El excarcelado político, Francisco Javier Hernández Velásquez, no pudo asistir a la iglesia donde se congregaba y tampoco logró despedir el año viejo con su familia porque este martes 31 de diciembre fue secuestrado por tercera vez por la Policía Orteguista (PO) en San Marcos, Carazo, según informaron familiares.
Hernández Velásquez fue liberado la mañana de este 2 de enero, informó el abogado Julio Montenegro. Según Hernández, quien es ingeniero y arquitecto, el pasado 31 diciembre fue interceptado por una patrulla policial y varios motorizados cuando se dirigía a un taller a reparar su vehículo. Posteriormente fue montado en una camioneta Hilux blanca de uso particular, donde también andaban civiles armados.
Hernández fue trasladado a la estación policial de Jinotepe donde asegura que, “me dijeron que se había dado un robo, que se robaron una caja fuerte, televisores, entre otras cosas… y que la gente había quedado amarrada y que habían visto una camioneta roja como la mía y que yo estaba implicado en ese robo”, refiere el excarcelado.
Según cuenta, su vehículo presentaba fallas mecánicas, no encendía y al ser remolcada por agentes policiales, les desprendieron el bumper y la defensa delantera del vehículo. La camioneta fue devuelta a Hernández con esas fallas, pero aseguró que su celular sigue ocupado por los jefes del área de Inteligencia de la PO en ese departamento.“A mí me llevaron al Chipote nuevo en la camioneta blanca. (Iban) Dos encapuchados y uno de civil y ahí me metieron en una celda y me hicieron una entrevista como a las 10:00 de la noche, pero yo les dije que no era ningún ladrón”, relató el excarcelado político, quien afirma que sigue siendo vigilado por civiles.
Hernández aseguró que los jefes policiales de la DAJ le dijeron que tuvo suerte que los dueños de los objetos robados no lo reconocieron y que por eso le daban su libertad. “Yo ya estoy cansado y pienso que la dictadura tiene miedo. Están mostrando su temor y debilidad y lo que quieren es intimidar, pero el gobierno debería de aceptar que está en un camino sin retorno”, concluyó Hernández.
Xiomara Espinoza, esposa de Hernández, relató a LA PRENSA que el secuestro se dio cuando su cónyuge se dispuso a llevar su camioneta a un taller de mecánica cercano a su vivienda, ubicada en el barrio Covisama, para que la repararan, pues presentaba fallas mecánicas. Hernández, quien es arquitecto e ingeniero, fue montado en una patrulla policial por antimotines con el rostro cubierto. El hecho se dio entre las 3:30 y 4:00 de la tarde.
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Según Espinoza, antes del secuestro de su esposo unos hombres que se movilizaban en motocicletas pasaron por el taller y lo señalaron. La camioneta de Hernández fue ocupada por la Policía Orteguista y no ha sido entregada.
Al enterarse del hecho, Espinoza se dirigió a la delegación policial de San Marcos y Jinotepe a preguntar por su esposo, pero le dijeron que lo trasladaron a la Dirección de Auxilio Judicial, en Managua, en el nuevo “Chipote”. Espinoza desconoce los motivos de la detención.
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“Yo no sé porque ellos se lo vuelven a llevar, es la tercera vez y no pudimos ir a la iglesia al culto, ni pasar el año viejo en familia. El diablo se nos adelantó. Estamos luchando para salir adelante con la ayuda de Dios. Ellos (el régimen) hablan de paz, pero nosotros en nuestros hogares no la tenemos y volvemos al mismo calvario, al mismo sufrimiento. Yo ya no creo en ellos y confío en Dios, quien es mi abogado”, dijo la denunciante.
El asedio policial y parapolicial contra Hernández se da en represalia por haber participado en las protestas cívicas de 2018 en contra del régimen de Daniel Ortega.
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La primera vez que Hernández fue secuestrado por la PO y fue liberado en mayo con la cuestionada Ley de Autoamnistía. En esa ocasión estuvo seis días injustamente detenido y no recibió disculpas por lo acontecido. El temía que lo volvieran a secuestrar, dado que había recibido amenazas de policías.
En febrero de 2019 Hernández fue secuestrado por primera vez por la Policía Orteguista, tras haber participado en las protestas cívicas del 2018 en contra del régimen de Daniel Ortega, pero en mayo del mismo año fue excarcelado con la cuestionada Ley de autoamnistía implementada por el régimen de Ortega.
El 16 de octubre de 2019 fue nuevamente secuestrado por la Policía Orteguista quienes pretendían acusarlo de asociación para delinquir, sin tener pruebas para inculparlo. El ingeniero-arquitecto fue puesto en libertad siete días después.