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Los propósitos de la oposición

Antes de terminar 2019, la nueva oposición social y política de Nicaragua dio a conocer sus propósitos para el nuevo año 2020.

La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia reiteró su “compromiso con la democracia”, que “contempla la exigencia de devolver a los ciudadanos el derecho a escoger libremente a sus gobernantes”. Pero insistió en que son condiciones previas a los procesos electorales, “la liberación de todos los presos y presas políticos, así como la restitución de libertades y derechos constitucionales”.

La Alianza Cívica en conjunto con la Unidad Azul y Blanco (UNAB) y el Grupo Promotor de reformas electorales, acordaron una propuesta única que dieron a conocer públicamente el 12 de diciembre. Eso significa que la oposición está preparada para negociar con el régimen, directamente o mediante intermediarios, una reforma electoral que restablezca la confianza de los ciudadanos en el sistema electoral.

Es interesante que la Alianza Cívica, en un comunicado que emitió el 27 de diciembre de 2019 no mencionara las reformas constitucionales que ha demandado en ocasiones anteriores. También la UNAB ha sostenido que junto con las reformas electorales se deben aprobar reformas constitucionales para asegurar la democratización integral del sistema político de Nicaragua. Se dice que de nada servirían las reformas electorales si no se aprueban al mismo tiempo reformas constitucionales de fondo, como restablecer la mayoría calificada para elegir al presidente de la República, prohibir la candidatura conyugal, abolir las restricciones a la participación de los partidos políticos, etc.

Sin embargo esa no parece ser una propuesta realista. Como hemos dicho en algunas ocasiones, no se puede poner la carreta delante de los bueyes. En este mismo sentido opinó la semana pasada en una entrevista con el Canal 10 de televisión, el exmagistrado orteguista de la Corte Suprema de Justicia y antiguo operador político del sandinismo, Rafael Solís, quien ahora vive en el exilio.

Es cierto que la democratización plena de Nicaragua requiere de la aprobación de reformas constitucionales como las que han planteado tanto la Alianza Cívica como la Unidad Azul y Blanco.

Inclusive, tal vez lo mejor sería adoptar una nueva Carta Fundamental que sea aprobada por una Asamblea Nacional Constituyente convocada por el gobierno de transición que sustituya a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Pero antes de eso hay que lograr que Ortega acepte la celebración de elecciones libres, limpias y observadas internacionalmente, con el previo restablecimiento y respeto de todos los derechos y libertades políticas de los ciudadanos que han sido suprimidas de hecho por la dictadura. Para cambiar el sistema político primero hay que ganar las elecciones,

La regla elemental de que lo primero es primero, se aplica también en la política. Las reformas electorales indispensables para que haya verdaderas elecciones, es lo primero que debe conseguir la oposición de Nicaragua.

Editorial Crisis en Nicaragua oposición archivo
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