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Ideas en desarrollo

Inflar el globo donde haya cupo para el porvenir —ocultado en la incertidumbre— es un esfuerzo merecedor de los elogios donde brilla la ética. El propósito lleva el nombre de “Coalición Nacional”. Ya en el pasado cuajó un precedente recordado con inefable claridad: “La UNO”, la gesta que va a celebrar treinta años este 25 de febrero cuando la Unión Nacional Opositora derrotó al Frente Sandinista y a Daniel Ortega. Fuimos testigos de la hazaña.

Suena en el presente el eco de aquello que sirvió para ser el puente de la restauración nacional, pero que se frustró debido a los factores negativos de la división ególatra provocada incluso por los elementos internos que pactaron con el adversario a quien el arreglo entregó las llaves que abrieron las puertas de la dictadura.

Conocido el panorama sombrío de la actualidad, nuevas generaciones están promoviendo una Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia y por la Unidad Azul y Blanco (UNAB), una siglas distintas en el sonido a las de la “UNO” pero que llevan como inspiración el mensaje histórico de aquella consumación. Las dos organizaciones representan a la oposición política real. Comenzaron a tocar las campanas de una unidad que desde luego no existe en relación a la integral del pasado pero que han hecho una proclama cuyos primeros ecos se sintieron en El Salvador. Un anuncio que debió hacerse en las entrañas de la Patria pero que de alguna manera por una estrategia desconocida y con las coincidentes con las circunstancias se hizo en los linderos de la vecindad.

Anteriormente había como un nublado al darse a conocer que ambas organizaciones habían decidido separarse para renovar la infamia de la rutina. Sin embargo cupo el impacto de hacer una rectificación que puede interpretarse como el preámbulo sintomático de una oportuna y urgente reflexión debido a que la velocidad del tiempo puede ser —lo es— un obstáculo para que se diriman los pequeños pero grandes detalles de lograr la cristalización que imposibilitan el gran plan el cual no puede apoyarse en la soledad de dos columnas que requieren el acompañamiento de las otras fuerzas políticas y sociales. En el instante mantienen un silencio significativo, el reflejo de la dualidad, la táctica de incurrir en los defectos acaso superficiales ante la trascendencia prioritaria. Empero no debería debilitarse el sentido óptimo de la probabilidad. Existe el desarrollo de la idea y no la formación auténtica lo cual debe reconocerse con sinceridad. Las dos organizaciones son las pioneras de la idea, nunca las beneficiarias del protagonismo absoluto. La magia está en la anexión automática de todas las esferas concomitantes en la solución.

Suena el clarín de la esperanza.

El autor es periodista.

Opinión Alianza Cívica ideas UNAB archivo
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