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Los paquetes que Ortega busca

En boxeo se le llama “paquetes” a los rivales inofensivos para el boxeador que quiere ganar fácilmente. Ortega necesita paquetes y ya están algunos calentando

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Paquetes

En boxeo se le llama “paquete” al rival que no representa peligro para el boxeador que quiere ganar fácilmente. Hay toda una industria de “paquetes”. Se puede escoger entre paquetes de fácil, mediana o mayor complejidad, según tanto se quiera exponer y llamar la atención de los rankeadores. A veces, claro, hay sorpresas, y contra todo pronóstico el paquete termina ganando, tal vez por un golpe de suerte. Pero generalmente, el paquete sabe que va a perder y acepta porque su ganancia es ser escogido para participar en esa velada a la que no llegaría por sus propios méritos, le quedara una bolsa y, con suerte, si da una buena pelea, llamará la atención de quienes dicen quién es quién en el boxeo. Es una ganar-ganar para ambos. El campeón gana una victoria en su hoja de vida y cumplirá fácilmente con la defensa exigida de su corona.

Defensa amañada

Daniel Ortega necesita paquetes para “cumplir” fácilmente con la defensa del cinturón que le toca cada cinco años. Quiere evitar meterse a un ring con retadores que puedan sacarlo de juego. Entonces, ha comenzado la industria de paquetes políticos a ofrecerse como rivales, con la esperanza de ser escogidos. Ya hay un par calentando. Pueden aparecer más. No lo duden. Hay otros paquetes en la bodega de descartes. Ya no sirven porque están desprestigiados con tantas peleas perdidas sin lanzar un golpe siquiera. Posiblemente aparezcan de relleno en esta velada soñada por Daniel Ortega.

Bufones

En otras campañas estas “opciones electorales” darían risa. Sus actuaciones bufonescas, esa grandilocuencia con que aseguran contar con cientos de miles de simpatizantes y apenas logran reunir 30 desanimadas almas en sus lanzamientos parecen por ratos ser la cuota de humor entre tanta tragedia. Pero, ojo, no nos equivoquemos. Son peligrosos. Están ahí para legitimar otros cinco años de Ortega en el gobierno, y ya sabemos todos los que eso significa en términos de exilio, muertes, cárceles, y ruina económica.

Ilegitimidad

Así que como marchan las cosas estaríamos yendo hacia una elección más o menos parecida a las últimas donde Ortega gana con amplia mayoría según los cálculos del Roberto Rivas del momento, y los partidos que le sirvieron de paquetes gritan ¡fraude! ¡fraude! mientras asumen los cargos que les asignaron. Sin embargo, esta vez hay una diferencia grande: si Ortega hace las elecciones a su manera saldrá con “ilegitimidad de origen reconocida”. Ese es un animal nuevo en la política criolla. Poquísimos países y organismos estarían dispuestos a reconocerlo como “presidente” de Nicaragua con elecciones tan amañadas como las que ha hecho siempre.

Intolerancia

Es que el mundo cambió. Usted podrá decir: ¿Por qué no lo deconocen ahora si Ortega ya es ilegítimo porque se ha robado las elecciones y asaltó la Constitución para seguir siendo presidente? ¡Es cierto! El problema es que, con reservas o sin ellas, todos los países y organismos como la OEA y la ONU lo reconocieron y han trabajado con su gobierno a pesar de todo. No pueden ahora mismo desconocerlo como presidente por fraude en unas elecciones que en su momento reconocieron como legítimas a pesar de las trampas que hizo. Ahora la situación es diferente. Hay menos tolerancia a sus triquiñuelas. Pero seamos realistas. Que el mundo lo desconozca como presidente le preocupa pero tampoco le hará entregar el poder. Ya vemos el caso de Nicolás Maduro, en Venezuela. Estará peor que ahora pero siempre mejor que huyendo o en la cárcel.

Misión

Desde mi punto de vista es un gran error considerar que estos “paquetes” son inofensivos por su incapacidad de dividir el voto opositor a Ortega, si al fin y al cabo no arrastran a nadie. Es que a la postre ese no es su principal misión. En un mundo donde Ortega cuenta los votos a su manera y decide quién participa y quién no, la cantidad de votos opositores es poco relevante. Ortega tratará de jugar solo con paquetes. El papel de ellos es desalentar el voto opositor. Provocar abstención. ¿O acaso usted votaría por Álvaro Robelo o Noel Vidaurre si esas fuesen las únicas opciones frente a Ortega?

Elecciones

Todo análisis sobre los futuros escenarios de Nicaragua debe partir de lo siguiente: Daniel Ortega nunca concederá elecciones libres y transparentes por voluntad propia. Tenga por seguro que se las robará mientras robarse las elecciones sea una mejor alternativa para él que estar fuera del poder. Así de sencillo. La única posibilidad que Ortega acepte elecciones libres es que se llegue al punto donde sepa que robárselas sería peor para él que jugarse el poder en ellas. Y nada indica, señores, que esto último esté ocurriendo.

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