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¿Qué hace la cal, que no pela?

En su abrumadora pero inútil ofensiva propagandística el dictador Daniel Ortega insiste en “demostrar”, con sus encuestas, que goza de una gran aceptación popular.

En la última consulta oficialista de opinión pública, que se divulgó esta semana incluso en algunos medios de comunicación independientes, se asegura que el 55 por ciento de los nicaragüenses cree que Ortega conduce el país en la dirección correcta y el 55.8 por ciento que gobierna apegado a las leyes. Sostiene que el 59 por ciento cree que el régimen de Ortega es factor de paz, el 58.9 por ciento que genera esperanza y el 69.3 por ciento que trabaja en favor del pueblo.

También asegura la última encuesta oficialista que el 52 por ciento simpatiza con el FSLN y que el 54 por ciento de los ciudadanos se declara independiente, pero de este porcentaje el 28.4 por ciento se identifica con el Frente Sandinista.

Además, la fantasiosa encuesta del régimen sostiene que con la oposición se identifica solo el 23.9 por ciento de la gente y de esta únicamente el 3.5 por ciento es voto duro. Y, no faltaba más, asegura que para más del 60 por ciento de los ciudadanos el gobierno sandinista es el mejor que ha tenido Nicaragua en toda su historia. ¡Qué tal!

En vano la propaganda oficialista pretende hacer creer que la mayoría de los nicaragüenses están felices con el régimen actual, que no les importa y más bien avalan la horrorosa matanza perpetrada por la dictadura orteguista para aplastar la insurrección popular cívica de abril de 2018.

Pero si Ortega está tan seguro de que tiene el apoyo de la mayoría de los nicaragüenses, y de que ganaría las elecciones por barrida a la oposición, como él mismo lo dijo el 19 de julio del año pasado, entonces ¿por qué no adelantó las elecciones y se ha negado a negociar con la oposición una reforma electoral auténtica? Si la cosa es como dice Ortega, ¿qué hace la cal que no pela?
(Como se sabe, esta es una expresión nicaragüense que se refiere a la nesquiza, o sea la cocción del maíz en agua de cal o ceniza a fin de quitarle la cáscara y prepararlo para hacer las tortillas, los tamales, nacatamales y otros productos alimenticios muy populares. Y se usa en referencia a alguien que dice estar en ventaja sobre los demás, pero no se atreve a aceptar el reto).

Quizás el único dato creíble de la encuesta gobiernista que se dio a conocer a principios de esta semana, es el de que el 82.5 por ciento de los encuestados opina que son los ciudadanos, con sus votos, los que deben decidir quién debe gobernar y cuándo.

Eso, precisamente, eso es lo que demanda la oposición y pide la comunidad democrática internacional. Por eso es que la población se insurreccionó en abril de 2018. Y eso es lo que finalmente, aun contra su voluntad, el dictador Daniel Ortega tendrá que aceptar tarde o temprano.

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