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Doña Violeta, como le llamaban durante su gobierno (1990-1997), fue la esposa de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, uno de los periodistas más críticos y contundentes contra la dictadura somocista

Cristiana Chamorro: “Este gobierno se propuso no ver hacia atrás, sino comenzar a reconstruir el país”

"Ella se voló al ruedo con valentía, con audacia, sabiendo que se enfrentaba a la fuerza bruta de un hombre vestido de gallo ennavajado, con todo un partido, un ejército y un Estado por detrás", relata Cristiana Chamorro, hija de Doña Violeta.

Hace 30 años, una mujer se enfrentó a la brutalidad de Daniel Ortega. Violeta Barrios de Chamorro, la primera mujer electa gobernante de Nicaragua, derrotó al actual dictador a través de votaciones libres y observadas, en medio de una guerra civil y un país destruido económicamente.

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El proceso electoral de 1990 fue un momento político en que todas las encuestas, excepto una, daban la victoria electoral a Ortega; su propaganda política era abrumadora; sus cierres de campaña eran apoteósicos y parecía que todo el país era sandinista. En ese contexto, Violeta Barrios fue la candidata presidencial de la Unión Nacional Opositora (UNO).

Violeta Barrios de Chamorro fue la candidata de la UNO, en las elecciones de 1990. LA PRENSA/ARCHIVO

Cristiana Chamorro, hija de doña Violeta Barrios y el periodista Mártir de las Libertades Públicas, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, manifestó que su madre confió en el silencio inteligente de los nicaragüenses, en un contexto en el que solo se podían escuchar las voces a favor de Ortega y del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

“Ella se voló al ruedo con valentía, con audacia, sabiendo que se enfrentaba a la fuerza bruta de un hombre vestido de gallo ennavajado, con todo un partido, un ejército y un Estado por detrás. Pero ella confió en los nicaragüenses y también siento que estaba segura que podía dar esperanza, porque si ella tenía esperanza, podía darle esperanza a los nicaragüenses. Ella confió en ese silencio inteligente que tiene el pueblo de Nicaragua, que sorprendió a Somoza en el 79, sorprendió a los sandinistas en el noventa, sorprendió a la Rosario (Murillo) en abril del 2018 “, dijo Cristiana.

Pedro Joaquín Chamorro y su esposa Violeta Barrios. LA PRENSA/ARCHIVO

Doña Violeta, como le llamaban durante su gobierno (1990-1997), fue la esposa de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, uno de los periodistas más críticos y contundentes contra la dictadura somocista que controló el país entre los años sesenta y setenta.

1978: luto y dolor

Muchos años antes de su llegada al poder, doña Violeta vivió una etapa de sufrimiento, muerte, asedio, represión y exilio, tanto con la dictadura somocista, como con la sandinista.

El féretro que guardó los restos mortales de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal fue cargado en hombros del pueblo después de salir del hospital Oriental. La bandera de Nicaragua cobijaba el ataúd. LA PRENSA/ARCHIVO

Cristiana manifestó que las imágenes de madres, esposas, hermanas o hijas tratando de llevar comida a los presos políticos por protestar desde 2018, le recuerdan a su madre llevándole comida a su padre, cuando fue reo de la dictadura somocista. Y el dolor por el asesinato de un ser querido también lo vivió doña Violeta, sus hijos y toda su familia, cuando su esposo fue asesinado acribillado el 10 de enero de 1978, durante la dictadura de Anastasio Somoza Debayle.

Después del crimen, doña Violeta Barrios de Chamorro y sus hijos visiblemente impactados. LA PRENSA/ARCHIVO

“En los tiempos de mi papá, ella estaba sentada al lado de él, apoyando a mi padre en su causa, en su lucha y también teniendo una gran dignidad y una gran valentía de irse a enfrentar a la cárcel o ante los que fueran, para poder apoyar a mi papá. Cuando mi padre muere, ella siente que tiene que agarrar su bandera. Ella lo dice en su libro: “agarré su bandera, porque su bandera era la de Nicaragua”, recordó su hija.

1979: Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional

Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. LA PRENSA/ARCHIVO

Con la caída de la dictadura somocista, en julio de 1979, se crea la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN), de la que doña Violeta fue miembro por nueve meses.

“Cuando viene la propuesta de los miembros de la JGRN, con un programa de gobierno de elecciones libres, ella acepta, pero luego se sale a los nueve meses, porque vio que habían traicionado la propuesta”, manifestó Cristiana.

El sandinismo que sacó del poder a la dictadura somocista por la vía armada, se convirtió en otro gobierno controlador, autoritario y déspota contra sus enemigos, desde que tomó el poder hasta que lo perdió por la vía electoral en 1990.

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1980: represión y asedio sandinista

Después de su experiencia en las JGRN, doña Violeta pasó a ser crítica del FSLN, lo que la puso en la mira de la características represiones y ataques de los militantes sandinistas.

Reproducción del libro “La Democracia de Pedro Joaquín y Presidenta Violeta Chamorro (1990-1997)” de Cristiana Chamoro.

Doña Violeta sufrió asedio, pedradas y pintas ofensivas en las paredes de su casa de parte de los sandinistas, algo que también es el pan de cada día para los opositores de la actual dictadura de Daniel Ortega. La represión y la censura también fue para LA PRENSA, que en la época de los ochenta era dirigida por doña Violeta.

1989-1990: proceso de unidad y triunfo

En 1989 se consolidó un proceso de unidad opositora, agrupado en la Unión Nacional Opositora (UNO). Violeta Barrios de Chamorro fue escogida para ser la candidata presidencial de la UNO y ganó contra todo pronóstico el 25 de febrero de 1990.

Campaña Electoral de la UNO. Viloleta Chamorro, candidata a la presidencia por la Unión Nacional Opositora de Nicaragua, es recibida en Villa el Carmen, en enero 1990. LA PRENSA/ARCHIVO

Su mandato como una misión, un deber

Su hija Cristiana dice que su madre asumió su mandato como una misión, como un deber y como una obligación de pagar a los nicaragüenses la confianza que le entregaron con su voto. Sin embargo, tuvieron que superar las complejidades de un país que quería venganza después de guerra.

“Cuando se llega al poder, lo que vos sentís es que la gente quiere la revancha, lo que quiere es castigar al que perdió, como hicieron los sandinistas. Y este gobierno, lo que se propuso, es no ver hacia atrás, sino comenzar a reconstruir el país, con todos aquellos que quisieran sumarse a tres objetivos que estaban en el programa de la UNO: que era la paz, establecer las bases de la institucionalidad democrática y comenzar a transitar de una economía estatizada a una economía libre, de la mano de la comunidad internacional”, manifestó Cristiana.

Doña Violeta salió del poder en 1997, dejando un país en paz, una democracia en marcha, una economía estabilizada y la deuda externa reducida. La primera y única presidenta que ha tenido Nicaragua ahora tiene 90 años. Está totalmente retirada de la vida pública. Tiene una vida tranquila, rodeada de su familia, “hasta el día que Dios quiera”, dice su hija Cristiana.

Han pasado 30 años del triunfo de la UNO con doña Violeta, pero para los políticos opositores de hoy, es un ejemplo y una prueba  de que sí se puede derrotar a la dictadura de Daniel Ortega, ahora en su segunda etapa en el poder, desde 2007 que retornó al gobierno usando la democracia que desprecia.

El triunfo de Violeta Barrios de Chamorro en las elecciones de 1990 en Nicaragua. LAPRENSA/CORTESÍA

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