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De gobiernos y prosperidad

Quizás la frase más célebre de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal es que “Nicaragua volverá a ser República”. Se refería a que un día desaparecería la dictadura somocista y que nuestro país gozaría de una democracia.

Pareciera que para Pedro Joaquín las palabras república y democracia eran sinónimos. Pero no lo son. El concepto “república” se le aplica a un tipo de gobierno, mientras que la democracia tiene que ver con quien ejerce el poder, en su caso el pueblo.

El mundo está repleto de repúblicas. Algunas de estas –Estados Unidos, Francia y Costa Rica, por ejemplo— son democráticas. Tienen jefes de Estado y parlamentos electos libremente por el pueblo, constituciones y son Estados de derecho.

Pero también hay muchísimos países que tienen sistemas dizque republicanos, pero que no son democráticos. En estos, no hay elecciones libres y el poder político está concentrado en las manos de un líder y, típicamente, de un solo partido. Ejemplos de estas son Corea del Norte, la República Popular China y, ahora Venezuela y Nicaragua.

En el mundo también hay democracias robustas que no son repúblicas, como las monarquías escandinavas, el Reino Unido y los Países Bajos. Y también hay monarquías que son autoritarias y donde el poder político y económico lo tiene el monarca y sus parientes cercanos. Estas se encuentran principalmente en el Medio Oriente, en países como la Arabia Saudita.

El bienestar de los pueblos no necesariamente depende del tipo de gobierno que tienen. Las democracias anglosajonas, las de Europa Occidental y del Japón y Corea del Sur han logrado extraordinario progreso. Pero también lo ha hecho la República Popular China. Desde que esta se abrió a la economía de mercado hace medio siglo, ha logrado un desarrollo espectacular y ha reducido tremendamente a la pobreza y creado una enorme clase media. Según el Fondo Monetario, hoy la China tiene la economía más grande del mundo. Y a pesar de que se habla de que su crecimiento está mermándose, según el Fondo sigue creciendo a un ritmo anual de seis por ciento, tres veces más que el estadounidense. Un fenómeno similar está ocurriendo en la India, la democracia más grande del mundo, pero también en Vietnam con su gobierno comunista.

Mi conclusión: “La democracia —a como dijo Winston Churchill—, es el peor tipo de gobierno, a excepción de todos los demás”. No asegura el desarrollo económico, a como algunos argumentan.

Pero, cuando está combinada con políticas de economía de mercado, puede producir prosperidad sostenible, al igual que algunas dictaduras. Pero ¡con libertad!

El autor es economista. Fue diputado a la Asamblea Nacional de Nicaragua.

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