14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

¿El último diario en Nicaragua?

Cuando era niño, la casa de mi abuela Margarita Cardenal de Chamorro, donde vivía, quedaba justo al lado de la imprenta de LA PRENSA, donde una enorme rotativa “HOE Letterpress” rugía cada tarde velozmente con las últimas noticias, gracias al método de fundir conchas de plomo en relieve.

Luego del terremoto del 23 de diciembre de 1972, que destruyó casi por completo el edificio y la rotativa, el diario interrumpió su circulación hasta el 1 de marzo de 1973, trasladándose desde la Calle del Triunfo hasta el sitio actual en la Carretera Norte, e imprimiendo con una moderna rotativa “Offset Goss Urbanite” recién comprada, que había sobrevivido la hecatombe. Fue entonces que mi maestro, Horacio Ruiz Solís, tecleó su magistral titular: “En 30 segundos, solo Hiroshima y Managua” y su genial crónica del terremoto, que después de tres meses de la noticia tituló: “Un ensayo del juicio final”. Todo un paradigma de redacción del periodismo moderno.

A los pocos días de su reaparición, el notable poeta José Coronel Urtecho escribió un telegrama que mi padre atesoraba bajo el vidrio de su escritorio. Decía el telegrama: “Felicitaciones por reaparición de La Prensa; para la conciencia del país, cuando La Prensa deja de salir, es como si no sucediera nada, o todo fuera mentira”. He desempolvado estos recuerdos de mi memoria, porque en sus casi 94 años de su accidentada existencia, nunca LA PRENSA ha estado tan cerca de dejarse de imprimir. Son ya 74 semanas en las que la nueva dictadura la estrangula con un bloqueo aduanero que le impide comprar las bobinas de papel.

No ha hecho falta esta vez la censura de prensa, ni dos terremotos, ni los cierres arbitrarios, ni el asesinato de su director mártir, ni la quema total de sus instalaciones, para que el telegrama de José Coronel Urtecho cobre una renovada y trágica actualidad. La falta de papel periódico nos ha obligado a imprimir en papel bond, muchísimo más caro y a imprimirlo no en la rotativa, sino en una prensa plana, más adecuada para imprimir libros que un diario, con el consecuente disparo en los costos de producción.

Si LA PRENSA deja de publicarse, Nicaragua será el único país del continente y posiblemente del mundo sin un diario impreso, porque hasta en Cuba, donde no hay libertad de prensa, se imprimen dos diarios: el Gramma y Juventud Rebelde. ¿Podrán Ortega y Murillo congratularse de haber logrado lo que no logró Somoza, el terremoto de 1931, ni el de 1972, ni ellos mismos durante la primera dictadura sandinista, en los 80? Mi padre vivió censura, cárcel, exilio, cierres, pero nunca Somoza —que al menos pretendía jugar a la democracia— le cortó el suministro vital de papel a LA PRENSA y no logró silenciarla… ni con la ayuda de dos terremotos.

El autor es periodista, exministro y exdiputado.

Opinión Crisis en Nicaragua LA PRENSA archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí