Isaac Benard, el hijo del ex big leaguer Marvin Benard, ya es conocido en nuestro beisbol porque ha jugado con la Selección Nacional y la Liga Profesional, pero ahora hace su debut en el Campeonato Nacional con el Bóer y viene con una novedad: además de batear también subirá a la colina.
“Tiro recta, curva y slider”, apunta Benard, quien el año pasado hizo la primera aparición de su carrera como lanzador con Florence, en la Liga Independiente de la Frontera, en un partido de esos desproporcionados y en el que los mánagers recurren a bateadores para sacar unos outs y no seguir degastando sus brazos.
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A Benard le fue bien con un inning de un hit y ninguna carrera, y al parecer lo entusiasmó para probar si tiene para más. De hecho, en las prácticas del Bóer su bola rápida llama la atención.
“Nunca ha lanzado. Tiene un brazo sano, que no se ha lesionado y es muy fuerte, así que nada se pierde con probar”, opina Marvin Benard, quien también está en Nicaragua, como mánager de la Selección Nacional de Beisbol que en marzo participará en el Preclásico Mundial y el Preolímpico. Ambos torneos en Arizona.
“En 2015 lo vio mi amigo Nelson Cruz (el coach de picheo de la Selección de Nicaragua en el Preclásico de 2017) y me dijo que el brazo de Isaac tenía la fortaleza de un lanzador.
“Él (Isaac) tiene un brazo para llegar a lanzar a más de 90 millas por hora como me lo dijo Nelson, pero obviamente le falta coordinar sus movimientos para hacer el wine-up de un lanzador y adquirir más experiencia y malicia en esa nueva posición”, agregó Marvin.
El plan con el Bóer es soltarlo poco a poco en juegos en donde el marcador lo amerite y descubrir si puede convertirse en un brazo útil en el transcurso lo de la temporada, lo que sería un gran bono para este equipo que necesita de mucho picheo.
Isaac está cerca de coronar su carrera de Ingeniero Eléctrico, pero es un apasionado del beisbol y el picheo sigue alimentando su sueño de pelotero. Ya veremos hasta donde llega.
Lanzadors-bateadores
Porfirio Altamirano tiene uno de los récords aparentemente inalcanzable en nuestro beisbol. En la temporada de 1977 ganó la triple corona de picheo y como bateador fue el líder en jonrones. Este es el ejemplo más contundente de un pelotero que hizo de todo en nuestro beisbol, que al mismo tiempo fue un “as” en la colina y un desforra pelotas.
Más atrás en la historia, se sabe de Jonathan Robinson, quien hizo ambos menesteres en gran forma. Y más reciente tenemos la historia de Adolfo Álvarez, quien no obstante primero se dedicó casi a tiempo completo a aterrorizar a los bateadores y cuando su brazo no pudo más, cambió de bando y se convirtió en un auténtico dolor de cabeza para los lanzadores, siendo el único caso de poseer un título de efectividad como mejor tirador y otro de promedio de bateo, aunque en diferentes temporadas.
Por el mismo camino de Álvarez va otro rivense, Víctor Duarte, quien no obstante no hizo una carrera larga como lanzador porque se lesionó muy joven, pero estuvo firmado por los Marineros de Seattle y tenía una “piedra” que tocaba las 95 millas por hora.
Chico Rayo si logró combinar ambas facetas y junto a Álvarez son los únicos casos de ganadores de 50 juegos y bateadores de 50 jonroneros en sus respectivas carreras.