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Una semana antes de su muerte, Wendy Karina Martínez compartió en sus redes una foto de su anillo de compromiso. HOY/Tomada de Facebook

La historia de Wendy Karina Martínez: la nicaragüense que fue sepultada con su vestido de novia

Fue asesinada mientras corría en una de las calles de Washington DC. Recibió siete puñaladas en la espalda y cuello. Una semana antes había anunciado que se casaría

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Una semana antes de su muerte, Wendy Karina Martínez se sentía feliz y plena. Trabajaba en lo que le gustaba, era exitosa, ayudaba a los demás y días antes había recibido un anillo de compromiso para casarse con su novio, el colombiano Daniel Hincapié.

“Ella estaba feliz. Ese fin de semana lo habíamos pasado juntos, fui con mi otro hijo a Washington. Tuvimos un fin de semana hermosísimo. Regresé a Florida el domingo por la noche y el martes por la noche fue que ella murió. Ni siquiera había desempacado mi maleta”, recuerda Cora Martínez, madre de Wendy.

A través de una llamada telefónica, Martínez contó parte de la vida de Wendy, quien fue asesinada la noche del 18 de septiembre de 2018, mientras corría por Logan Circle, un vecindario tranquilo en Washington DC, Estados Unidos.

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Wendy Karina nació en Managua en enero de 1983, junto a su familia emigró hacia Florida en 1988. A pesar que pasó la mayor parte de su vida en Estados Unidos, su vínculo con Nicaragua siempre se mantuvo intacto.

Estudiante de cuadro de honor

Martínez “creció como una niña con muchos sueños, muy aplicada, muy estudiosa y siempre con el empeño de salir adelante lo mejor posible. Se convirtió en una niña muy enfocada, muy deportista, pero a la misma vez muy apasionada por ayudar a las personas. Nosotros somos cristianos, entonces el permanecer y crecer en la Iglesia a ella la ayudó mucho, porque ella entendía que toda persona tiene un propósito para el cual nace”, cuenta su madre.

Wendy Karina Martínez tenía 35 años cuando la mataron. HOY/Archivo

La nicaragüense se destacó académicamente y comenzó a viajar desde los 12 años, cuando fue a Alemania con el coro de la escuela. “Ese fue su primer viaje, como que eso le gustó, le abrió los ojos y dijo: ‘Me gustaría viajar cuando yo sea grande’. Y así comenzó una trayectoria de progreso, de amor, de entrega, de honrar… siempre fue muy amistosa, muy cariñosa, servicial”, manifiesta Cora Martínez.

Wendy recibió el President’s Award for Educational Excellence (Premio del Presidente a la Excelencia Académica), que es enviado en nombre del presidente de Estados Unidos a los mejores estudiantes. Ella recibió el suyo firmado por el entonces presidente Bill Clinton.

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Wendy Karina estudió Relaciones Internacionales. Hablaba tres idiomas: español, inglés, italiano y estaba aprendiendo portugués. Cuando se iba a graduar presentó una solicitud para un programa llamado Congressional Hispanic Leadership Institute (CLHI, Instituto de Liderazgo Hispano del Congreso), y fue seleccionada para una pasantía en la oficina del congresista Mario Díaz-Balart.

Fue así que Wendy viajó de Floria hacia Washington DC. La nica regresó a graduarse y le comunicó a su familia que retornaría a la capital de Estados Unidos, porque ella sabía que ahí estaba su carrera y futuro.

Exitosa en sus trabajos

Cuando fue asesinada, Wendy tenía 35 años. Vivió 12 años en Washington DC, donde trabajó por un corto tiempo en la embajada nicaragüense en Estados Unidos, también en la Organización de Estados Americanos (OEA), donde era jefa de proyectos para las observaciones de elecciones. Por medio de este puesto viajó a varios países de América Latina.

Martínez laboró en la OEA. HOY/Archivo

Wendy Martínez continuó preparándose y estudió su maestría en la Universidad de Georgetown en estudios latinoamericanos en 2012. Su tesis fue sobre Nicaragua. Luego volvió a volar fuera del país, por seis meses estuvo en un proyecto de las Naciones Unidas en Bogotá.

Cuando regresó, entró a trabajar al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde era analista de desarrollo comunitario. “Ella empezó a conocer todo lo que era el emprendimiento, y así se fue orientando, y me decía: ‘Quiero ayudar mujeres’. Llegó al punto que quería ayudar a las mujeres de Masaya. Estuvimos en el 2017 en la calle central de Masaya, donde están las mujeres que hacen hamacas”, cuenta Cora Martínez. Wendy quería organizar a las artesanas y que vendieran mejor sus productos, y llevarlos hacia Estados Unidos.

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“Quería encontrar la manera de que estas mujeres no siguieran siendo explotadas”, afirma Cora Martínez. “Ella tenía un plan de negocios pensado que se iba a llamar Vida Hamaca. Soñaba ver las hamacas de venta en EE. UU.”.

Después de laborar para el BID, Wendy se fue a una compañía de tecnología, Fiscal Note. Ahí llegó a ser la segunda jefa de toda la compañía (Chief Staff). La empresa comenzó con unos cuantos y llegó a casi 300 empleados. “Era mucho trabajo, muy cansado, trabajaba hasta altas horas de la noche, pero ella estaba en el mejor lugar, profesionalmente, emocionalmente, físicamente ella estaba súper bien”, manifiesta la madre.

El día de la tragedia

Desde que estaba en secundaria, a Wendy Karina le gustaba estar activa. Practicaba natación, aprendió a jugar tenis, fue porrista, y estando en la universidad comenzó su vida de “runner”.

La nicaragüense era una ávida corredora. HOY/Archivo

Salir a correr era de sus pasatiempos favoritos. “Corría unas cuatro veces a la semana. Donde andaba y miraba que era seguro, corría. Le gustaba correr y hacer ejercicios. Se mantenía en forma y era muy cuidadosa con su alimentación”, comenta Cora.

Corrió cinco maratones en su vida, cuatro en Estados Unidos y uno en Palestina. En 2017 había intentado hacer los tiempos para clasificar al Maratón de Boston, y estuvo cerca de lograrlo. Por eso, esa noche del 18 de septiembre de 2018, había salido a correr. Se estaba preparando para poder lograr su marca.

Ese mismo día había pasado en reuniones, y luego recibiría un correo donde le informaban que iba a liderar en Washington un grupo de latinas involucradas en tecnología.

“Habíamos hablado una hora antes, porque ella y yo éramos muy amiguitas, entonces era una relación muy cercana”, recuerda Cora. “Fue atacada a dos cuadras de su apartamento, el área es segura. Fue por muchos países del mundo, estuvo hasta en África, y mira donde le pasó, a dos cuadras de su apartamento. Sin ella provocar nada. El hombre la agarró de espaldas”, añade.

Los zapatos de Wendy (izq.) fueron puestos en un homenaje. HOY/Tomada de Facebook

Wendy iba corriendo cuando fue atacada por la espalda por un hombre de 23 años. Recibió siete puñaladas en la espalda y cuello. Ella no conocía a su agresor y este no trató de robarle. La Policía dijo que el apuñalamiento fue probablemente al azar.

El arma blanca utilizada en el ataque fue encontrada cerca de la escena del crimen, dio a conocer Univisión. Todo el ataque quedó grabado en cámaras de seguridad. Tras ser atacada, Martínez trató de resguardarse e ingresó tropezándose a un restaurante de comida china, donde los comensales la asistieron y llamaron al número de emergencias. Wendy murió en un hospital.

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En las afueras del restaurante de donde Wendy pidió ayuda, pobladores colocaron flores.

Se declaró culpable

El atacante escapó y la Policía de Estados Unidos ofreció una recompensa de 25 mil dólares para cualquier pista que llevara a su captura. Dos días después fue detenido Anthony Crawford, quien fue acusado de homicidio en primer grado.

No fue hasta junio del año pasado que el hombre admitió los cargos ante un tribunal. Antes de la confesión, un detective testificó que el hombre había robado el cuchillo de una cadena de supermercados 20 minutos antes del ataque.

El año pasado incluso se realizó una carrera en honor a Martínez, llamada #RunforWendy. La nica amaba correr. HOY/Tomada de Facebook

Crawford tenía antecedentes de paranoia y alucinaciones, y también era adicto a una droga sintética, según medios estadounidenses.

En septiembre de 2019, Crawford fue condenado a 30 años de prisión.

El vestido que había comprado días antes

Cora Martínez cuenta que la noche de su muerte, Wendy había quedado de cenar con su novio, Daniel Hincapié. Al ver que no llegaba a su apartamento, el colombiano comenzó a escribirle y llamarla al celular, sin recibir respuesta.

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“Se empezó a preocupar. Pero se acordó de una aplicación que compartían, Find Me (Encuéntrame) y empezó a ver, se dio cuenta que el teléfono no se movía del lugar y pasaban los minutos. Estaba ubicado en el medio de la calle, cerca de la casa y dijo que iría a buscarla. Cuando él llegó, empezó a ver las cintas amarillas de la Policía y cuando esas cintas son puestas es que ha habido una tragedia”, narra Cora.

Momentos de felicidad que Wendy vivió con su prometido, Daniel Hincapié. HOY/Tomada de Facebook

Hincapié comenzó a preguntar a los policías qué había ocurrido y le dijeron que una mujer había sido atacada. Él le mostró a un oficial una foto de Wendy y le dijo que era su novia y no había llegado a la casa, y la ubicación del teléfono era en medio de la calle. El oficial lo vio y fue a llamar a otros agentes. “Le dijeron: ‘En este momento no te podemos dar más información, pero ella es’. Él no sabía que ella estaba muerta”, cuenta Martínez sobre la tragedia.

El colombiano avisó a la familia de Wendy en Florida, “y allí nos volvimos locos todos”, recuerda apesarada la madre de Wendy. La familia viajó a Washington, donde le hicieron una celebración de vida en la iglesia donde asistía. Luego llevaron el cadáver hasta West Palm Beach, para hacerle otra celebración de vida en Florida, en la iglesia donde había asistido de joven. Al funeral asistieron más de 2 mil personas.

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Cora decidió que Wendy fuera sepultada con el vestido de bodas que usaría en Colombia, ya que tendría dos celebraciones, una en el país del sur y otra en Washington. “Yo fui con ella ese sábado, fuimos a comprar ese vestido. Fue el último fin de semana de ella”, recuerda Martínez, sobre el feliz fin de semana que pasaron en Washington DC.

En esos días, Cora dijo en una entrevista a Telemundo que “yo le decía a las amigas que nunca me imaginé…yo la vi probándose el vestido con el que la vamos a enterrar”.

Historia en la televisión

La historia de Wendy Karina Martínez ha tocado muchos corazones. Su trágica muerte, a pocos días de anunciar su compromiso, fue llevada a la televisión en una edición del programa Crónicas, del canal Univisión.

También es mencionada en el documental Not Today (Hoy no), del cineasta Josh Wolff, que narra la historia de tres mujeres que fueron atacadas mientras corrían, entre ellas Wendy Karina. Solo una de ellas logró sobrevivir. Según datos del filme, 84% de las mujeres han sido acosadas mientras corren.

La última vez que Wendy visitó Nicaragua fue en 2017. HOY/Tomada de Facebook

Daniel Hincapié también ha dado muchas entrevistas a medios estadounidenses sobre Wendy. El colombiano el año pasado corrió el Maratón de Boston en honor a su prometida, ya que esa era la meta de la nicaragüense.

The Wendy Martínez Legacy Project

Cora Martínez se siente orgullosa del legado de Wendy. “Estoy muy agradecida con Dios por haberme dado estos dos hijos tan hermosos que tengo, y por haber disfrutado a mi hija en sus 35 años tan hermosos”, menciona con la voz entrecortada.

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Para honrar ese legado, su familia y Daniel Hincapié, su prometido, crearon The Wendy Martínez Legacy Project. La fundación ha logrado que una universidad, Florida Atlantic University  haya creado una beca llamada Wendy Martínez, y la cual se entregará todos los años a estudiantes latinas que tengan dotes de liderazgo, que hagan trabajo comunitario  y compromiso para lograr un impacto social dentro de su propia comunidad. Este año fue entregada la primera beca a una estudiante venezolana.

También están trabajando con otros proyectos como Girls on the Run y Back on my Feet (con personas sin techo). “Nuestra fundación no se dedica a ventas, nuestra fundación lo que se dedica a empoderar mujeres en la rama de tecnología, emprendimiento, liderazgo y fortalecimiento comunitario. Era lo que a ella le gustaba hacer”, explica Cora Martínez.

El Congressional Hispanic Leadership Institute (CHLI) el año pasado otorgó un premio en honor a Wendy. Su hermano (izq.), su madre Cora Martínez y su prometido Daniel Hincapié (der.), recibieron el premio. HOY/Tomado de CHLI

En Nicaragua lograron apoyar a Chureca Chic, patrocinaron un proyecto y la organización lanzó una línea de joyería llamada Sueños Enlazados (Linked Dreams) en honor a Wendy.

Otro de los logros es que el grupo de mujeres que Wendy lideraría en Washington D.C. se está reuniendo una vez al mes en las oficinas donde Wendy trabajaba.

“La vida de Wendy tiene que ser reflejada en la vida de otra gente. Wendy vino con un propósito. Uno no entiende la vida, yo nunca podré tener una respuesta a lo que pasó, nunca, pero tengo que confiar en que hay un Dios, un soberano y que Él sí lo sabía. Y tengo que confiar en que mi hija está con Él, porque es una hija de Dios. No está sola, está con Él y eso me llena de mucha paz. Sé que el propósito de mi hija se cumplió. Por donde pasó dejó luz. Ella siempre quiso brillar y el Señor le ayudó a brillar”, dice Cora, y tiene razón, Wendy sigue brillando.

 

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