El supuesto tumbador de droga Máximo Ríos Orozco, víctima del asesinato perpetrado por miembros de la estructura narco supuestamente liderada por el diputado parlamentario Francisco Sarria García, según la acusación del Ministerio Público, sufrió graves torturas antes que le quitaran la vida, afirmó en el juicio el médico forense Realson Alexander Bent Grandison.
Durante la última audiencia de continuación de juicio, el forense expuso ante el juez Melvin Vargas, quien lleva la causa, que la víctima tenía múltiples heridas y fracturas en el cráneo y costillas, que fueron hechas cuando aún estaba con vida.
Por ejemplo, relató el médico, en la cabeza tenía heridas realizadas con arma blanca, de forma horizontal en la frente y los pómulos. Tenía heridas en el labio inferior y fractura mandibular. Además, encontró fracturadas la cuarta vértebra cervical y la séptima y octava costilla. En la mano y el brazo izquierdo tenía heridas, y la mutilación de la muñeca.
El cuerpo de Ríos Orozco fue encontrado el 25 de septiembre de 2019 en un potrero de la finca Campo Amor, ubicada en el kilómetro 24 carretera vieja a León. Estaba semidescubierto a 77 metros de la carretera, en un lugar de difícil acceso, una zona rural y boscosa.
Desmembración de manos, pies y cabezas
Estaba sobre un plástico negro, declaró el perito Reyes Aguilar Sánchez, especialista en escenas del crimen. “Presentaba desmembración de manos, pies y cabeza. Tenía un mecate, con rasgos de arrastre en el cuerpo”, dijo el oficial mayor Aguilar Sánchez, ese mismo día del juicio.
Tanto los hallazgos del inspector de la escena del crimen con los del médico forense, concuerdan en que la muerte de Ríos Orozco, quien fue presuntamente contratado por el diputado parlacénico Francisco Sarria, para el traslado de la droga hacia Mechapa, municipio de El Viego, Chinandega, fue violenta.
“En las conclusiones se describen múltiples heridas en la región frontal de la cabeza, en el pómulo derecho, en el labio inferior, en el muslo izquierdo, en el segundo dedo mano izquierda, quemaduras por fricción en el abdomen, tórax, glúteos, todas las lesiones descritas con reacción vital. La muerte es violenta de origen homicida. No habían órganos internos, porque las aves de rapiña ya los habían sacado”, explicó el forense Bent Grandison.
Otra estrategia de Francisco Sarria
Al final de la audiencia de juicio, el abogado Geovanny Ruiz Mena, representante del diputado Sarria, pidió como prueba sobrevenida o nueva, que giraran oficio a la Secretaria del parlamento centroamericano para que informe si existe un parlamentario que se llamé José Sarria.
“Por la testifical del Código Uno, quien dijo que la persona que lideraba la banda el diputado corresponde al nombre de José Sarria, pido se gire oficio a la Asamblea Nacional y a la secretaria del parlamento centroamericano, para ver si existe un parlamentario que se llame José Sarria”, dijo el abogado como estrategia para tratar de librar de cargos a su representado.
En audiencia anterior también buscó otra estrategia de defensa que pretende ubicar a Sarria en otro lugar el día 24 de septiembre, día en que ocurrieron los hechos sangrientos.
Según su abogado, el diputado estaba en el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino esperando a su esposa Flor Amelia del Carmen Palacios Carvajal, que venía de Estados Unidos.
Para demostrar esto, el abogado Ruiz Mena solicitó al al judicial Vargas, que girara oficio a las autoridades del Aeropuerto Internacional, para que comprobaran a qué hora entró Palacios a Nicaragua y si en un registro de cámaras de vigilancia entre las 4 y 6 pm, del día 24 de septiembre de 2019, se encontraba en las instalaciones de esa institución el señor Francisco Sarria. Lo que le complica la situación es que el asesinato se dio entre las 7 y 10 de la noche del 24 de septiembre.
El juez después de girar oficio a la secretaria parlamentaria para cumplir con la petición de Ruiz, suspendió el juicio a petición de la Fiscalía e informó que continuará el próximo 4 de febrero. A la fecha, han pasado a declarar más de 15 testigos y peritos que trabajaron en el caso.
Junto a Sarria, son acusados los guatemaltecos Silas Galindo y Lucas Medrano, los chinandeganos Nicasio Victorino Mondragón, Carlos Cortez Guevara (sin detener)y Marcos Amaya, más el colombiano Evert Ospina, quienes son miembros de la estructura criminal que según la Fiscalía es liderada por el diputado.
La estructura criminal operaba, según la acusación, desde Costa Rica hasta Honduras, utilizando vía terrestre y marítima por Mechapa en El viejo Chinandega, donde supuestamente lo reconocen bajo el alias «El Doc».