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Luis Sánchez Sancho fue el jefe de información y prensa de la campaña de la UNO en los noventa y actualmente es editorialista de LA PRENSA

Luis Sánchez: “Se tuvo que comprender que la única manera de cambiar la situación de este país, era uniéndose”

""No se aguantaba más esa situación de guerra. Había hambre, había extrema pobreza, había que estar escondiendo a los jóvenes o ellos tenían que estar huyendo del país, para no ser atrapados por el servicio militar y enviados a la guerra. No se aguantaba más", recordó Luis Sánchez Sancho, miembro de la antigua alianza opositora

Hace 30 años, catorce partidos políticos se unieron en la alianza Unión Nacional Opositora (UNO), para participar en las elecciones nacionales del 25 de febrero de 1990, logrando derrotar a Daniel Ortega. Pero para alcanzar ese triunfo electoral, los opositores tuvieron que superar desconfianzas, rivalidades, revanchas, ambiciones personales, individualismos, envidias y otros males que generalmente enferma a la política nicaragüense.

La discordia de los conservadores

Como si se tratara de los mismos dilemas de los actuales tiempos, con políticos que no quieren unidad con ningún tipo de sandinismo, socialismo o izquierda; en el proceso de unidad de hace 30 años, también existió la misma discordia.

Luis Sánchez Sancho, quien fue el jefe de información y prensa de la campaña de la UNO en los noventa y actualmente es editorialista de LA PRENSA, recordó que los partidos de derecha desconfiaban de las organizaciones que habían sido aliadas del FSLN, en su mayoría partidos de izquierda. Particularmente, los partidos conservadores no los toleraban. El conservador Fernando Agüero decía que nunca iba a hacer alianza con los comunistas y socialistas, por eso no se integró a la UNO. Finalmente, Agüero participó solo, con un bloque que él formó y que se llamó Partido Social Conservador. Sacó 0.4 por ciento de los votos.

Lea También: El difícil camino para conformar la UNO y derrotar a Daniel Ortega en 1990

Sin embargo, Sánchez Sancho manifestó que en el proceso de discusión entre los que sí querían unirse, se llegó al entendimiento de que por separado no se iba a lograr el triunfo electoral.

“Se tuvo que comprender que la única manera de cambiar la situación política de este país y abrir el camino a la democracia, era uniéndose. Ir solos, por separados o en pequeños grupos, aunque se crean muy grandes, no iba a lograr nada. Eso fue lo que llegamos a comprender para formar la UNO”, manifestó Sánchez Sancho.

Con ese entendimiento, los partidos políticos más divergentes se sentaron en la misma mesa, para seguir superando sus diferencias y caminar unidos hacia la consolidación de la unidad.

“Los partidos que se juntaron en la Unidad Nacional Opositora, algunos venían del Frente Patriótico de la Revolución, que fue aliado del Frente Sandinista. Eran socialistas, comunistas, social cristianos de izquierda. Y estos se unieron con los conservadores de derecha tradicionalistas, los liberales de derecha, de manera que fue una tarea muy difícil”, recordó Sánchez Sancho, quien era el secretario general del Partido Socialista Nicaragüense (PSN) en aquel entonces, y fue uno candidato a diputado en esas elecciones.

14 partidos unidos

Finalmente los partidos que se integraron a la UNO fueron 14:  Partido Liberal Independiente (PLI); Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Partido Neoliberal (PALI),  Partido Socialista Nicaragüense (PSN), Acción Nacional Conservadora (ANC), Partido Conservador Nacional (PCN), 7 Alianza Popular Conservador (APC), Partido Popular Social Cristiano (PPSC), Partido Democrático de Confianza Nacional (PDC), Partido Acción Nacional (PAN), Movimiento Democrático Nicaragüense (MDN), Partido Social Democrático (PSD), Partido Comunista de Nicaragua (PC de N), Partido Integracionista de América Central (PIAC).

El siguiente paso fue unirse alrededor de una idea común. “Decidieron, los líderes de todos esos partidos, buscar un programa común, a base de una idea que los uniera, que fue una propuesta de reforma constitucional, porque se consideraba que la Constitución, como fue aprobada bajo el sandinismo, no era propiamente democrática”, recordó Sánchez Sancho.

En medio de la guerra

De izquierda a derecha. Daniel Ortega, presidente de Nicaragua; comandante José Azcona Hoyo, presidente de Honduras; Vinicio Cerezo, presidente de Guatemala; Oscar Arias, presidente de Costa Rica, y José Napoleón Duarte, presidente de el Salvador.

El proceso de unidad se dio en medio de una guerra civil, que para Sánchez fue un acicate que apuró la unidad en aquella época. La oportunidad electoral llegó con la firma de los Acuerdos de Paz en 1987, en los que Daniel Ortega se comprometió a poner fin a la guerra y realizar las elecciones.

“No se aguantaba más esa situación de guerra. Había hambre, había extrema pobreza, había que estar escondiendo a los jóvenes o ellos tenían que estar huyendo del país, para no ser atrapados por el servicio militar y enviados a la guerra. No se aguantaba más. Entonces, la gente estaba desesperada y decía que había que buscar la salida lo más pronto posible y se encontró que la salida eran las elecciones”, dijo Sánchez Sancho.

Elección de los candidatos

Las encuestas de la firma Borges y Asociados señalaron a Violeta Barrios de Chamorro como la persona con más simpatía de la ciudadanía sobre otros precandidatos opositores. Este y otros factores, incidieron para elegir a Barrios de Chamorro como la cabeza de la UNO.

Más difícil que elegir al candidato presidencial, fue la elección de las cuotas de representación en la Asamblea Nacional, recuerda Sánchez Sancho. Hubo que seleccionar representantes de 14 partidos que integraban la UNO, para las candidaturas en posiciones ganadoras, otro elemento que provocó roces entre los partidos opositores.

Inscripción de la UNO

Sánchez Sancho explicó que en el proceso electoral que comenzó en 1989, fue posible inscribir a la alianza UNO como partido participante. “No fue que la alianza (UNO) se encaramó en la personería jurídica de un partido”, recordó.

El número de la casilla se seleccionó en un sorteo. Los jefes de campaña de los nueve partidos o alianzas participantes, se encargaron de sacar los números de casillas. Bayardo Arce, jefe de campaña del FSLN, se encargó de sacar el número que le correspondía a la UNO. Metió el brazo en la urna y cuando lo sacó, tenía en sus manos el número uno.

“El número uno, la casilla número uno, para la alianza UNO. Mucha gente interpretó eso como una señal positiva de confianza y optimismo”,  relató Sánchez Sancho. Y el resto, es historia.

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