Dos meses después de presentada la dimisión, finalmente este martes (21.01.2020) el Congreso de Bolivia aprobó la renuncia de Evo Morales a la presidencia, en medio de una confusa sesión. El Parlamento, controlado por el Movimiento Al Socialismo (MAS) liderado por el exmandatario, votó la misiva firmada por Morales el 10 de noviembre, poco antes de viajar al exilio.
“En (la) Asamblea Legislativa aceptamos la renuncia de nuestro compañero Evo Morales y (del exvicepresidente) Álvaro García. Estamos cumpliendo con la Constitución que dice que quienes rechazan o aceptan la renuncia son los diputados y senadores”, dijo a la prensa el congresista Henry Cabrera, influyente dirigente del MAS. Hubo discrepancias dentro del MAS, porque algunos parlamentarios consideran que Morales fue víctima de un “golpe de Estado”.
Sin embargo, Cabrera consideró necesario cumplir con la parte formal de la ley, pese a que el 12 de noviembre asumió provisoriamente la presidencia del país la senadora de derecha Jeanine Áñez, cuya legalidad reconoció el Tribunal Constitucional, que también amplió su mandato hasta la conformación de un nuevo gobierno luego de las elecciones de mayo.
Confusión y caos
La sesión se tornó confusa y caótica, pues los críticos a Morales señalaron que no procedía la carta de renuncia, pues él hizo abandono de cargo. Shirley Franco, diputada del partido Demócratas, dijo que “el 12 de noviembre se ha realizado la sucesión constitucional, por la ausencia definitiva del expresidente, quien asumió la condición de asilado al haber abandonado el territorio”. Agregó que aprobar su renuncia “es excontemporáneo e inadmisible”.
Sin embargo, la titular de la Asamblea Legislativa, la senadora Eva Copa, también del MAS, dijo que “lo que tiene que primar en estos momentos es la paz en nuestro país, mantener la línea de la pacificación y que se tenga estabilidad social”. Morales, que tramita su refugio en Argentina, había asegurado varias veces que seguía siendo presidente de Bolivia en tanto el Parlamento no analice su renuncia, un argumento que ya carece de valor.
A la renuncia de Morales y García Linera el mismo 10 de noviembre siguieron las de los presidentes del Senado, Adriana Salvatierra, y de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, ambos del MAS. En su calidad de segunda vicepresidenta del Senado, la legisladora Jeanine Áñez activó el mecanismo sucesorio que dejó roto el entonces oficialismo y asumió la Presidencia interina de Bolivia.