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Más de tres mil jóvenes realizaron este año el examen de admisión en la Universidad de ingeniería (UNI),. Oscar Navarrete/ LA PRENSA.

Propaganda y desinformación prima en anuncios de nuevas universidades hechos por Rosario Murillo

Especialista en educación, Cefas Ascencio, asegura que antes de generar una nueva oferta académica es necesario tener estudios sobre las demandas educativas reales, en especial, por los casi dos últimos años de crisis sociopolítica.

Durante los últimos tres años, el anuncio de nuevas universidades ha sido uno de los temas recurrentes por parte de la vicepresidenta Rosario Murillo. En marzo de 2017 fue la Universidad Abierta en Línea de Nicaragua (UALN), y en lo que va del año anunció la Universidad de la Paz, y la Universidad en el Campo. Estas comunicaciones son valoradas por el exrector Carlos Tünnermann Bernheim, como anuncios propagandísticos.

De acuerdo con Murillo, la Universidad en el Campo permitirá que más de cinco mil estudiantes de secundaria a Distancia en el Campo logren acceder a educación superior en sus municipios. Sin embargo, el académico Tünnermann cuestiona qué significado tiene la universidad en el campo, ya que actualmente, las casas de estudios públicas y privadas cuentan con sedes regionales. Es decir, no se precisa en qué va a consistir este nuevo proyecto educativo.

No obstante, el gobierno muestra gran expectativa, ya que esperan que unos seis mil bachilleres realicen trámite para formar parte de esta nueva Universidad. Según la presidenta del Consejo Nacional de Universidades (CNU), Ramona Rodríguez, el fondo para dicha iniciativa “nos va permitir llegar hasta las comunidades donde están ustedes, los bachilleres”, pero no dio más explicaciones de cómo funcionará la misma.

En 2017 la puesta en marcha de UALN también fue exaltada por el régimen de Daniel Ortega, pero poco se conoce sobre su impacto real. La matrícula de arranque fue de 19, 430 estudiantes, con una oferta académica de cursos, carreras técnicas y superiores, dijo el entonces presidente del CNU, Telémaco Talavera. Sin embargo, para evaluar el éxito o fracaso del proyecto se necesitan datos actualizados sobre cuántos egresados contabilizan, los cursos impartidos y en qué área de conocimiento, destacó Tünnermann.

La última presentación sobre la UALN fue en enero de 2019, cuando el coordinador de esta, Roberto Blandino, explicó que las carreras son de nivel técnico superior, con duración de dos años y medio y las licenciaturas e ingenierías, de cinco años. Contabilizaban 50 programas de estudios, entre carreras y cursos libres. En este año ha prevalecido el silencio sobre esta iniciativa.

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A estas dos universidades se suma la iniciativa que Murillo anunció el 21 de enero, sobre la creación de una Universidad de la Paz. Dijo que se colocarían las piedras fundacionales, pero no agregó más información. Precisamente, la creación de dicha Universidad sería en uno de los barrios más reprimidos por el régimen orteguista, cuyos pobladores viven bajo el asedio y la vigilancia de cientos de policías.

“El 26 también en Monimbó toda la conmemoración heróica de la insurrección de Monimbó, y vamos a poder poner las piedras fundacionales de la Universidad de la Paz ahí en Monimbó, en la comunidad heróica de Monimbó (…)”, dijo Murillo.

Para el especialista en educación, Cefas Ascencio, con la creación de la Universidad en el Campo, se está tratando de dar respuestas a necesidades que son reales, como la de formación de profesionales para ese sector, pero el tema de fondo es el de una economía que realmente involucre a todos los actores.

El especialista recordó la importancia de establecer un diálogo político, y en marco de este, definir las nuevas proyecciones del país para ver hacia dónde se enrumbaría, y así, definir nuevos perfiles, nuevas carreras universitarias, expresó.

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Universidad se debe a la sociedad

El especialista agregó que desde la calidad educativa, se debe valorar la eficiencia de dichas iniciativas gubernamentales en el contexto de crisis sociopolítica. “La universidad no es una isla. La universidad es para servir con capacidades técnicas y profesionales, y valores que realmente contribuyan a dar respuesta a los problemas, en este caso, económico o social. Pueden ser las diferentes carreras que se oferten, pero que están validadas porque realmente haya un mercado de trabajo, porque existan empresas o sectores productivos donde ir a hacer pasantías, por ejemplo, donde se pueda evaluar el desempeño”, expresó.

Este concepto también es válido para la UALN, ya que la efectividad de un curso se mide en la aplicación de los conocimientos.  Considera que “estas son iniciativas que deberían quedar para después de establecer un acuerdo político en el país”, expresó.

Antes de crear una universidad, una oferta académica se debe partir de estudios que aborden los escenarios de las demandas realistas que existen en la sociedad, y en este momento dichos panoramas no están actualizadas, porque han cambiado las circunstancias en estos dos años de crisis sociopolítica, advierte el especialista en educación.

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