Inestable en el juego y dependiente de Messi. Alarman las señales de los últimos partidos del Barsa. Nunca remata al rival y permite segundas oportunidades como las concedidas este jueves al Atlético, que pareció muerto y resucitó con los descuidos para remontar 2-3 porque el Barsa perdió la solidez en el centro del campo y Messi se agotó antes de poder rescatar. El próximo domingo mirará la final de la Supercopa de España por la televisión a sus principales adversarios, Madrid y Atlético, en un derbi prometedor futbolísticamente.
El Barcelona volvió a asumir los roles en el juego. El Atlético retrocedió, se agrupó a 35 metros de su portería y esperó con paciencia el contragolpe. El Barsa dio el paso al frente, tomó le dominio del balón y gestionó la circulación buscando los espacios. Costó hacerse un hueco por el centro porque todo el Atlético se concentró ahí, dejando libre las bandas, bien aprovechadas por el Barsa abriendo el campo y llegando a la última línea.
Arturo suele ser el revulsivo del complemento, pero apareció de inicio, dando mayor fuerza al centro del campo y convirtiéndose en un peligro al ataque por su capacidad de aportar mayores opciones a la ofensiva entrando desde la segunda línea o colocándose en la banda para buscar una combinación con un compañero para centrar y desestabilizando a un blindado Atlético.
El muro del Atlético poco contuvo al Barsa, que siempre encontró pasillos para transitar en busca del gol. Lo intentó muchas veces sin éxito en la primera parte por un gran Jan Oblak, infranqueable bajo los tres palos. El portero esloveno atajó a Messi (22) el primer remate a gol del partido, un disparo potente que exigió a Oblak, muy atento cada momento, sobre todo en el mano a mano contra Griezmann (40), quien remató al cuerpo.
Oportuno el VAR
Un giro inesperado apareció comenzando la segunda parte. El Atlético marcó un gol de vestidor. Sacó del centro del campo y Koke (46) abrió el marcador, un tanto psicológico que el Barsa supo reponerse con el gol de Messi (51), tras jugada colectiva de Vidal y Sergi, más asistencia de Suárez. Griezmann (56) falló otro mano a mano contra Oblak previo a convertirse en un partido loco.
El VAR eliminó un gol Messi (60) por mano en el área, tras una acción colectiva, y en una contra se puso por delante. Alba se proyectó por su banda y centró al segundo palo para Suárez. Oblak atajó el cabezazo del uruguayo y el rechace le cayó a Griezmann (63), que esta vez no perdonó. El VAR volvió a bajar del marcador un gol de Piqué (74) y desafío cambió.
Los centrales del Barsa nunca corrigieron los huecos dejados a sus espaldas y el Atlético los explotó para sacar la victoria. Correa (79) se quedó corto en un mano a mano ante Neto, quien expuesto a cada rato por la facilidad con la que superaron a sus centrales no tuvo otra opción que derribar a Vitolo en el área. Morata (81) asumió la responsabilidad de empatar y cumplió. El VAR inexplicablemente pasó por alto una mano de Piqué (84) en el área, pero en la siguiente jugada llegó la justicia divina. Otra vez Correa (85) encontró un hueco entre los centrales, se marchó en velocidad y fusiló al portero, para que el Atlético completara la remontada.