14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

A inicios del año se había advertido de mayor frecuencia de asaltos. LAPRENSA/ARCHIVO

Los robos y ataques sexuales que cuestionan la “seguridad ciudadana” de la que habla el régimen orteguista

Cuatro asaltos violentos en menos de 24 horas en las calles de León y al menos cinco atracos seguidos de violación en Managua en lo que va del año son señales de que en el país la delincuencia ataca con ferocidad.

Al abordar un taxi en Estelí, Paola López tardó 12 segundos en darse cuenta que iba secuestrada. Lo primero que pensó fue que nunca volvería a ver a su hijo. Antes de tomar el transporte selectivo había hablado por teléfono  a su casa y dijo que tardaría unos 15 minutos en llegar a la vivienda, ubicada en el barrio José Benito Escobar, donde el pequeño de tres años la esperaba.

Recuerda que le hizo parada a un carro color gris, confiada en que si otra  joven y un segundo pasajero, a la par del conductor, viajaban en él, era seguro. Apenas arrancó el vehículo, sintió que un frío la recorrió por completo, cuando oyó a su compañera de viaje hablarle al conductor y a su “copiloto”:  “Por favor no nos hagan nada, ¿sí?”, le escuchó suplicar.

Puede interesarle: ¿Cómo debe actuar la mujer en una situación de acoso o agresión?. Esto es lo que recomienda un experto en artes marciales mixtas

En segundos, la muchacha de 23 años entendió que su vida era una moneda al aire dentro de aquel falso taxi. “No sabía qué decir. Miraba a la muchacha que iba en el carro y por el espejo del conductor miré parte de la cara del hombre que nos amenazaba y oía al otro que le seguía la corriente. ‘Las vamos a matar, pero antes las vamos a chingar’, le decía uno al otro”, recuerda. “Tenía miedo, mucho miedo”, cuenta a LA PRENSA.

No era para menos. Apenas diez días antes, Paola había leído en los periódicos que una adolescente fue asesinada en Chichigalpa por el conductor de un taxi para robarle el celular, según el  móvil que estableció la Policía. Paola dice que todavía recuerda la imagen que la mostraba sin vida, tal y como fue hallada en un predio a la altura del kilómetro 122 de la Carretera Panamericana. “Creí que esto yo no lo contaría”, añade. “Que me pasaría lo mismo”. Su voz se quiebra todo el tiempo que dura la entrevista. No logra articular una oración completa y se justifica constantemente. “Es que fue horrible, horrible”, señala.

Las víctimas han contado lo que han vivido y denunciado la agresión a la Policía. La mayoría de casos se encuentran impunes. LA PRENSA/W.Aragón

Estallido de inseguridad

El año parece comenzar con la intención de hacer pedazos la insistencia gubernamental de seguir siendo el país más seguro de Centroamérica. El vaso que se llena de números de homicidios, asesinatos, asaltos seguidos de abusos sexuales en el mes de enero parece rebalsado.

Lea además: La forma «acosar» es una alternativa preferible al neologismo «bullear»

Seis femicidios en los primeros 28 días del primer año indican que ni en casa se está seguro; tres robos seguidos de violaciones en un mismo mes alarman. Cuatro robos violentos en menos de 24 horas en las calles de León, al finalizar la semana pasada, inquietan. En uno de ellos, el maleante quiso abusar de su víctima y los gritos de ella terminaron por espantarlo, no sin antes llevársele parte de sus pertenencias.

Las calles de Managua no solo hierven más que de costumbre por estos días de calor veranero. Es una ciudad “caliente” también en delitos. Tan solo este miércoles, mientras la Policía daba una conferencia de prensa para explicar cómo un taxista abusó a una menor cerca de Ciudad Belén, en redes sociales la gente pedía explicaciones sobre los casos de atracos seguidos de violación que han ocurrido en varios puntos de Managua y que son supuestamente ejecutados por dos sujetos en moto.

Managua se mantiene como la primera ciudad de fechorías y abusos sexuales contra las mujeres en el país. En 2018 se registraron 1,596 delitos sexuales. La mayoría ocurrieron en Managua: 325. De estos, 143 de ellas fueron violaciones y 154 fue algún tipo de abuso sexual, según el anuario que la Policía tiene en digital en su sitio oficial. Agrega que investigaron además 21 estupros, 6 acosos  y hubo una víctima de explotación sexual. Respecto el año pasado no hay aún números.

Según la institución, que pasa por su peor crisis de credibilidad debido a su actuación en contra de opositores al gobierno, ese año hubo 87 violaciones menos que en 2017. La cifra no es aceptable para algunos sectores de la sociedad civil, dado que el 2018 es el año en que el Estado y los civiles que armó no solo arrancaron vidas, sino que cometieron abusos también contra opositores. “Aquí los abusos no han parado, ni disminuido. Han sido una constante”, asegura Martha Flores, de Católicas por Derecho a Decidir.

Lea además: Irtramma y las cooperativas de taxis venían asediando a las empresas que ofrecen servicio de transporte por aplicaciones

La conclusión de Flores tiene sustento en los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de organismos locales que dan razón de que entre los abusos más relevantes durante la rebelión cívica, cuentan los sexuales y las violaciones contra los opositores en cárceles oficiales y centros de detención clandestinos. Apenas el 8 de febrero, el informe de la CIDH con esas acusaciones fue citado en reportes periodísticos que generó la visita a un refugio de nicaragüenses en Costa Rica de la Alta Comisionada Adjunta de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Kelly Clements.

“Después de aquel abril, las cosas no parecen mejorar”, añade Flores, quien cree que en la actualidad hay más violencia en las calles y las mujeres están en la primera línea de afectación. “Ya no están seguras, ni en las casas ni en las calles”, advierte.

Violencia en todos lados

Paola se salvó de estar en las estadísticas negativas de este año, pero no corrieron con la misma suerte cuatro jóvenes que además de ser víctimas de robos, también sufrieron agresión sexual. Una de las más reciente es también esteliana.

Un comerciante fue testigo de algo que solo miró antes en películas: “Era un carro plateado, taxi, venía corriendo y de pronto abrió una de las puertas y de ahí tiraron a una mujer, así (el carro) corriendo”, dijo a un periodista local que lo interrogó pasado el mediodía del 11 de febrero. Señaló el pavimento. La escena lo impactó más de lo que ha podido sorprenderle  Hollywood.

Puede interesarle: Régimen orteguista alerta sobre el uso del servicio de transporte que ofrecen aplicaciones en Nicaragua

La noticia se regó como pólvora. Era la segunda mujer que sufría agresión sexual en Estelí y al que vinculaban a un falso taxista. El comerciante fue uno de quienes la asistió y colaboró en pedir una ambulancia para la víctima. Socorristas que llegaron a asistirla contaron que la mujer estallaba en nervios, tenía golpes y acusaba al conductor de la unidad de haberla violado. A diferencia del carro que secuestró a Paola, en Estelí tienen la certeza de que el agresor puede ser de allá, pues al menos el vehículo tenía placa local.

“Es que la violencia está en todos lados”, comenta Flores. Su organismo, que trabaja contra la violencia hacia las mujeres, asegura que el problema es tal, que el mismo gobierno, acostumbrado a dar la espalda a las demandas ciudadanas de quienes no profesan su doctrina política, no ha tenido alternativa y este mes reaccionó anunciando la apertura de las Comisarías de la Mujer. “Como siempre dijimos, no entendimos por qué se cerraron, si la violencia nunca se detuvo”, critica la activista.

Los últimos ataques a ciudadanas de Estelí, mantienen en alerta a sus habitantes. En el último mes, una mujer fue lanzada desde un vehículo en movimiento. LA PRENSA/W. Aragón

¿Cree que algo está pasando?¿Hay más violencia? —preguntamos a Flores—. “Si los agresores no ven un compromiso serio para detener la impunidad, hay más violencia y es lo que estamos viendo”, responde. Para Flores, igual que para otras organizaciones, el problema es que las autoridades hablan mucho y hacen poco. Cree que los discursos bonitos no salvan mujeres, ni evitan que las abusen en la calle.

El comisionado en retiro Francisco Bautista Lara, un especialista en temas de seguridad, señala que es probable que haya una percepción de que la inseguridad en las calles ha aumentado, pero advierte que las cifras no lo están mostrando. “Seguimos teniendo la tasa más bajas de homicidio por 100 mil habitantes, para citar un dato”, asegura.

Francisco Bautista Lara. La Prensa/Archivo

Lea además: Alcaldía orteguista de Estelí satura servicio de taxis con entrega de concesiones a parapolicías de la dictadura

Sostiene su argumento en el informe de insightcrime.org que muestra que en 2019 Nicaragua registró 7.5 homicidios por cada 100 mil habitantes, casi 4 menos que Costa Rica  (11) que por años ha tenido las mejores calificaciones en cuanto a seguridad ciudadana. La contradicción entre la percepción de la gente y la estadística, se explica, según Bautista Lara, en la parte emocional.

Dice que un crimen como el de la joven de Chichigalpa, dimensionado en los medios de comunicación con que era apenas una niña, que se trataba de un taxista y que la mató para robarle, tiene un impacto emocional en la población y sería fácil creer en una percepción que no se sustenta en las estadísticas.

Flores no lo cree. “Hay una violencia y se visibiliza”, dice. Asegura que de ser solo una percepción sustentada en las emociones que arrancan cada hecho violento en particular, el Gobierno no lo habría tomado en cuenta. “Ahí están anunciando la apertura de las Comisarías de la Mujer, es un hecho la violencia está desbordada”, replica.

Delincuencia “opera con ferocidad” 

Alan Sevilla dice que tiene 25 años de trabajar como taxista. Se niega a creer que su gremio sea una amenaza. Dice que en Nicaragua hay una delincuencia que “está operando con ferocidad”. “En la noche se da mucho, porque hay poco control, poca vigilancia policial”, asegura. Para él, los casos en que se han visto involucradas personas que trabajan en transporte selectivo no representan a centenares que se ganan verdaderamente la vida al volante. “Le puedo asegurar que hay más honrados”, asegura.

Lea también: Tiroteo y robos desnudan la inseguridad del país «más seguro» de Centroamérica

Sevilla cree también que la crisis no es la causa de tanta delincuencia. “Hay gente que quiere trabajar y lo está haciendo, pero hay delincuentes que quieren aprovechar lo que está pasando en el país”, asegura, consciente que el ambiente político social tensa el comportamiento delictivo en las calles. “Yo he manejado de noche y no veo a los policías que andan en el día y es en la noche el mayor peligro”, advierte.

El taxista Alan Sevilla, dice que muchos cadetes han cometido fechorías en horas y lugares que la Policía no vigila. Pero que no se puede generalizar, que hay gente honrada en su gremio. LA PRENSA/Perla Gutiérrez.
El taxista Alan Sevilla dice que muchos cadetes han cometido fechorías en horas y lugares que la Policía no vigila. Pero que no se puede generalizar, que hay gente honrada en su gremio. LA PRENSA/Perla Gutiérrez.

Puede que Sevilla tenga razón en que el problema no son los taxistas. Y es que en otros casos se cumple un patrón diferente, aunque preocupante para los especialistas y los mismos ciudadanos: eran hombres en motos y armados. Entre enero y febrero, cinco mujeres en diferentes puntos de Managua fueron asaltadas primero y raptadas por horas. Ellas dijeron a la Policía que también las abusaron sexualmente.

El 7 de febrero reciente fue un mal día para una joven de 20 años que labora en una tienda de ropa en Managua. Minutos antes de las 6 de la mañana, al pasar por una calle del Distrito Dos, fue interceptada por dos sujetos en moto. Le robaron el celular y la obligaron a subir al vehículo liviano. Lo que ella contaría después a la Policía todavía le causa pavor a los vecinos del lugar donde ocurrió el atraco: dijo que la llevaron a las costas del lago y ahí la violaron.

El rapto de la joven quedó grabado en una cámara de seguridad. Hasta allá llegaron policías para indagar lo ocurrido, pero a la fecha no han capturado a los atacantes. Después de ese caso, ocurrieron cuatro más, todos documentados en denuncias que sus víctimas levantaron en las delegaciones policiales.

Crisis genera otra crisis

Mónica Zalaquet, del Centro para la Prevención de la Violencia (Ceprev),  dice que el país padece los males delictivos de los países de América Latina con el agravante de la tensión política. “Hay una polarización que está afectando, hay problemas económicos que están afectando”, insiste.

La socióloga Mónica Zalaquett dice que fue la guerra de los ochenta la que la impulsó a trabajar hoy en favor de la no violencia. Foto: La Prensa
La socióloga Mónica Zalaquett. La Prensa/Archivo

Zalaquet dice que la percepción de más inseguridad es válida, por lo que vemos que ocurre en las calles, pero coincide con Bautista Lara que deben ser las estadísticas las que pueden explicarlo mejor. Lo que sí cree es que la falta de empleos y el estrés de la actual crisis están generando otra crisis que desemboca en violencia.

“En la casa, por ejemplo, el hombre ha perdido su capacidad proveedora porque se quedó sin trabajo, entonces las mujeres proveen y ellos asumen una actitud de forzar el retorno de roles en el que es él quien manda y esto genera violencia”, explica la especialista.

La semana pasada, las autoridades que regulan el servicio de taxis en Managua anunciaron restricciones para las empresas que ofrecen el servicio vía aplicaciones a través de celulares. La excusa para la medida es la seguridad o al menos eso fue lo que dijeron el Instituto Regulador de Transporte Municipal de Managua y los taxistas organizados. “Está clara la preocupación, la violencia está disparada”, insiste Flores.

Por lo pronto Paola está decidida a evitar los taxis aunque no sabe si caminar sirva de mucho, pues los atracadores que viajan en motos siguen en las calles.

Nacionales

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí