El temor de otro ataque contra cualquier comunidad indígena permanece en la población Mayangna, luego que hace siete días un grupo de colonos armados atacó la comunidad Alal, en la Reserva de Biosfera Bosawas, y mató a cuatro personas, dejó tres heridos, doce casas quemadas y varias familias autoevacuadas.
Este lunes 3 de febrero, ante una nueva amenaza por parte de colonos contra las comunidades, las mujeres y niños que estaban en Suniwas se refugiaron en Sakalwas. Las amenazas son permanentes, explicó un líder comunitario que solicita omitir su nombre por seguridad, ya que sostiene que estos ataques se relacionan con procesos de invasión en sus tierras.
En la zona que fue atacada el miércoles 29 de enero permanece el Batallón Ecológico (BECO) y parte de la población que fue desplazada por la violencia regresó, mientras que otro grupo se mantiene en Musawas, que es la comunidad más cercana. El líder comunitario detalló que la población no tiene ropa ni medicamentos, ni comida sufiente, es una situación precaria, por lo que alentó a la sociedad nicaragüense a que los apoye y a la comunidad internacional a que siga denunciando estos hechos de violencia.
El alcalde orteguista de Bonanza, Alexander Alvarado, junto al jefe de la Policía Orteguista del municipio y miembros del Ejército, se reunieron con las familias afectadas por el ataque y prometieron apoyo para la reconstrucción de las viviendas, a la vez que los exhortó para que regresaran a sus territorios. Estas acciones son consideradas por el líder comunitario como que “nos están usando para callarnos, pero esta vez no nos vamos a callar porque ya es demasiado”, expresó.
“Esto es un poco burlesco y nos están usando, como te decía para callarnos, para que la gente diga que estamos siendo respaldados, que estamos siendo atendidos, no es así, nada se va a resolver con que nos den seguridad, nos debieron haber dado seguridad antes que hubieran matanzas (…)”, sostuvo.
Demandan saneamiento de sus territorios
“Nosotros pedimos que se dé el proceso de saneamiento. No queremos más negociación, no queremos que nos vengan a decir: ‘No, vamos a controlar, vamos a echarlo preso’, y se acabó. No, no queremos eso. Ya han habido muchas muertes y queremos saneamiento”, demandó el líder territorial.
Los comunitarios han señalado a los colonos como los responsables de la masacre en Bosawas y de otros hechos de violencia que se han mantenido cubiertos por la impunidad. Los invasores, según los comunitarios, buscan acaparar tierras para convertirlas en pastizales. Es por ello que los líderes siguen demandando el saneamiento que en términos prácticos, según su propia interpretación, es sacar a los terceros, quienes no son originarios de la zona.
Lo que plantea la Ley 445 —Ley de Régimen de Propiedad Comunal de los Pueblos Indígenas— en el capítulo 12, referido al saneamiento es que “cada una de las comunidades, una vez obtenido sus títulos, podrá iniciar con el apoyo técnico y material de la Oficina de Titulación Rural (OTR), la etapa de saneamiento de sus tierras, en relación con terceros que se encuentren dentro de las mismas”. En la práctica es un proceso más complejo y sigue en deuda.
¿Qué pasó con los responsables del ataque en Bosawas?
La Policía Orteguista estuvo en Alal y reconoció la muerte de cuatro personas por impacto de bala en sus cuerpos: Jarle Samuel Gutiérrez, Juan Emilio Devis Gutiérrez, Cristino López Ortiz y Amaru Rener Hernández, y adjudicó los delitos de lesiones, incendio y daños en perjudicio de la comunidad a “un grupo delincuencial” cuyo cabecilla es Isabel Meneses Padilla, alias Chabelo.
Esa es la única información que se conoce. La institución no se ha vuelto a pronunciar sobre el caso.