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Los grandes retos de la Coalición

La Coalición Nacional (opositora) anunciada por la Alianza Cívica y la UNAB el viernes de la semana pasada, tendrá que enfrentar y resolver grandes retos para poder alcanzar el objetivo supremo de derrotar a la dictadura.

El orteguismo es un enemigo poderoso, mañoso y sin escrúpulos. Así lo ha demostrado desde que Daniel Ortega retomó el poder en enero de 2007 y sobre todo cuando reprimió a balazos a la gente que se sublevó en abril de 2018, dejando una tendalada de muertos que horrorizó al mundo entero.

El politólogo nicaragüense Manuel Orozco, investigador de Diálogo Interamericano de Washington, señaló en una entrevista con el periodista Carlos Fernando Chamorro en la revista electrónica Confidencial, cuatro grandes desafíos que debe enfrentar la Coalición.

El primero, dice, es resolver la crisis de confianza política. En realidad, el problema interno más grave de la oposición es la desconfianza, que deriva de su diversidad social, política e ideológica, pero también y sobre todo de la poderosa presión externa de las redes sociales, en las que todo mundo interviene y no precisamente con buena intención, veracidad y criterio responsable.

Otro gran reto —dice Orozco— es incorporar (a la Coalición) a por lo menos tres partidos políticos. No los menciona, pero se puede deducir que se refiere básicamente a CxL, PLC y Partido Conservador. Esta incorporación no será tarea fácil, por la crisis del sistema de partidos causada por la dictadura y el descrédito de los mismos partidos, debido a las malas prácticas de algunos que el imaginario público las atribuye a todos.

El tercer desafío de la Coalición es la escogencia de los candidatos. Será difícil escoger a uno presidencial y otro vicepresidencial que puedan satisfacer y tener el consenso de todos. Y más complicada podría ser la nominación de los candidatos a diputados, que fue la más conflictiva en la experiencia de la Unión Nacional Opositora (UNO) de 1990 que derrotó electoralmente al mismo dictador Ortega, hace treinta años.

Y como cuarto reto principal de la Coalición, el analista de Diálogo Interamericano menciona el relanzamiento de las formas de organización y de lucha cívica. Se refiere obviamente a las difíciles condiciones para diseñar y ejecutar las formas de lucha más adecuadas contra una dictadura de tipo estalinista y castrista, como es la orteguista.

Hay que agregar a esos desafíos, corregir la deplorable política de comunicación de la oposición, que causa fricciones innecesarias con los periodistas y con los mismos aliados potenciales, lo que es bien explotado por la “mano pachona” de la dictadura que atiza las debilidades y contradicciones opositoras.

Además, en el momento oportuno, cuando se conozcan las reformas electorales que probablemente serán insuficientes y consultadas por la dictadura solo con los partidos no sandinistas que están en la Asamblea Nacional (y tal vez también con los partidos que tienen personería jurídica, pero carecen de representación parlamentaria), la Coalición tendrá que tomar la delicada decisión estratégica de participar o no en las próximas elecciones.

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