe, solo Venezuela (39,113. 8 por ciento), Argentina (49.7 por ciento), Haití (19.5 por ciento) y Uruguay (8.3 por ciento) superan la tasa inflacionaria de Nicaragua, considerada la segunda economía más empobrecida del hemisferio.
Eso significó para los nicaragüenses la quinta pérdida de poder adquisitivo más agresiva de la región, lo que se refleja en alzas de los precios de los alimentos, bebidas, vestimenta y otros servicios, dañando los salarios y el consumo de los hogares.
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Esto explicaría el porqué el Banco Central de Nicaragua desde agosto de este año cesó la divulgación del indicador, el cual debería estar actualizado hasta noviembre.
También optó por dejar de publicar la evolución del costo de la canasta básica, luego que en julio la cesta de 53 productos sobrepasara los 14 mil córdobas, principalmente por incrementos en los alimentos.
Según la Cepal, en Nicaragua “la inflación interanual al mes de agosto se ubicó en el 6.1 por ciento (un 5.0 por ciento en el mismo mes de 2018), mientras que la acumulada fue del 4.03 por ciento (un 1.66 por ciento en agosto de 2018)”.
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Al finalizar el 2019, según la Cepal, este indicador se ubicará en 6.5 por ciento superior al 3.9 por ciento en el 2018.
Reforma fiscal, detrás de elevada tasa
Sin embargo, ¿qué hay detrás de la inflación que pronostica la Cepal? El economista Luis Murillo explica que sin duda está el efecto de la reforma a la Ley de Concertación Tributaria, la cual quitó exoneraciones y exenciones a varios productos de la canasta básica.
Para Murillo que Nicaragua tenga la quinta inflación más alta de América Latina “significa una bomba de tiempo”, que incrementará más el descontento social en los próximos meses, situación que se agrava por el congelamiento del salario de los trabajadores.
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Este año el régimen de Daniel Ortega, tras imponer dos reformas tributarias y de la seguridad social confiscatorias, optó por congelar el salario mínimo y además decidió quitar el ajuste del cinco por ciento que cada año recibían los trabajadores del Estado, esto último para hacer frente a las dificultades de recaudación de impuestos como consecuencia de dos años de recesión.
En cuatro meses de vigencia de la reforma tributaria, la canasta básica llegó a acumular un incremento de 670 córdobas hasta julio. El Banco Central desistió de la publicación también de este indicador, luego que economistas advirtieran los estragos que la reforma fiscal estaba teniendo en la canasta básica.
La creciente inflación en Nicaragua ocurre en momentos que el desempleo ha tocado las puertas de casi 50 mil nicaragüenses este año, según estimaciones de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides). Además la tasa de pobreza se disparará 29.4 por ciento, cuando en el 2017 se situaba en 20.1 por ciento.
“Prácticamente el país está aislado, muchos indicadores económicos están cayendo, hay expectativas negativas, la mayor parte de la población está en la informalidad, todo eso es un caldo de cultivo para que se genere un proceso de inflación intermedia y esperemos que no elevada”, afirmó.
Miedo a los fantasmas de la hiperinflación
Al respecto, Murillo espera que las autoridades gubernamentales hagan esfuerzos para evitar que en Nicaragua se repita el horror de la hiperinflación sufrida en el siglo pasado, que ubicó al país con la séptima inflación más alta en el siglo XX con una tasa superior al 33,000 por ciento. “Espero que no lleguemos a ese nivel”, afirmó, por lo que urgió a buscar una salida a la crisis económica.
Hasta ahora solo Venezuela se encuentra sumergida en una hiperinflación, que se originó tras las destrucción de la matriz productiva del país, un férreo control de cambio y un descalabro del clima de inversión como consecuencia de la crisis política.
La más alta de Centroamérica
A nivel de Centroamérica, Nicaragua se ubica con la inflación interanual hasta agosto más elevada de la región.
Según cifras de la Cepal, Costa Rica hasta octubre tenía una inflación interanual de 2.1 por ciento; El Salvador con -0.9 por ciento; Guatemala con 2.2 por ciento; y Honduras con 4.1 por ciento.
A nivel del istmo, el promedio se ubicó en 2.7 por ciento y en América Latina y el Caribe en 2.4 por ciento, sin incluir las inflaciones más altas del hemisferio.