Algo de la precisión, de la fineza y la habilidad que caracterizó a Erasmo Ramírez, pareciera estar de vuelta.
El lanzador rivense, quien hizo del arte de mezclar disparos y alterar velocidades su sello de distinción, capturó su primera victoria de los entrenamientos primaverales este viernes en Florida.
Ramírez (1-0) se llevó la victoria 3-2 de los Mets sobre los Cardenales en el Clover Park de Port Saint Lucie, después de un trabajo de dos entradas, dos hits, una carrera, una base y un ponche.
La carrera fue un cuadrangular de Austin Dean en el octavo inning, luego de que el nica había retirado un séptimo episodio de forma perfecta y había conseguido un out en la octava entrada.
El juego se empató 2-2 con el trancazo de Dean, pero otro jonrón, ahora de Andrés Giménez por los Mets, le dio la victoria al club de Nueva York y al tirador pinolero, quien quedó con 1-0 y 2.25.
Erasmo registra un buen spring training. En dos salidas acumula cuatro entradas, en las que solo admite dos hits, una carrera, con una base y cinco ponches. Ha hecho 30 lanzamientos en ese período, a un promedio de 7.5 por inning.
Está dando la pelea
Es muy prematuro llegar a alguna conclusión sobre sus posibilidades de hacer el equipo. Falta mucho por recorrerse aún y el staff de los Mets es uno de los más poblado de calidad en todas las Mayores.
Sin embargo, lejos de arrugarse por el contexto, Erasmo está dando la batalla y poco a poco acumula cifras como para hacerse notar en medio de un ambiente tan competitivo como el que le rodea.
Ramírez tiene buenas cifras en el spring training (11-6 y 3.31) pero el año pasado sufría a esta altura y al final terminó con 0-0 y 5.40 en diez innings para los Medias Rojas.
Ahora en cambio, ha llegado con la puntería ajustada, económico con sus lanzamientos y determinado a hacer el equipo a pesar de los pronósticos desfavorables con los que aterrizó en los Mets.
Erasmo necesita dar un vuelco en su carrera. No lanza con efectividad en las Grandes Ligas desde el 2015, cuando registró 11-6 y 3.75 en 163.1 innings para Tampa Bay. Desde entonces ha batallado.
En ocasiones han sido sus lesiones y en otras sus inconsistencias, pero el lanzador con habilidad para acertar a un mosquito en la zona de strikes, se había diluido y llegó la incertidumbre.
Ahora parece que su maestría para colocar sus disparos sobre el plato está de vuelta, mientras da la batalla por un lugar en los Mets.