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Fácil juntarlos, difícil unirlos

Hay un dicho que dice: “A los nicaragüenses es fácil juntarlos, difícil unirlos”. Muy cierto. Vimos en los meses de abril y mayo del 2018, manifestaciones de hasta quinientas mil personas, lo que confirma lo fácil que es juntarnos; ¿pero unirnos? No hay quien no diga que la formación de una Coalición Nacional Opositora es una tarea bastante difícil. Queremos que Nicaragua cambie, que se enrumbe hacia una república de convivencia, legitimidad y aceptación de unos y otros, pero seguimos haciendo lo mismo. Ya lo dijo monseñor Rolando Álvarez, lo primero que necesitamos es llenarnos de humildad para que juntos realicemos el sueño de todos, una Nicaragua democrática, con autoridades legítimas y encargados de la administración pública con el espíritu de servir enfocados en el bien común.

Personeros de la Unidad Azul y Blanco y de la Alianza Cívica han manifestado la intención de buscar la personería jurídica y constituirse en partido político. Difícil, cuando en esa coalición nacional no excluyente de que hablan y en la misma UNAB y AC, existen personas y agrupaciones con diferentes ideologías. Lo importante es que se dé la coalición con el objetivo de ir unidos a las próximas elecciones y lograr un gobierno transitorio. Una vez obtenido ese fin, necesariamente debe hacerse la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, que cree las bases sobre las cuales debe edificarse la República. Con la nueva Constitución, ir nuevamente a una elección de autoridades nacionales y municipales, donde cada quien se ponga su camiseta y colores, jugando su juego y exponiendo el plan de gobierno sobre los cuales el pueblo de Nicaragua va a decidir. Desde luego, una reforma sumamente importante para la legitimidad del futuro gobierno es que para la elección del presidente y vicepresidente se necesite el 50 por ciento más 1 de los votos válidos. De esa forma, pueden competir cuantos partidos quieran y al final la competencia será entre los dos que obtuvieron los porcentajes mayores.

En esta unidad opositora sin exclusiones, seamos prácticos, aprovechemos las ventajas que cada organización pueda tener. Por ejemplo, si el gobierno dice que va a discutir las reformas electorales con los partidos políticos, pues que sean estos los que las discutan y como van a formar parte de la unidad, pues llevarán las reformas que la unidad quiera que se incorporen. Incluso en representación de esos partidos pueden integrarse miembros que aunque no fueren miembros de esos partidos, por designación de los mismos poder acudir en delegación. Esto no puede ser objetado, pues existe el antecedente de Wilfredo Navarro representando el FSLN en el diálogo nacional.

Dejemos que el pueblo de Nicaragua decida, ejerciendo la soberanía por medio de sus representantes libremente elegidos. Lo importante es un nuevo gobierno y una constituyente que establezca las bases de la nueva Nicaragua.

El autor es abogado.

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