Monseñor Silvio Báez comparó a través del evangelio de este sábado, en la que un rey Herodes ambicioso de poder, y temeroso a perderlo, ordenó una matanza contra los niños menores de dos años en búsqueda del recién nacido Jesús, con la represión impuesta por los tiranos, similar a la que ejerce Daniel Ortega contra el pueblo que sigue demandando justicia y libertad.
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“Herodes… se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén» (Mt 2,16). Ambicioso y sediento de poder, tiene miedo y manda a asesinar. Como el antiguo Faraón, como los tiranos de hoy que se imponen reprimiendo y derramando sangre inocente”, publicó Báez en su cuenta de Twitter.
«Herodes… se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén» (Mt 2,16). Ambicioso y sediento de poder, tiene miedo y manda a asesinar. Como el antiguo Faraón, como los tiranos de hoy que se imponen reprimiendo y derramando sangre inocente. #EsteEvangelioHoy
— Silvio José Báez (@silviojbaez) December 28, 2019
Asimismo, informó que este próximo domingo, presidirá una eucaristía junto al padre Edwing Román, y el párroco Marcos Somarriba, en la parroquia Santa Agatha en Miami a la 1: 00 p.m. Esta sería la primera misa juntos después que Román estuvo retenido en su primera Iglesia bajo un estado de sitio policial y parapolicial.
Represión no se detiene
La violencia generada por el régimen de Daniel Ortega dejó 328 muertos según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque otras organizaciones aseguran que el número de víctimas puede ser mayor. A esto se suma el desplazamiento forzado que ha afectado a más de 80 mil nicaragüenses, que huyeron de amenazas, agresiones y apresamientos en el contexto de la operación limpieza.
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Pese a que la dictadura orteguista se ha empecinado en mostrar una Nicaragua “normal”, la permanencia de la policía en las calles, responsable de evitar cualquier tipo de protesta o movilización cívica ciudadana los desmiente. Casi a diario existen denuncias de allanamientos ilegales, capturas, intimidación y hasta actos de torturas y vandalismo por parte de agentes policiales y de grupos parapoliciales. La represión no ha cesado a un poco más de 20 meses del estallido social de abril de 2018.