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Nada sustituye a la victoria, como bien dijo el general MacArthur y en un contexto formado por una fanaticada que suele ser cruel y que cambia su mirada en función del resultado, no son estas horas de optimismo sobre el beisbol nacional.
Un empate 3-3 fue lo más cercano a un triunfo frente a Matanzas, que se marchó del país con tres victorias, restaurando el dominio cubano sobre los nicas, quienes se habían impuesto con igual balance en el tope anterior en el 2019.
¿Pero qué dejó la serie? A simple vista más dudas que respuestas. El fanático que no tranza por algo distinto a ganar, se decepciona, pero es seguro que los técnicos de los equipos nicas tienen una conclusión distinta.
Debemos partir de que el objetivo de la serie, más que ganar, era foguear al equipo y acumular toda la información posible para la toma de decisiones. No digo que ganar no sea importante, claro que lo es, pero ahora mismo no era la prioridad.
Los dos partidos que perdió la selección mayor estaban al alcance, pero Marvin Benard se vio forzado a hacer cambios porque debía darle oportunidad a todos los jugadores y eso de alguna manera expuso el resultado.
¿No es mejor dejar a un lanzador que está dominando, que tener que llevárselo porque hay otro tirador esperando por su oportunidad? ¿No son estos los partidos que sirven para apreciar el temperamento de ciertos jugadores?
La tropa Sub23 batalló en un buen tramo de los juegos antes de desplomarse y caer con marcadores abultados, pero no olvidemos que ese equipo que vino es de una categoría superior y lo más natural es que se impusiera a los nicas.
No se trata de justificar los tropiezos, no, a nadie le gustan las derrotas. Perder genera un sentimiento que si no se canaliza adecuadamente, termina por afectar hasta el estado anímico y vulnera la confianza para el futuro.
Y ese el reto que tienen los dos equipos pinoleros que se alistan para el Premundial en el caso del conjunto Sub23 y el Preclásico y Preolímpico para la tropa mayor. No son desafíos fáciles, pero tienen la oportunidad de brillar.
El reto más próximo es el de los jóvenes de la Sub23, quienes conforman un equipo con bastante equilibrio y deseos de destacarse en casa. Ya veremos si son capaces de convertir su anhelo en realidad en los partidos de verdad.
Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR